07/06/24. Desde hace 58 años, una salita modesta pero acogedora, ha venido proyectando la realidad e imaginación de Venezuela y el mundo. La Cinemateca Nacional fue creada para el resguardo y la preservación del acervo audiovisual y cinematográfico nacional e internacional. Esto quiere decir, que la Cinemateca Nacional ha sido mucho más que películas interesantes. Esta fundación se ha encargado de registrar cuanto material audiovisual y fílmico les ha pasado por las manos con una finalidad educativa, social y patrimonial.
Este año, el equipo de la Fundación Cinemateca Nacional, decidió celebrar como la lluvia que no moja pero empapa: modestamente, pero con muchas actividades interesantes. La primera gran celebración comenzó a principios de mayo. La ocasión fue propicia para proyectar un corto sobre el primer año de la Cinemateca, el corto chino Noche de película, de Zang Yhimou (2007). Lo más especial de este encuentro fue la reapertura de la sala de cine, tras siete meses cerrada por restauraciones.
Muy lejos de ser un cine comercial
Conversamos con Vladimir Sosa Sarabia, presidente de la Fundación Cinemateca Nacional, quien nos compartió parte de su experiencia en este proyecto. En este encuentro nos mostró las múltiples perspectivas de la Cinemateca Nacional de Venezuela y su importancia para el patrimonio audiovisual de la nación.
¿Cuál es la función de la Cinemateca?
La función de una cinemateca es conservar, preservar, restaurar la memoria cinematográfica en este caso memoria fílmica y eso tiene como varias aristas. La primera y quizás la más obvia es la conservación, la preservación de todos los materiales fílmicos, o sea, las películas en su formato fotoquímico, en su formato magnético y ahora en sus formatos digitales.
También está la conservación y la preservación de la memoria fílmica a través de una cantidad de artefactos, documentos que son alternos a la obra en sí misma. ¿Qué quiere decir eso? Carteles, notas de prensa, press book, fotografías, la foto fija de una película o la foto de un fotograma de una obra, tráiler, spot, etcétera. Es decir, acompañar no sólo la obra, preservarla, sino también preservar todo aquello que de una u otra manera la acompaña en el momento en que fue exhibida y lo que haya ido apareciendo después, por ejemplo, guiones de obras, guiones originales de obras que en su proceso de realización fueron modificados. Como sabemos todo guion es modificado en el proceso de la filmación pero para nosotros es muy importante la obra del guionista porque lo que queda en la película es la obra del director. Entonces, nada, esa es como la razón de ser de una institución como esta.
Ah, pero ¿para qué exhibir y qué exhibir?
La idea es que nosotros exhibamos obras que lo hayan sido en su momento, hay unas exhibidas en Venezuela, obras de venezolanos, obras de latinoamericanos, obras de cualquier cineasta del mundo, y que son parte también de la memoria cinematográfica de la humanidad. Por ejemplo, hay un componente que tiene que ver con lo patrimonial, ya sea muestras de cine contemporáneo, curadurías de cine contemporáneo de otros países, porque a nosotros nos interesa saber qué está pasando en Irán, qué está pasando en Turquía, qué está pasando en Rusia, qué está pasando en cualquier país del mundo, Francia, -que tiene un cine histórico maravilloso-, etcétera.
Luego está el tema de la investigación. Investigación de todo lo relacionado con el cine y con el audiovisual que también tiene dos ambientes: investigar el cine, investigar el audiovisual y hacer, por el otro lado, la investigación de otros temas, de otras áreas, pero a partir de los documentos audiovisuales. Por ejemplo, el parque automotor venezolano de los años ochenta a través de los vehículos que aparecían en las películas en el cine venezolano de la época, una manera de saber qué había, cuáles eran esos modelos, de allí tú llegas a cómo se vestía la gente, cómo hablaba.
