18/07/24. La educación a través de los colores, los cuentos, la poesía e ilustraciones, fue el sueño de Rafael Rivero Oramas, conocido cariñosamente como “Tío Nicolás”, quien hace 75 años, avizoró a los niños y niñas de la patria con una revista en la mano y que esta les diera las herramientas para imaginar, divertirse y aprender.
Más de siete décadas transitando el mundo editorial, llegando a las escuelas de todo el territorio nacional, sorteando los embates de gobiernos despreocupados por la importancia de la lectura en el ámbito escolar. En 1952, la poeta chilena, Gabriela Mistral, les envió una carta en la que le decía al equipo editorial “procuren ustedes durar”, y con la llegada a la presidencia del Comandante Hugo Chávez, Tricolor volvió a ondear sus colores y sus letras para regresar a las manos de los más pequeños. Hoy evoluciona con cada paso que da el mundo.
Para hacer realidad este sueño, la gran homenajeada de la 20° Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN) trabaja bajo el concepto de la colectividad y la cooperación de la mano de Graeldi Jiménez, directora general de Recursos para el Aprendizaje del Ministerio del Poder Popular para la Educación.
Para conocer más, hablé con Hugo Colmenares, exdirector de la revista, periodista y autor de numerosos cuentos infantiles. Desde hace doce años, es integrante del equipo editorial de la revista, porque, aunque para él, el periodismo es una de sus pasiones, formar parte de Tricolor, es una de las mejores cosas que le ha pasado en su vida.
¿Cuáles han sido los principales logros de la revista Tricolor en el desarrollo educativo de los niños durante sus 75 años de circulación en el país?
La revista tuvo una resolución el 4 de febrero de 1949 y la firmó el entonces Ministro de Educación, Augusto Mijares. El director de cultura dentro del ministerio fue el gran escritor Mariano Picón Salas. La resolución invoca el pensamiento de Andrés Bello que tuvo una revista, donde prevalecía el pensamiento americanista.
El gran logro, la gran meta de Tricolor es haberse mantenido en el tiempo, haber mantenido la curiosidad al conocimiento, hacia el cuento, la poesía, la geografía, las biografías, la cocina, el deporte, el conocimiento científico. Ese ha sido el gran reto, permanecer.
La revista Tricolor siempre ha estado bajo la orientación del Ministerio de Educación, y de lo que es ahora el Ministerio del Poder Popular para la Educación. Ha mantenido su perfil, y ha habido un gran respeto para la revista, para sus escritores, para sus ilustradores, diseñadores, y para ese concepto editorial-escolar.
La revista fue concebida para niños de cuatro a ocho años, y ha sido concebida también para la familia, para la escuela, para las bibliotecas. Desde su creación, casi ocho generaciones han puesto sus ojos en Tricolor. Tenemos lectores que vienen a buscar la revista aquí, maestras, niños de las épocas iniciales que siguen siendo lectores.
En los primeros días de Tricolor, desde Italia, envió la poeta Gabriela Mistral una carta a Tricolor, donde saluda a la revista y pide, por favor, perduren. Perduren, esa es la palabra, hemos perdurado, la revista ha perdurado.
¿Cuál es el objetivo de la revista Tricolor?
Estamos planteando históricamente desarrollar la lectura como poder, como un posicionamiento del conocimiento. La lectura, la escritura, el talento de los cuentacuentos, la oralidad. Y a su vez, queremos que los lectores tricolor desarrollen el poder del pensamiento crítico. Es que la lectura va a generar unas preguntas, un conocimiento.
Cuando Julio Verne escribió sobre el submarino, no existían submarinos. Pero él tenía un pensamiento crítico. Un mundo, un repertorio de preguntas, un repertorio de conocimientos, de la investigación, de la mitología, de la filosofía, del poder creador, y eso genera un pensamiento. Eso es lo que busca la revista Tricolor, que los niños se hagan preguntas y vayan más allá de lo planteado.
Paulo Freire aprendió a leer sin cuadernos y sin libros. Él aprendió en su casa rural. La madre tenía una vara, y en el polvo, en la tierra, dibujaba las letras. Así aprendió las letras, desde la tierra. Luego la madre lo llevó a estudiar el mango, la fruta, las estaciones, la época de lluvia, en fin. ¿Cómo eran las hojas? ¿Qué tipo de mangos había? Entonces, ese árbol se convirtió en voz y talento de la madre de él, en un libro.
De periodista ganador de premios nacionales a redactor de la revista Tricolor, ¿qué significa para Hugo Colmenares?
Cuando llegué a la revista Tricolor, luego de haber sido un periodista con el premio Miguel Otero Vizcarrondo de El Nacional, de haber sido reportero y de haber trabajado ocho años en las páginas culturales del referido medio, mucha gente me reclamó que por qué yo venía a Tricolor, cuando podía tener espacio en lugares más luminosos, más vistosos. Pero yo tenía y he tenido una vocación a la literatura infantil, y entonces dije: aquí está Tricolor, aquí voy y aquí me he mantenido.
