05/09/24. Hay quienes se escandalizan con la sola mención de la palabra “sexual”. Si bien tiene que ver con comportamientos y características relacionadas con la satisfacción o el placer durante el coito, hay que hacer énfasis en que la sexualidad no es algo inherente, únicamente, de los adultos. Es preciso ilustrar a las infancias sobre este tema, para que tengan armas para defenderse. En otras palabras, los conocimientos que les permitirán tener una vida sexual sana y libre de violencias.
Cuando un niño o niña manifiesta curiosidad o deseo por descubrir más sobre sí o sobre aquello que siente al explorarse, las recomendaciones son: ¡no escandalizarse!
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud sexual “es un aspecto fundamental para la salud y el bienestar generales de las personas, las parejas y las familias, así como para el desarrollo económico y social de las comunidades y los países”.
Además, el organismo considera que el trato sobre esta debe tener “un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, sin coerción, discriminación ni violencia”.
Esto no quiere decir (que es lo que suelen creer muchos padres, madres y representantes) que a los niños y niñas se les debe hablar de cómo “tener sexo”. Según la doctora en Ciencias Sociales y orientadora sexual, Isbelia Farías, "es sumamente necesario enseñar a los niños sobre la sexualidad, comenzando por enseñarles el nombre correcto de sus partes privadas. Esto es muy importante, incluso, para evitar abusos sexuales. Se debe comenzar la educación a sexual a temprana edad, enseñando de forma progresiva y acorde a la edad”.
Esa es la clave, la enseñanza dinámica y gradual, utilizando términos y definiciones que vayan con sus tiempos de desarrollo. Teniendo en cuenta que la salud sexual es un derecho para las infancias, se convierte en prioridad educarlos en ese respecto, también, para promover y transmitir valores, habilidades y actitudes positivas hacia la sexualidad y la forma de vivirla.
Sexualidad en la infancia
La OMS describe la salud sexual como un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; por lo tanto, acercar de forma positiva y respetuosa a las y los niños hacia este tema, les brinda la posibilidad de un desarrollo saludable. Además, los prepara para la etapa de la adolescencia, que es cuando se manifiesta su sexualidad.
Durante la infancia predominan la curiosidad, la exploración, la observación y el descubrimiento de todo lo que les rodea. Los niños y niñas, mientras juegan, se van conociendo a sí mismos para adaptarse a su entorno. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria indica que esto ocurre mediante:
- El conocimiento de su cuerpo y el de otras personas.
- La repetición de conductas que le producen sensaciones de placer y bienestar.
- La imitación del comportamiento de otros niños y de las personas adultas que les rodean.
- La asignación de un significado a sus vivencias (experiencias, sentimientos y sensaciones).
¡No te escandalices!
Cuando un niño o niña manifiesta curiosidad o deseo por descubrir más sobre sí o sobre aquello que siente al explorarse, las recomendaciones son: ¡no escandalizarse!
Especialistas aseguran que, aunque el tema de la sexualidad sigue siendo un tabú, desaprobar manifestaciones propias del desarrollo del niño o la niña se pueden considerar como una “forma de transmitir información sobre sexualidad mediante mensajes de censura o prohibición”.
Se suele consumir poca información sobre este asunto que, por cierto, debe ser priorizado si se convive con infancias. Reflexionar sobre educarte acerca de la salud sexual, es una manera de iniciar con este proceso que te permitirá ofrecerle, a los pequeños y pequeñas, herramientas para gozar de un derecho humano que es una sexualidad sana y a vivir una vida libre de violencias.
Si no sabes cómo empezar, la doctora Isbelia sugiere “seguir consejos de especialistas o acudir a talleres impartidos por profesionales capacitados para abrir un diálogo en familia o con los niños y niñas, dándoles información confiable y jamás dejar que les enseñen en las calles o que obtengan estos conocimientos por medio de redes sociales u otros medios”.