17/09/24. Miguel Ángel García Araujo, de diecinueve años, es un chamo que no para. Lo ves un día interpretando a un estudiante malaconducta. Luego, aparece bailando y cantando al mejor estilo de Broadway. Después lo ves ensayando y trabajando el cuerpo con la profe Jericó Montilla. Más adelante lo ves metido en cuanto casting aparezca. Y por si fuera poco, también escribe poesía y está próximo a iniciar estudios de Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela. Miguel es un joven actor de teatro, cantante lírico, poeta y estudiante que se ve totalmente comprometido con su sueño. A tan corta edad, es sorprendente la madurez y dedicación con la que está asumiendo su vocación de actor y de creador.
Actor que no tenga miedo, no es actor, y actor que no se enfrente con sus propios demonios no es actor.
Cuando Miguel se monta en las tablas, se transforma y transmite pasión. Tuve el honor de conocerlo en el Taller de Poesía del Celarg, impartido por Luis Alberto Crespo, y quedé impresionada por la sensibilidad de su verbo poético, y empuje para el arte. Estoy segura de que más temprano que tarde dará de qué hablar. Conozcamos un poco más la voz poética de Miguel Ángel García Araujo.
¿Cómo te definirías en pocas palabras?
Creativo, sensible, artista, humano.
¿Por qué la actuación?
Creo que es la base de mi querer con el sentido del comunicar: querer comunicar. Para mí es muy fundamental. La actuación me dio esta herramienta tan poderosa. Durante mis inicios, estuve seis años en un coro donde me formé como cantante lírico. Tengo mi título de cantante lírico, pero siento que ya no tengo las herramientas. Me queda la formación que tuve, y sé que puedo cantar en cualquier lado y me va a ir bien. Durante ese camino de mi niñez y juventud, me di cuenta de que el canto no era lo que yo quería como artista. Yo lo que quería era expresarme con mi cuerpo, con mis emociones y vivir otros mundos e historias.
En ese período conocí la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo. Para mí, era, es y seguirá siendo un sueño estudiar ahí. Paralelamente estudié en la Escuela de Teatro Musical de Petare.
Siento que la actuación es una herramienta poderosa que nadie usa. Creemos que los actores son los únicos que actúan. Pero si nos vamos a lo real, a la palabra "actuación", significa "accionar". "Actor" significa "acción y emoción". Nosotros somos actores de nuestra propia vida siempre. Constantemente actuamos que caminamos, que conversamos con el otro. Accionar viene de agarrar el vaso y ponerlo en la mesa. La actuación es una herramienta de vida, es un péndulo de vida.
¿Cómo definirías tu experiencia en las tablas?
Mis inicios fueron en la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo. Durante esos años de la carrera, decidí inscribirme en otros programas de teatro, como la Escuela de Teatro Musical de Petare, la Compañía Élite de Actores Fábula. También La Escuela, centro de formación cultural. Me gradué en 2023 y en el 2022, audicioné en la Compañía Nacional de Teatro aún siendo un estudiante y siendo muy joven. Fui admitido en la Compañía Nacional de Teatro, y de hecho el más joven de la compañía. A partir de ahí he trabajado en montajes del repertorio venezolano: tanto musicales como texto, performance, etcétera. He pasado por manos de muchos directores maravillosos, primeros actores y actrices venezolanos. Creo que mi experiencia este momento ha sido muy gratificante y valiosa. Me he rodeado de personas que me han sumado con su ejemplo, como Aura Rivas, María Brito, Francis Rueda, Verónica Arellán, y la vista se me queda corta. Tantas actrices a las cuales seguir, que me siento satisfecho de este momento.
Actor que no tenga miedo, no es actor, y actor que no se enfrente con sus propios demonios no es actor. Siempre la experiencia en un escenario debería ser algo completamente ritualístico porque es tu casa: es donde vives tu historia, pasas esos mundos. La experiencia sobre un escenario puede ser aterradora. Pero es justamente eso lo que hace que no vuelva. Porque uno quiere saber de dónde sale ese terror y cómo hago para afrontarlo. No es el miedo escénico: es el miedo de pasar la puerta a ese mundo, esa historia que necesita ser contada. Pocos actores pasan esa puerta a profundidad, y por eso a veces la actuación no llega al público. Pero es importante que la experiencia en las tablas sea una experiencia que deba abrazar, concientizar y querer sea buena o mala, porque la experiencia queda.
¿Quiénes son los actores o actrices venezolanos que te llaman la atención?
