Esto le dice Serrat a Mujica.
"¡Si estuviesen libres de todo pecado
palabras como honesto, solidario,
lúcido, libre, generoso,
valiente, consecuente, bueno.
Si pudiera arrancarles la mugre y devolver
a estos vocablos todo su significado,
no dudaría en aplicarlos a ti, Pepe Mujica,
referente, ejemplo, amigo, compañero”.
13/02/25. Cuando Ulises terminó su odisea, es decir cuando llegó a Ítaca, no solamente había mugre en su ropa, sino en su ser. Llenándose de ella venció obstáculos para alcanzar su objetivo. No traicionó su amor ni su éthos, fue su carácter, su ética los que definieron quién era, cómo era. De haber llegado inmaculado, Penélope habría sufrido un desencanto. Quién sabe lo que hubiese pensado y cómo terminaría Telémaco, su hijo.
...soy partidario de que las palabras carguen consigo toda la inmundicia que los humanos le hemos echado encima. Bañaditas y entalcaditas tal vez se vean más bonitas, pero si les quitas la mugre su olor se hace sospechoso.
Todas las palabras que están dentro del campo semántico del bien, no sólo están inmundas, sino gastadas. Han tenido su recorrido, han sido mancilladas. Vemos a esa cuerda de hampones bien hablados, bien perfumados, bien vestidos que las utilizan para arrastrar a la gente a que compren desde jabones, hasta ideologías, pasando por maneras de pensar, amar o tener sexo.
El asunto es la intención. Cualquier palabra que se presenta en un bando tiene una pata en el bando contrario. Esto no se refiere a la ambigüedad de las palabras o a la hipocresía del hablante. Se refiere a que el concepto sigue vigente, aunque la intención sea distinta. Por ejemplo, dice A: “si dejas a B te harás libre, B dice: “si dejas a A serás libre”.
Casi todo el teatro a lo largo de su historia se sostiene en ese ensuciamiento inevitable de las palabras. El conflicto entre dos fuerzas se debe a intenciones distintas, tal vez unas nobles, otras retorcidas, pero las fuerzas encontradas les otorgan el mismo significado a los vocablos. En una guerra, los soldados de ambas partes salen a matar al enemigo con las mismas palabras con el mismo sentido a flor de labio.
La Usaid (Agencia de Estados Unidos para el desarrollo regional) −uno de los más perversos mecanismos para asesinar gente, tumbar presidentes, robarse dineros y territorios, torturar, asentar el poder de Estados Unidos-, siempre funcionó en nombre de esos conceptos que acompañan a la noción del bien. Ahora que la están desmantelando, pareciera que las mismas palabras van a funcionar en sentido contrario. Por lo menos hasta que consigan su nueva empresa humanitaria.
Puestos a escoger, soy partidario de que las palabras carguen consigo toda la inmundicia que los humanos le hemos echado encima. Bañaditas y entalcaditas tal vez se vean más bonitas, pero si les quitas la mugre su olor se hace sospechoso.
La hiper famosa frase de Hamlet “ser o no ser” resume todo este tinglado de manera contundente y hermosa.
POR RODOLFO PORRAS • porras.rodolfo@gmail.com
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ • (0424)-2826098