28/06/24. Recuerdo el episodio en la universidad como si fuera ayer. Me enamoré locamente del galán de mi coral, y queríamos un final feliz. Hacíamos todo juntos y había voluntad para construir un futuro en común. Yo estaba feliz.
De pronto, compañeras de nuestro grupo se comportaban de manera muy extraña con mi chico. Había una complicidad rara entre ellos. Empecé a sentir un vacío en el estómago. No sabía cómo reaccionar, pero tanta camaradería y risas no se me hacían normales. Opté por ser amable con la gordita que siempre se le pegaba atrás, hasta que empezaron los reclamos. "Es sólo una amiga", me replicaba mi novio. "¿Qué culpa tengo de que mis compañeras que me traten con aprecio?". "Tienes que confiar en mí". Me los topé un par de veces en el cafetín de la facultad de Farmacia y me decía: "Sólo somos compañeros de equipo. Estamos estudiando juntos". La paz se acabó. Estaba enferma. Empecé a imaginarme a mi novio con la tipa, mi cotidianidad se marchitó de una oscuridad muy mustia. Me sentía poco atractiva. Él de repente empezó a alejarse. No respondía a las llamadas. "¿Qué tienes con esa tipa?". "Nada, Maru, es sólo mi amiga".
Para hacer el cuento corto, la "sólo amiga" le parió una hija y duraron como veinte años casados. Fueron dos años de martirio en los que mi autoestima se fue al suelo. Fui burlada por un tipo que nunca quiso ser honesto, con la complicidad de su actual pareja. Como dice la canción de Abba: The winner takes it all.
El triángulo de las Bermudas
La infidelidad es la causa más común del fracaso en una pareja, seguida de las discusiones por dinero. Como dice el refrán, los cachos no duelen, lo que duele es el chalequeo. Shakira se hizo célebre el año pasado a causa de la traición que Piqué le propinó con Clara Chía, su actual compañera. El despecho más celebre del año 2023 inspiró sentidas canciones. La más popular fue la pieza Music Sessions, Vol. 53. Finalmente la artista se dejó de metáforas y Paulo Coelho y arremetió directamente contra su ex y la otra en una rola que rompió récord Guiness en popularidad y numerosos reconocimientos. Similar a ella, muchos artistas usaron el arte para drenar las frustraciones por una traición. Los infieles también han manifestado cómo se sienten traicionando de manera creativa. Caramelos de Cianuro tiene la canción Rubia sol, morena luna. Raúl Vale se confiesa en clave de salsa con Que me perdonen las dos. El grupo Aventura retrató en bachata la historia de dos amigos que compartían amores con la misma mujer con Ella y yo. Alberto Favero y Mario Benedetti hablan en primera persona sobre un amor que no es totalmente disponible. Quizás, alguien casado con Corazón coraza. Y si nos ponemos a investigar más, podemos llenar una rocola con grandes éxitos sobre cuernos.
Películas como Doña Flor y sus dos maridos (novela original de Jorge Amado y dirigida por Bruno Barreto), Azul, de Krzysztof Kieslowski, Vicky, Cristina, Barcelona, de Woody Allen y American Beauty de Sam Mendes, exploran las complejidades de la figura geométrica más dolorosa del amor.
Un triángulo amoroso es una situación en la que uno de los miembros de la pareja comparte una relación afectiva con un tercero. Pueden pasar varias cosas cuando esto se da: la pareja supera la crisis, y se rompe el triángulo. Puede suceder que el sujeto infiel se sincere, y se vaya con la tercera persona. La persona engañada puede decidir retirarse de la relación, o bien el triángulo puede mantenerse de manera permanente. Independientemente del desenlace, la intimidad de la pareja se quiebra dando pie a mucho sufrimiento.
Uno de los cachos más célebres de la historia actual lo sufrió Lady Di cuando el príncipe Carlos irrespetó el matrimonio por mantener un idilio con Camilla Parker Bowles. El matrimonio se rompió, la ex princesa Diana Spencer muere poco después en un accidente, y Carlos siguió adelante con Camilla. Hoy en día están felizmente casados y son los reyes del Reino Unido.
Señales de infidelidad
Se dice que es posible detectar a tiempo cuándo la pareja se está vinculando con alguien más. Entre las señales, se pueden mencionar:
- La pareja de pronto mejora su apariencia.
- Ya no comparten tanto tiempo como antes.
- Peleas sin motivo con mayor frecuencia.
- Dinámicas extrañas en las redes sociales.
- La pareja se la pasa pegada al celular.
- Complicidad y mayor empatía con alguien de su entorno.
¿De quién es la culpa?
Normalmente solemos acusar al tercero en disputa por meterse en un compromiso: "Esa tipa me está sonsacando a mi marido". Ahora bien, ¿quién le dio cabida a esta persona? Al establecer una relación de pareja, se establece un acuerdo de exclusividad. El sujeto que incurre en la infidelidad pudiera lucir como el principal responsable. Sin embargo, no somos la roca que golpea la ola. Para que una relación funcione, hay que trabajar mucho en el respeto, la consideración, el afecto y una comunicación abierta. La confianza no es un cheque al portador: se va desarrollando conforme cada uno honre el compromiso de pareja con sus acciones. A veces sucede que dentro de la pareja se han roto previamente elementos que los unía, llevando a uno de los dos a llenar el vacío afuera.
Por otro lado, no siempre las razones son las mismas. A veces se montan cachos por desamor. A veces, por venganza. En ocasiones pasa que la relación no está pasando por un buen momento, y con la tercera persona las cosas funcionan mejor. También está la inmadurez y la falta de responsabilidad afectiva.
¿Qué hacer?
En las relaciones de pareja no hay métodos. No siempre la infidelidad constituye la causa para romper un lazo amoroso. Sin embargo, lo más sano que se puede hacer es apelar a la comunicación sincera, y evitar caer en situaciones desgastantes que alteren la paz mental y socaven la autoestima.
Si la pareja decide darse una oportunidad luego de una infidelidad, es pertinente buscar ayuda terapéutica para evitar que el resentimiento destruya las intenciones de continuar.
Si, por el contrario, la situación se sale de control, no quedará otra que recoger los vidrios y retirarse con dignidad. De nada sirven las represalias y pasiones tangueras. Es mejor estar solo que mal acompañado. El amor no se obliga.
PD: Veinticinco años después aquel novio universitario reapareció: se separó de la mujer. Sorpresivamente se puso a echarme los perros, a lo que lo bombeé de inmediato. "Esa flor ya no retoña", repliqué. La chica que se interpuso en ese noviazgo suele transitar por los lados de plaza Bolívar. Se puso fea y vieja. ¿Justicia divina? Quién sabe...
POR MARÍA EUGENIA ACERO • @mariacolomine
ILUTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta