19/01/2023. Aunque no figura en la lista de las canciones y boleros dedicados a María Félix, como la clásica María Bonita, Noche de ronda, Humo en los ojos, entre otras, no es aventurado decir que siendo de 1945, año de su boda con la diva, Palabras de mujer fuese otra de esa cosecha, su idolatría por ella bien podría traducir… “hasta la eternidad/ te seguirá mi amor/ Hasta en tus besos me hallarás/ hasta en el agua y en el sol/ aunque no quieras tú/ aunque no quiera yo”… Uno siempre ha escuchado en el argot popular, “Palabra de hombre”, queriendo significar un compromiso recio, algo inamovible y hasta una decisión definitiva. La palabra de mujer en cambio, podría sugerir artificio, “envolvencia”, fatalidad, manipulación hermosa o fea, dominación feminista o genialidad, sino que lo digan Isadora Duncan, Madame Curie, Frida Kahlo, Simone de Beauvoir, Marilyn Monroe, Gertrude Stein, Victoria Duno, Elisa Lerner, María Calcaño, Teresa de La Parra, Mercedes Chacín y Shakira, ¡para no seguir en una lista interminable! Jajaja…
El mérito del músico poeta entonces es sorber del alma de su mujer, la palabra que lo eterniza, que le da bríos para retar a Dios, y dejar envolverse divinamente como un perfume, en su inspiración. Palabras de mujer resume sus dos pasiones: la música y las mujeres, que lo poseyeron desde muy joven. Desde los versos más antiguos de 1910 dedicados a Irene, una niña de San Ángel a la que escribió: “Divina sanangeleña/ que mi corazón extraña/ y con obsesión te sueña”, o en la primera canción que registró a su nombre La prisionera de 1926, para no dejar por fuera a las meretrices del Club de Señoras, y mucho menos a Estrella, la autora del “botellazo de puta”, que le marcó la cara para siempre. Agustín fue un defensor de las mujeres, un adalid de las mujeres bellas y la putería, fue y sigue siendo nuestro héroe, desde el extraño sortilegio de su fealdad.
“Nací feo y lo seguí siendo toda mi vida. Pienso que lo único atrayente en mí para las mujeres, es mi fealdad. ¿Por qué han de quererme las mujeres bellas? Porque quieren y pueden. Y por puro contraste. Me siento feo. Pero no me preocupa, por ello, Dios pudo disponer de más tiempo para embellecerme el alma”.
Como poeta llevó en su espíritu la esencia femenina.
¡Palabra de mujer!
POR HUMBERTO MÁRQUEZ
ILUSTRACIÓN ERASMO SáNCHEZ