19/12/2022. Hip Hop de Habla Hispana (4H), así dicen que viene la segunda etapa de la música urbana que hace 50 años nació al sur del Bronx y Harlem, EEUU, y que en Venezuela cosecha exponentes de talla mundial como los criollitos Akapellah, Lil Supa y Apache, quienes el 8 de diciembre pasado se dieron cita en la plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes como parte del cartel del festival Cultura Lírica 2022, donde, por cierto, habían muy pocos nombres o AKA de mujer.
Jessy Pastrán, AKA Ruedac Fyah (cuyas siglas sintetizan la expresión Rapera Única Esencial Descendiente del Arte Callejero), AKA La dama del hip hop, o en resumen La mujer de fuego, fue una de las pocas representantes del género femenino que tuvo la oportunidad de montarse en escena y demostrar con su voz y sus improvisaciones que una flor si puede nacer al calor del asfalto callejero del rap, plagado de hombres con pose varonil, lírica macha y todo el delirio excéntrico y rudo de la escena hip-hopera.
Su cuerpo estampado de 15 tatuajes (incluyendo un Shin-chan y la mano de Fátima) y 3 piercings, indumentaria negra ajustada y lentes de estudiante aventajada de Arquitectura, dificultan presagiar que se trata de una chica-madre, familiera y hacendosa que busca abrirse un lugar en el competido mundo del rap venezolano, uno de los más activos y exitosos del orbe. Nacida en San Bernardino, criada entre Guatire y El Junquito y actualmente residenciada en San Agustín del Sur, tiene como virtud la belleza sensual de la venezolana promedio y la juventud (27 años), además de acumular una larga experiencia en la creación contestataria al dedicarse desde los 14 años a componer e improvisar como parte de una búsqueda desesperada por expresar las inquietudes que han marcado su destino artístico.
Patinetera, rapera, acuciosa del arte urbano, viene de una familia poco o nada relacionada con la música (su entorno es más de las matemáticas), cursó diseño gráfico, es promotora y se relaciona laboralmente con la estética, lleva dos discos y varios singles en su haber (Toca la puerta de 2013 y Sinergia de 2014) ubicables en su lugar de Youtube Má Fyah, y sabe que la pelea es peleando, así lleve las uñas pintadas.
- ¿Cómo te sientes siendo mujer en un mundo artístico protagonizado por hombres?
- Ha sido un conflicto interno un poco desafiante porque al principio yo consideraba que eso no tenía por qué influir, pero la verdad, siempre hubo esa tilde en la expresión de que eres la única mujer en el combo, la única chama en la tarima. Yo decía: bueno, es que no hay ninguna diferencia, pero claro, hay inclinaciones de género aunque sentía que lo hacía tan bien como un hombre. Pero con el tiempo reconocí que sí hay ciertas limitaciones, sobre todo con la gramática cultural.
- ¿Cuáles son los límites?
- Me he dado cuenta de que hay mujeres que son más aceptadas en el hip hop cuando no representan una figura muy femenina. Por ejemplo, es más aceptada una pana que está vestida como un tipo y se monta en la tarima, porque es considerada una igual. Pero cuando se monta en la misma tarima una mujer con aspecto más femenino, un poco más sensual, siento que no es el mismo respeto. A estas alturas sí veo que hay como cierta inclinación a apoyar a mujeres que no representen aceptación de su feminidad. Incluso me ha pasado que siento que no puedo montarme en una tarima mostrándome con mis cosas femeninas, por lo que mentalmente me pongo una barrera pues siento que el público, muy masculino, puede ver eso como un provecho.
- ¿Cómo fue tu experiencia en Cultura lírica 2022?
- Yo participé en las batallas de composición y de todo el grupo quedamos nada más cuatro. Puros hombres en todo el festival excepto yo, de un total de 24 personas, pero la verdad los panas siempre fueron muy respetuosos. Incluso se manejó mucho el hip hop con propósito, temas sociales, hablamos mucho de cómo nos ve la sociedad, y siempre mantuvimos la misma línea de respeto y chalequeo.
- ¿En el país hay un movimiento de hip hop poderoso?
- Si, lo que siento es que no hay una organización en materia de unión. Cada quien quiere halar para su lado, pero no hay una plataforma para que entre todos terminemos de posicionar el hip hop de Venezuela. Aquí hay mucho egocentrismo, mucha desunión. Pero sí hay un potencial que está rodando por todo el mundo. De hecho lo dijo el argentino Misionero, quien fue el maestro de ceremonia del evento, que Venezuela es la cuna de raperos internacionales que están súper posicionados.
- ¿A quiénes consideras más interesantes?
- Sin discusión Akapellah es uno de los que lleva la misión hip hop desde sus raíces. Además él es muy consciente de dónde está parado, ya sea en la tarima o en el público o con uno. Es muy consciente de lo que está pasando alrededor y su visión del freestyle lo adapta a su vida. De todo tiene un tema, de todo habla. Siento que es muy completo y muy centrado, y está en lugares ahorita a donde ningún rapero venezolano ha llegado.
- ¿Y las mujeres del hip hop venezolano?
- Tengo un cúmulo de conocidas que siento que son hip hop desde sus raíces, como Apolonia, de vieja escuela, a pesar de que ya no rapea por sus razones personales, aporta desde la producción y organización, y sobre todo nutre al movimiento de muchas otras cosas. Otra es África que es una colega que se ha mantenido desde un punto muy céntrico y ubicado en su carrera. Recuerdo cuando en 2010 ella y yo nos sentamos en un estudio de grabación a escribir y hablar y me preguntó si nos íbamos a poner pa la vuelta. Hicimos como un pacto en ese momento y desde entonces la chama le ha echado y ha cumplido su palabra. Son ejemplos de mujeres.
- ¿Qué opinas de las raperas que venden su feminidad para la explotación estereotipada al estilo de la maracayera Mestiza?
- Yo promuevo el libre derecho a la decisión personal. Hay una vía más fácil y otra con más obstáculos. Yo siento que ella trabajó mucho para explotar lo que cree que puede explotar. Claro que es estereotipado, cae en el tema de más de lo mismo, pero fíjate, ha resaltado. Yo creo que entre todos nos tenemos que dar cuenta de que no compartimos puntos de vista, estilos de vida. Yo por ejemplo soy muy humilde, no me gusta presumir, y me molestan las personas que presumen, entonces caigo en un combate con las que caen en la exhibición de sus cosas, bienes materiales, etcétera.
- ¿Crees en el hip hop con causa?
- Si, yo me crié con rap con mensaje. No soy del rap blim blim, yo siento que ese es material desechable, y el día de mañana quizás no sientas que te nutra. Para mí toma más poder y más valor una canción que identifica un momento en mi vida. Yo que a veces caigo en depresión, siento que hay canciones que me levantan el ánimo, me dan calma y paz, o dicen lo mismo que está sintiendo uno en ese momento y marcan toda la vida. Te estoy hablando del 2009 cuando escuché Los tres coronas y su canción Falsedades y en ese momento estaba viviendo algo, y de verdad dije ‘verga, esta canción’, y hasta el sol de hoy me la pones y me toca el alma.
POR MARLON ZAMBRANO • @marlonZambrano
FOTOGRAFÍAS ALEXIS DENIZ • @denizfotografia