Chávez, ya no soy yo. Chávez es un pueblo.
Hugo Chávez.
22/08/2024. En estos días de revuelo, un sector de la oposición venezolana ha lanzado una feroz campaña de desinformación y manipulación contra Venezuela. En ese sentido, desde las redes sociales y los medios de comunicación hegemónicos aliados de la extrema derecha del país, intentaron posicionar titulares como: “El chavismo ya murió” o “¿Cuándo comenzó la proliferación del chavismo en Venezuela?”. Asimismo, montar una narrativa sobre que el colapso de este, devino con el fallecimiento del Comandante Hugo Chávez.
El pueblo chavista moviliza a toda una población, garantizando el buen vivir en las comunidades...
Antes, durante y después de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, el objetivo era hacerle pensar a la comunidad internacional, y a la población venezolana, incluso, a los mismos chavistas, que el presidente Nicolás Maduro no contaba con apoyo popular.
La finalidad de quienes manejan los hilos de la prensa, es impulsar la idea de que ya no existe un pueblo que defienda a la Revolución Bolivariana o que es una minoría reducida a casi nada, con el fin de darle peso al guion del supuesto fraude electoral cometido por los dirigentes revolucionarios. Una tarea de la guerra cognitiva.
¿Qué es el chavismo?
En el libro El chavismo como identidad política de Jesse Chacón y Wilfer Bonilla, el periodista e investigador, Ignacio Ramonet, hizo un prólogo en el que definió el chavismo como “el encuentro de varios caminos abiertos por los Libertadores y el encuentro de varias búsquedas iniciadas por muchos soñadores sociales que convergen en un punto nodal: el pensamiento de Hugo Chávez”.
También expresa que es una política emancipada “de la eterna tutela conceptual europea… es original, fuente, manantial, y no espejo o copia de lo que se ha hecho en otros continentes, en otras culturas”.
Además, describe que “ser chavista es ser bolivariano, como opción de vida, porque significa ser antiimperialista, anticolonialista, antirracista y verdaderamente republicano”. Esa opción de vida es la que siguen defendiendo millones de venezolanos y venezolanas. Va más allá de un partido político. Es una cultura, una forma de ver el mundo, de sentirlo, de conectar con él y con las y los hermanos, sin importar su credo, cultura, tradición, país en el que vive. Es una cultura que trasciende las fronteras.
¡El chavismo vive, la patria sigue!
Con 6.408.844 votos (51,95 % de los votos), el primer presidente chavista y candidato del Gran Polo Patriótico, Nicolás Maduro, fue reelecto para asumir otro período presidencial. Ese número no es solamente una cifra.
Las casi 110 marchas del chavismo en todo el territorio nacional, que sucedieron al desastre, al vandalismo y la violencia de un sector de la oposición, son el reflejo de que existe un pueblo que continúa en la defensa de esa “opción de vida” que reivindica la lucha de los héroes y heroínas de la patria, que enaltece el valor de mujeres como Luisa Cáceres de Arismendi, que sufrió la pérdida de su hijo no nato debido a la tortura a la que la sometieron los españoles en las cárceles. Y así, de tantos y tantas que han sido martirizadas por los imperios que tienen intereses en esta tierra nuestra.
Las cifras y las marchas son apenas visibles en algunas corporaciones mediáticas operadas por los poderes económicos. No obstante, no le dan cabida a cómo está representada esta identidad política innovadora en las calles y en las comunidades, en el trabajo de los comuneros y comuneras, de cultores y cultoras, de los médicos comunitarios, de las lideresas y líderes de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).
El gobierno comunal o el mandato del Poder Popular, son creaciones del Comandante Chávez. Así que, quienes se reafirman antiimperialistas, antirracistas, antisionistas y anticolonialistas, y son sensibles a la otredad, y ponen en práctica sus saberes, participan o lideran en los consejos comunales, en las comunas, desde el barrio con los niños, niñas y jóvenes, en los proyectos comunales, en la organización política, en la enseñanza, desde las artes, desde los libros, se convierte en una representación del pensamiento de Chávez en acción. Recordemos que el chavismo es una cultura que trasciende fronteras, religiones, creencias, preferencias políticas y tradiciones.
La fuerza del chavismo
Es necesario gritar contra las redes sociales y medios hegemónicos, para desmentir el mito de la inexistencia del chavismo. Sobre todo, porque, como lo refiere la Plataforma por los Derechos de las Mujeres, esta es una identidad política que tiene base en las mujeres populares. Negar la fuerza chavista, es invisibilizar a las lideresas comunales, jefas de calle, cultoras, docentes.
Esa estrategia pone en peligro el proyecto de emancipación de América Latina y en riesgo físico, simbólico y moral a las mujeres que, desde las organizaciones de base, han logrado grandes avances como la redistribución de las responsabilidades en las comunidades para la construcción colectiva de un país soberano.
Muestra de ello es la participación de las venezolanas en la Consulta Popular Nacional del pasado mes de abril y la organización de las venideras, este 25 de agosto, donde se eligieron más de 4500 proyectos en igual número de circuitos comunales.
El pueblo chavista moviliza a toda una población, garantizando el buen vivir en las comunidades, construyendo la patria bajo el cumplimiento y la protección de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
¡El chavismo sólo morirá, cuando muera el último chavista!
POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