La directora que dirigió mi montaje de egreso se llama Verónica Arellán. Esa señora es mi inspiración. Ella es una excelente actriz. Tuve la dicha de tenerla en mi montaje de egreso, que fue un monólogo. De los actores masculinos, no tengo mayor referencia.
¿Qué recomendación le das a quien desee incursionar en el teatro?
Que sepa que en el teatro siempre van a encontrar un espacio para poder ser ellos mismos. Soy fiel creyente de que mucha gente que hacemos teatro tengamos un tornillo flojo, en el buen sentido. Por ejemplo, a mí me encanta comer caraotas con vinagre. La gente normal se escandaliza, pero en el mundo teatrero eso no espanta. La gente del teatro es única. El teatro siempre va a ser un espacio donde tú como persona vas a ser aceptada sin prejuicios. Te recomiendo que seas tú mismo sin querer ser alguien más, a pesar de que en el teatro siempre vamos a ser alguien más. Como dice Stanislavsky: el actor sobre sí mismo.
¿Cómo ha sido tu experiencia en la poesía?
Hay una frase de Federico García Lorca que dice "El teatro es poesía hecha humana". Justamente a través del teatro llegué a la poesía. La poesía también es comunicar lo que uno siente. Aunque no lo creas, hacer teatro es hacer poesía con el cuerpo. El actor es un ser poético y es inevitable. También tengo la creencia de que la poesía es un ente que actúa. Cuando tú lees un poema, algo pasa dentro de ti, o le pasó a esa persona que escribió ese poema. Mi experiencia con la poesía ha sido de un profundo soltar todo lo que uno carga.
¿Por qué elegiste Comunicación Social?
Realmente quiero ser licenciado en actuación, por ahora soy técnico. Me interesa el hecho televisivo, y me interesa hablarle al público. Me interesa incursionar en un espacio nuevo, y estaría estudiando un nuevo arte.
¿Cómo te ves en diez años?
Me veo libre. La actuación parte de eso: de despojar las cadenas que uno carga consigo mismo y las que cargamos como sociedad. Me veo en algún lugar que me haga feliz. No sé cómo, dónde, cuándo, y no quiero saberlo. Pero sé que estaré feliz.
¿Quiénes son tus referentes espirituales y artísticos?
Mis padres. Siempre he creído que son artistas natos. Mi papá siempre hace arte para llevar la comida a casa. Mi mamá siempre hace arte cuando trae un plato de comida a casa. Esos son mis referentes primarios: son la luz en el camino.
Me gusta mucho Grotosky, y desde esa autenticidad del ser trabajó teatro del cuerpo, teatro pobre: donde sólo se trabaja con el cuerpo sin ropa y nada más.
¿Cómo ves la movida del teatro en Venezuela?
La movida teatral en Venezuela existe: sí existe el teatro en Venezuela. Sólo necesitamos más agrupaciones que acojan el talento que los jóvenes tienen para ofrecer. Aún en este tiempo no les estamos dando paso a los actores y actrices emergentes. Es importante decirles a los veteranos que nosotros también tenemos derecho de tener nuestra oportunidad así como ellos.
Con el auge del streaming y la inteligencia artificial, ¿crees que el teatro pueda desaparecer?
El teatro nunca va a desaparecer, va a ser parte de nosotros siempre. Ha estado desde la prehistoria y va a continuar. Puede adaptarse a nuevos formatos y ambientes. En la pandemia, trabajamos el teatro de manera digital y en zoom y logró mantenerse. Pero el teatro jamás va desaparecer. Siempre va a haber un público que te va a estar viendo, porque el teatro viene de rituales ancestrales.
¿Qué rol nunca interpretarías y por qué?
Nunca interpretaría a Macbeth, de Shakespeare. Ese personaje carga una energía que no es compatible con lo que yo siento. Es una energía muy maligna. Para que el actor desarrolle esa energía, puede ser peligrosa, al menos para mí. De hecho, se cree que Macbeth es uno de los personajes con un poder superior a los demás que ha escrito Shakespeare. Hay una superstición, que si montas Macbeth en un teatro, suceden cosas malas, o si interpetas Macbeth tres veces.
¿Qué mensaje te gustaría darle a la comunidad de Épale CCS?
Agradecer la oportunidad. Siempre tengan estas iniciativas maravillosas. Justamente dan a conocer la voz de alguien que tiene mucho qué decir. Todos tenemos mucho qué decir, y es bueno que haga una común unión entre ustedes y nosotros.
POR MARÍA EUGENIA ACERO • @mariacolomine
FOTOGRAFÍA DENNYS GONZÁLEZ • @dennysjosegonzalez / CORTESÍA