Ese archivo es buenísimo, no sólo para el público sino para la misma industria, para antropólogos, para estudiosos exactamente. A veces parece que el archivo fílmico, el archivo audiovisual de la Cinemática Nacional o el archivo audiovisual de la biblioteca es un espacio sólo para cineastas, sólo para productores audiovisuales y en realidad es un espacio de investigación tanto para el sector audiovisual, para el sector cinematográfico, como para el resto de los investigadores, porque si no sería como pensar que la hemeroteca es un espacio sólo para periodistas, o que las bibliotecas son un espacio para escritores y literatos. Eso no es verdad, tú vas a una biblioteca a investigar, independientemente de lo que hagas en la vida.
Eso es el cine, eso es el audiovisual hoy día, como espacio y como ámbito de investigación, como espacio de ámbito de la memoria, como espacio de ámbito de la reconstrucción histórica de nuestros países, entendiendo que el cine tiene 120 y piquito de años, 128 años aproximadamente, 129 años, y todo eso sucede en una Cinemateca Nacional, que es un espacio único. La cinemateca, la biblioteca, la cineteca, independientemente de los nombres que reciban en el mundo, en las distintas partes del mundo, la razón de ser, nuestra razón de ser, es la preservación, la conservación, la restauración de nuestra memoria.
¿Cuál es su perspectiva a futuro?
La perspectiva futura es adecuarnos a las nuevas tecnologías. O sea, cómo transferir, miles y miles y miles de rollos de película en 35 milímetros, en 16 milímetros, en 8 milímetros, en digital, por ejemplo, para ponerlo al acceso de la gente. Si cada vez que alguien quiera ver un material, tiene que prender una moviola, o tiene que ir a una sala con un proyector 35 milímetros para poder verlo, la cosa se hace muy engorrosa en el mundo. Cuando tenemos cualquier cantidad de redes sociales, aplicaciones que permiten acceder a videos; si se hace el acceso al documento eso mata la posibilidad, de verdad, de una investigación. Se hace tan complicado que la gente ya descarta ese documento y se va por otro que serán siempre los bibliográficos o más gráficos, etcétera, o gráficos, en el caso de carteles. Yo creo que esa es la gran meta, lo otro es seguir existiendo porque si bien las nuevas plataformas de exhibición cinematográfica han golpeado la industria de la exhibición, imagínate en el caso de una cinemateca que se entiende que no es un espacio masivo. A veces la gente dice, oye, pero es que la sala de cinemateca casi nunca se llena, ¿no?, o sea. Nosotros hemos llenado salas, por ejemplo, cuando celebramos el centenario de Nosferatu el vampiro, la gente quiso venir a ver esa película, y la sala se llenó, era una cosa insólita, una película además de principios del siglo XX.
Ciertamente somos vistos como ese espacio para el cine raro, para el cine complicado, para el cine perro verde, como me dijeron en algún momento, sí, nosotros estamos más cercanos al ámbito, vamos a decir museístico, que al ámbito de la gran exhibición. Nuestra perspectiva, en ese sentido, es recordarle a la gente, recordarle a los usuarios, recordarle a los amantes del cine que hay un espacio en el que puedes venir a ver cine, de antes, como antes.
Celebrar el cine
La Fundación Cinemateca Nacional se ha dedicado entonces a celebrar su existencia de la mejor manera en que ha podido festejar: con buen cine. El pasado mes transmitieron diversos ciclos entre los que se puede reseñar una muestra universitaria de cortos. También, se proyectó la película Libertador Morales, el justiciero,de Efterpi Charalambidis (2009), largometraje que tiene como protagonistas a Rafael Gil y Alba Malavé. El evento contó con la presencia de la directora, quien agradeció a Gil por unirse a su ópera prima e inmortalizar un sueño. Entre otras actividades, se celebraron talleres presenciales y virtuales, estrenos de películas venezolanas como Vuelve a la Vida de Luis Carlos y Alejandro Hueck (2023) y Julia tiene Sugar de José Antonio Varela (2024).
Mención especial merece el tributo que le rindió la Cinemateca a sus trabajadoras y trabajadores: un equipo comprometido con registrar y difundir lo mejor del cine venezolano e internacional para todas y todos sin distinción y de manera solidaria.
¡Feliz cumpleaños, Cinemateca!