¡Tan difícil es entenderse, ángel querido, y tan incomunicable el pensamiento, aun entre seres que se aman!
Charles Baudelaire
07/06/24. Te levantas, sonríes porque sientes que esa persona que está a tu lado te hace feliz, pero, de pronto, ¿qué es eso? ¿Por qué te hace feliz? Y el pensar empieza a girar, tú no, tú estás fijándote en lo que en algún momento despertó en ti, en lo que de alguna manera te hace sentir vivo o viva, según sea el caso.
Lo otro eres tú, te dices, por eso te acercas, abrazas y le dices al oído lo que deseas… pero pone una cara que no esperabas y se voltea…
¿Qué dije? –te preguntas, pensaste que lo decías en silencio, para ti, pero te ha escuchado y se aferra, todo lo que ves es una sábana cubriendo una espalda.
Te levantas, ¿a dónde vas? Ya vuelvo.
Sales de casa, caminas lento, como deseando que las respuestas salgan de las grietas, de ese asfalto levantado, por ejemplo.
Regresas, el cielo se puso gris y no quieres que te llueva.
Te espera un rostro tan pensativo como tú, pero notas cierta sintonía.
¿Disfrutaste lanzarte en parapente? Preguntas.
Te voy a contar algo: no siempre lo que te gusta me gusta a mí, lo he hecho para complacerte. Y ahí empieza a salir todo: ¿Y aquella vez en la disco? Eso sí, pero no me gustan mucho los lugares cerrados y llenos de gente. ¿Y el concierto? No, mucha gente, ya te dije.
¿Te gustó el recital? Me pareció mucho ruido, no era pa’ tanto.
¿Y la subida al cerro? No me gusta andar sudando, no le veo la gracia, pero no sólo es sudar, es ver desde arriba toda la ciudad… pa’ eso está el teleférico, los jeeps.
¿Por qué no me habías dicho que no te gustaba? A mí tampoco me gusta estar tantas horas frente a una pantalla…
La imagen empieza a aparecer, lo hemos dicho: el otro es un espejo en el cual, paradójicamente, no te gusta verte. Cuando empiezas a reflejarte, ahí empieza el desafío… Estar dispuesto a aprender de la otredad, ese es el secreto de toda relación: amistad, pareja, madre-hijo, hijo-madre, padre-hijo, hijo-padre.
¿Qué hacemos cuando esas diferencias insoslayables empiezan a aparecer?
Aunque suene trillado, ser honesto, esa es la base de todo diálogo, y el diálogo es lo que nos hace humanos.
Tal vez hemos pensado que no ser honesto a las primeras puede ser garantía de un enganche seguro, pero es lo peor que puedes hacer.
Ser quien eres no te da, es cierto, garantía de que puedes establecer una relación, sobre todo si no es consanguínea, pero, es lo que mejor puedes hacer si realmente deseas vivir lo más cercano a la felicidad. Claro, no es fácil, porque en cierta forma relacionarte con otro u otra, te exige el desafío de que aun siendo lo que eres, te transformas.
El yo está en constante transformación, pero no se trata únicamente del sí mismo como otro, sino que en tanto sí mismo, el otro participa de ti como tú en él o ella. Una relación implica el reconocimiento del otro como parte fundante de ti.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo dijo Cristo, y luego Kant: Obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca simplemente como medio.
No es necesario profesar una religión ni seguir una doctrina para darnos cuenta de lo importante de sentir a la otra o al otro en su diferencia, pues eso es lo que nos hace comunidad, es decir, seres que se aman.
¿Qué es pues, el amor, sino un estar dispuesto al desafío de aprender en relación?
Por eso te acercas, ves ese cuerpo que es un alma que es un ser amado, quieres sorprender, agradar, preguntas, das opciones, elige, y también tú, dices lo que te gustaría, lo que eres. No es fácil, lo sabemos, pero es un buen inicio…
POR BENJAMÍN MARTÍNEZ @pasajero_2
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta