27/02/25.- La elección de la reina de carnaval en Venezuela, se remonta a los años del mandato de Marcos Pérez Jiménez. Desde entonces, se convirtió en una tradición que se extendió a las instituciones educativas, donde por décadas las niñas han sido sometidas a competencias entre ellas.
Es fundamental cuestionarnos si de verdad es relevante tener una reina en el carnaval y considerar alternativas que celebren la diversidad y las capacidades de cada niño, niña y adolescente, sin necesidad de jerarquías basadas en la apariencia.
Si bien la figura de la reina de las fiestas carnestolendas es ahora una de las escenas más esperadas y celebradas por los venezolanos y las venezolanas, sobre todo, en las más pequeñas, puede tener efectos negativos que merecen ser examinados.
El Ministerio del Poder Popular para Educación (MPPE), bajo la dirección del ministro Héctor Rodríguez, emitió hace unos días el Boletín 16, donde expresa la prohibición de la elección de reinas de carnaval en las escuelas y liceos del territorio nacional.
“Tengamos claridad y convicción de que esta es, sin duda, una práctica nefasta, una expresión de violencia simbólica contra niñas y jóvenes, que evolucionará con certeza a violencia física y sexual”, expone el comunicado.
A su vez, el organismo gubernamental deja claro que su deber es proteger a las estudiantes de cualquier tipo de agresión que puede afectar “su vida, su libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica…”. Concluye acotando que transmitir los estereotipos de belleza “cosifican y violentan” a las niñas.
En estas competencias se promueven estándares irreales que pueden afectar la autoestima de las niñas. Desde una edad temprana, se les enseña que su valor está ligado a su apariencia física, lo que puede llevar a una hipersexualización y a la internalización de estereotipos dañinos. Además, son presionadas para que cumplan con los ideales que tiene la sociedad machista sobre la belleza, generando un ambiente competitivo poco saludable entre las niñas y las jóvenes.
Se fomentan comparaciones y rivalidades que terminan desvirtuando la esencia del carnaval: la celebración de la identidad, los bailes, las máscaras, los disfraces, la creatividad y la inclusión. En lugar de incluir, esos concursos aíslan a las niñas y adolescentes y las convierten en objetos de exhibición, fomentando la cultura elitista y de las monarquías, exacerbando su ego y desviando la atención de sus talentos, habilidades y de valores positivos como la amistad, el compañerismo, la solidaridad, la cooperación. Inclusive, se establece una barrera entre ellas y el resto de los y las estudiantes durante la festividad.
Es fundamental cuestionarnos si de verdad es relevante tener una reina en el carnaval y considerar alternativas que celebren la diversidad y las capacidades de cada niño, niña y adolescente, sin necesidad de jerarquías basadas en la apariencia.
“Ideas para celebrar los carnavales en el espacio escolar”
En su comunicado, el MPPE hace algunas recomendaciones para que haya una verdadera inclusión durante estas festividades:
- Realizar conversatorios sobre el origen de la celebración y su importancia cultural para Venezuela.
- Conversar sobre las tradiciones en regiones como Carúpano o El Callao.
- Conversatorios acerca de las experiencias que han tenido los niños, niñas y docentes en estas fechas.
- Lectura de diversos textos (cuentos, poemas, textos informativos).
- Escuchar música tradicional.
- Hacer una muestra de videos y fotografías.
- Elaborar carteles y máscaras.
- Diseñar disfraces con materiales reciclables.
- Planificar la comparsa escolar.
El carnaval no se acabará si no se tiene una reina. Sin embargo, la prohibición de la elección de la reina terminará con una cultura que puede perpetuar ciclos de violencia, hipersexualización de las niñas, rivalidades entre compañeras, problemas psicológicos, baja autoestima, inseguridades sobre el físico, la pedofilia.
¡Piénsalo!
POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