En la revista he tenido muchas satisfacciones como escritor, como divulgador del conocimiento. En todas partes hay niveles de dificultad en la relación humana, a veces dificultad en el tema social, emocional, pero los he superado todos, todos. Para mí la vocación es más importante, más importante que el servicio, y lo que más me interesa es la incorporación de nuevas firmas. Este bosque de lectura, este bosque de temas, tiene que tener muchísimos árboles. No basta con que el árbol de Hugo haga sombra y dé frutos. Si logramos incorporar veinte, treinta escritores de todas las edades, me sentiría muy complacido.
¿Qué parámetros se deben cumplir para convertirse en redactor tricolor?
Lo que primero se exige es que el redactor tricolor tenga en su mano un lápiz, un cuaderno. Que haga apuntes, que investigue, que escudriñe el tema, que vaya hacia el tema. Digamos que esa es la característica del redactor. Que sea un curioso, y que la escritura no la haga desde su talento, sino de la capacidad de investigación que tiene, para que pueda valorizar las ideas.
Por ejemplo, yo le hice una entrevista a una zanahoria. Le pregunté a la zanahoria si ella se la lleva muy bien con las papas, con las cebollas, los tomates, y me dice: “No, yo me la llevo muy bien con deportistas; me la llevo muy bien con los jugos de naranja y de limón. Yo he sido muy amiga de científicos, porque gracias a mí, a un científico X, le dieron el premio Nobel de Medicina por su descubrimiento en la alimentación”. Todo eso lo puedo decir porque lo investigué.
También hice una entrevista a la calabaza, y le dije: “Oye, pero tú eres muy arrogante y muy presumida”. Me dice: “Claro, estoy en el cine, en el teatro, soy una carroza con las brujas, en Argentina me hacen en torta, me invitan a los hervidos, entonces voy a ser orgullosa”. Queremos imaginación, pero que haya investigación.
¿Qué planes están concibiendo en medio de un mundo cambiante que gira en torno a las redes sociales y nuevas tecnologías?
Tenemos que evolucionar, y lo hemos hecho a lo digital. Hoy se puede descargar en YouTube, hay páginas en TikTok, se está trabajando con las redes sociales, con la radio, y con todos los recursos tecnológicos.
Pero fíjate en una cosa que es importante, en las escuelas rurales, en las escuelas de los estados Sucre, Zulia y Táchira, los niños, niñas y adolescentes de las escuelas, de los liceos, están haciendo ediciones que nos sobrepasan. Están creando una nueva Tricolor. Sus propias tricolores. Ediciones en papel de los niños.
También queremos generar un pensamiento crítico a través de las redes, la brevedad, el chispazo del mensaje tan breve de las tecnologías, nos da una gran oportunidad.
¿Qué actividades tienen planificadas con las escuelas?
Ahora con motivo de los 75 años se leyeron los primeros poemas que se publicaron en Tricolor. Los asesores pedagógicos del MPPE van a escuelas para dictar talleres sobre la revista en las carteleras, para escribir libros, elaborar las carteleras. Los diálogos, los encuentros. Hay escuelas que tienen emisoras, emisoras locales que han hecho con las Canaimitas. Todas esas son actividades que se van cumpliendo con las escuelas que utilizan Tricolor en diversas modalidades del conocimiento.
Entonces se inventan paseos, análisis, exploraciones. Cada escuela tiene sus propias iniciativas, hace sus propias tareas de acuerdo a sus recursos. Así los niños que viven en escuelas cerca del mar, en las comunidades indígenas, en la llanura, en zonas ganaderas, zonas agrícolas, en los pueblos andinos, donde hay hortalizas, fabricación del queso. Entonces de todos esos elementos pedimos que nos envíen insumos, formatos audiovisuales que se suben a YouTube. Tricolor es un motivador, va generando motivaciones.
¿Cuál es la estrategia de Tricolor para motivar a la creación en las escuelas?
Todos los educadores estamos montados en la realidad del país. Pero mi vocación literaria está por encima de cualquier gratificación. Hay maestros y maestras que son cantores, que tocan el cuatro, hay maestros de artesanías, hay maestras y maestros que trabajan el moriche, que tejen, que viajan.
El conocimiento es más amplio. Yo soy de La Grita, de Táchira, y curiosamente había una maestra que tendría un segundo grado, y esa maestra, Ana Rosa, ya de ochenta o noventa años, tenía la suma de todas las doctrinas pedagógicas. Ella tenía una escuelita donde les pedía a los niños que le llevaran un puñado de maíz o de caraotas. Las metían en un pote y decía, vamos a sacar el maíz. Entonces, sacaban, uno, dos, tres, cuatro. ¿Cuántos maíces hemos sacado? Treinta. Vamos a sacar los frijoles. Era una clase de matemáticas. Era la sensación del tacto.
Ella hablaba con el director de la banda municipal, con un maestro saxofonista, un director, un arreglista, y le decía: “Maestro, en la plaza Bolívar a las diez de la mañana, usted pasa por ahí, yo voy a estar con los niños y las niñas, para que usted hable de música”.
Y así es que se construye la educación de los niños. Nosotros queremos una poética, una espiritualidad que se revele el conocimiento. Desde la revista Tricolor son muchos los mensajes.
POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
FOTOGRAFÍA CLARA TELO •@clara_emiliatj