25/09/25. Avanzamos entre la multitud, chemises blancas, azules, amarillas, rojas, beis, pequeñas, grandes, medianas, voces y más voces mezcladas entre sonrisas y correderas, sobre todo estas últimas tan constantes como bostezos delatan la primacía de la aceleración citadina.
...realcemos el potencial creativo, despertamos en nuestra juventud y en nosotros mismos, de manera dialógica, esa maravillosa capacidad que tenemos de florecer, es decir, de brillar como seres de bien.
Seguimos por la intercomunal, el sol se esconde detrás de los autos, las busetas, los edificios, el rostro de una mujer joven que jala el brazo de un niño delata preocupación.
Entro a una quincalla y veo otras mujeres, algunas abuelas, piden cartulina, colores, papel bond, dos, mejor tres, gracias, ¿tiene foami?, ¿pintura con escarcha?, sí, esas, deme dos.
Detrás de ellas, niños de ojos clavados en pequeñas pantallas esparcen exaltaciones –estamos jugando en línea- me dice uno cuando le pregunto.
La noche llega, los niños siguen jugando, mientras mamá arenga a la hija o hijo mayor para que le ayude con la maqueta del nené.
Discuten, suenan puertas, el nené grita, llora, patalea, amanece.
La madre ha estado escribiéndose intensamente con otras, intercambian fotos, capturas de internet, mensajes de voz, va a la cocina, vuelve a calentar el café, va al cuarto, a levantarse, hay que ir a la escuela.
Carga la dichosa maqueta en una mano y con la otra aprieta fuerte el brazo del pequeño recién peinado, bañado, perfumado, mientras este le sonríe al mundo.
¿Son realmente pedagógicas las tareas para la casa, esas que suelen enviar en el cole sin mayores instrucciones, con escasas estrategias sugeridas, sin ningún aprendizaje significativo?
El debate lo ha retomado el ministro de educación y yo, que me considero un neófito en estas lides, pero que he vivido la presión que estas ejercen en el hogar, pregunto a las expertas, las respuestas, comunes, resultan contundentes: Hay que rediseñar las tareas, cambias las estrategias, sobre todo en tiempos en que la inteligencia artificial viene desplazando cada día más todo contacto humano.
Ante esto, no olvidemos, por favor, aquello de la pedagogía del amor, el ejemplo y la curiosidad, así como el acervo cultural que nutre la diversidad que hace de las venezolanas y venezolanos, personas capaces de vencer el tedio de la dinámica mercantil que penetra mediáticamente las conciencias.
Entonces sí, hagamos tareas, realcemos el potencial creativo, despertamos en nuestra juventud y en nosotros mismos, de manera dialógica, esa maravillosa capacidad que tenemos de florecer, es decir, de brillar como seres de bien.
POR BENJAMÍN EDUARDO MARTÍNEZ HERNÁNDEZ • @pasajero_2
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta