12/01/2023. Si los extraterrestres nos vieran por un huequito, de seguro afirmarían que estamos locos. Cada día transcurre sin novedad hasta que una convención social mundial acuerda que se terminó un ciclo y empieza otro. Así, un día como cualquier otro se convierte en el fin y el inicio de un nuevo ciclo que nos llena de esperanzas en torno a un futuro mejor. Así, en todas partes del planeta, la gente festeja con mayor o menor intensidad el hecho de haber podido matricular y de tener nuevamente la oportunidad de meter la pata.
NUEVOS COMIENZOS
Así, empezamos nuevamente con la ilusión de construir una mejor vida, y con este ensueño vienen una serie de propósitos que muchos llenan de cara a planificar mejor el transitar por la vida. Esta vez sí nos vamos a tomar en serio las cosas, comeremos más ensalada, dejaremos de ver porno, visitaremos más a nuestra familia, haremos mucho dinero, viajaremos al extranjero y ganaremos un premio. El año se hace chiquito ante las grandes expectativas que muchos nos creamos en la cabeza.
Todo esto está muy bien. Querer mejorar nuestras vidas es loable y digno de imitar. El problema está en que ante las grandes esperanzas, las frustraciones aguardan a la vuelta de la esquina. A menos de que tengamos una voluntad de hierro y grandes motivaciones, lo más común es que la gente siga viviendo como siempre: gorda, sin plata y con una vida común.
¿LA TRAMPA DEL TIEMPO?
La línea imaginaria que nos hace caminar alrededor del sol con destino a la muerte tal vez no sea la culpable de esta gran presión social. Probablemente el responsable de esta gran auto estafa es el sistema capitalista. Vivimos en una sociedad que mide los niveles de satisfacción sobre la base de logros: adelgazar, graduarse, casarse, hacer dinero, hacer amigos, viajar, etc. Las sociedades mal llamadas tribales tienen una concepción distinta sobre el tiempo, y se toman la vida con más filosofía. La civilización actual, en cambio, libra una batalla en pos de aumentar la productividad, generando seres cansados, frustrados y ansiosos.
VIVIR YA ES UN ÉXITO
Quienes han perdido un ser querido de seguro saben que no hay mayor regalo que tener cerca a aquellos que partieron. Es preciso redimensionar las concepciones del tiempo, y vivir sin apuros. El hecho de tener un techo, comida, trabajo y afecto ya son un triunfo contra el absurdo. Más bien empecemos a agradecer la maravilla de la incertidumbre y disfrutemos de las sorpresas que nos regala cada día sin el agite de estár corriendo una carrera contra el tiempo.
POR MARÍA EUGENIA COLOMINE • @mariacolomine
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