"Si una persona ama sólo a otra y es indiferente a todas las demás, su amor no es amor, sino un apego simbiótico o egoísmo ampliado."
Erich Fromm, El arte de amar
27/02/25.- El escritor alemán, de quien tomamos la cita por uno de sus libros más emblemáticos, también dice que el amor, además de una experiencia emocional, es un acto consciente que implica responsabilidad, compromiso y acción. Adicionalmente, explica que si no somos capaces de estar solos, tampoco tendremos la capacidad de amar verdaderamente. Estar cómodos con nuestra propia compañía, es símbolo de que podemos sentir amor de forma genuina.
Todas y todos somos susceptibles a “apegarnos” emocionalmente... es fundamental conseguir identificar el momento en que comenzamos a sufrir, a sentir dolor y es allí cuando algo NO ESTÁ BIEN.
Sin embargo, el sistema capitalista promueve valores que tergiversan el hecho de amar, y lo convierten en un acto de sacrificación, de renuncia a sí mismo para complacer al otro o la otra, donde el sufrimiento y la reconciliación se convierten en un dúo dinámico en las relaciones amorosas.
Sobre este asunto, denominado por especialistas como “amor romántico”, nos habla Beatriz Montenegro, quien no sólo es cantante de la agrupación musical Bea y los Significantes, también es creadora digital y psicóloga.

¿Cómo defines el mito del amor romántico? ¿Está relacionado al proceso de idealización del otro y de la otra?
Definir el “amor romántico” es correr el riesgo de reducir un asunto más complejo de lo que parece a “primera vista”. Se trata de un entramado de ideas y concepciones que han oprimido a mujeres y por qué no decirlo, a los hombres también en una visión del amor como un sentimiento “poderoso” que une a las personas: particularmente a hombres y mujeres -porque- bajo esta perspectiva, sólo es posible heteronormativamente; y este es otro asunto del que no me daría tiempo ahondar en este momento, y que tiene que ver con la naturalización del vínculo sólo entre personas de sexos opuestos.
Recordando a Marcela Lagarde, antropóloga mexicana; el amor romántico hace parte de los distintos cautiverios a los que son sometidas las mujeres, en la cultura patriarcal; imponiendo creencias que no son posibles de rebatir o desafiar, so pena de ser sancionadas severamente: desde la crítica moral dirigida a ellas hasta la máxima expresión de violencia, como el femicidio.
Por supuesto que hay idealización en el amor romántico: “el amor es para siempre… el amor lo puede todo… hasta que la muerte nos separe… es incondicional… mi alma gemela…”. Sobre la base de esos preceptos se ha perpetuado la subordinación de las mujeres y legitimado dispositivos de control y disciplinamiento, que obligan a mujeres y a hombres a comportarse de una determinada manera, a saber: matrimonio como inicio de la familia nuclear, rivalidad entre mujeres, el hombre conquistador de muchas, las mujeres escogidas o elegidas por estos, y un largo etcétera.

¿Cuáles son las señales que pueden indicar que una relación ha cruzado la línea de un amor saludable hacia la dependencia emocional?
Comenzar por preguntarse: ¿Qué es un “amor saludable”?, y ¿será que todas las “dependencias emocionales”, son negativas? Creo que sería importante dejar abiertas estas preguntas antes de apresurarse a emitir algunas respuestas con pretensiones universales.
No obstante, sí estaría bueno apuntar a la necesidad de estar alertas cuando nos involucramos amorosamente con alguna persona y llegamos a sentir que, no podríamos imaginar la vida sin ella. Hay letras de canciones que lo muestran perfectamente: Vuelve, que sin ti la vida se me va, ¡vuelve! Que me falta el aire si tú no estás… Canciones que tarareamos, que nos aprendemos de memoria, cuyas melodías pegajosas convocan emociones, al tiempo que eternizan la idea de esta forma del amor, que, en definitiva, no luce muy “saludable” que digamos.
¿Cómo influye el apego emocional en la capacidad de las personas para establecer vínculos saludables?
Muchas terapéuticas contemporáneas y textos de autoayuda, han popularizado conceptos que pretenden explicar el comportamiento humano y las personas terminan adoptándolas como justificaciones o respuestas a sus interrogantes; la mayoría de las veces con efectos obturadores, negando la posibilidad de continuar explorando en sus más íntimas angustias; lo digo desde mi experiencia en la clínica. Muchos/as pacientes llegan a la consulta con ese discurso; el “apego emocional” encabeza el listado de términos favoritos. “Vínculos saludables” también es otro reduccionista y de entrada categoriza, bajo un supuesto normativo binario: normal-anormal; sano-enfermo, ¿me explico?
Todas y todos somos susceptibles a “apegarnos” emocionalmente y en consecuencia, vincularnos con el otro, con la otra, de la forma que podemos; es fundamental conseguir identificar el momento en que comenzamos a sufrir, a sentir dolor y es allí cuando algo NO ESTÁ BIEN. Son alertas, las famosas red flags o "banderas rojas”. Buscar ayuda profesional u orientación, se hará necesario, pues, NO es tan sencillo resolver alguna situación de esta naturaleza.

¿Está relacionado con algunos tipos de violencia?
¡Definitivamente, sí! Tal y como lo asomé en la primera pregunta, el “amor romántico” ha sido instrumento del sistema patriarcal, que ha servido para someter a las mujeres, principalmente, restringiendo sus modos de actuar al ubicarlas en un lugar de subordinación frente a un modelo impuesto de: familia heteronormativa, maternidad inexorable, belleza hegemónica; en la que los hombres han ocupado el puesto de privilegio: son los que “eligen” a la chica más bonita, para que sea su novia o a la más “seria”, para que sea su esposa y en este sentido, deberá reunir una serie de cualidades que, si llegara a infringir, la consecuencia en el mejor de los casos, es la separación. Durante el noviazgo es frecuente observar una serie de restricciones que el novio impone a la novia: sólo debe salir con él, revisar el celular, sus redes sociales y hasta el aislamiento.
¿Qué estrategias pueden implementarse para fomentar un amor saludable que evite la dependencia emocional y promueva la autonomía personal dentro de la relación?
No se trata de “estrategias”, sino de estar lo suficientemente sensibles o alertas frente a esas posibles señales que indiquen, a ti compañera, a ti compañero, que “algo no está bien”. Dudar, preguntar, leer, investigar, buscar orientación profesional, es siempre una posibilidad.
No es cierto que “quien te hace llorar, es quien te ama”, que “el amor lo resiste todo”. Esa premisa católica de “en las buenas y en las malas”, también hay que cuestionarla.
¿Cuántas mujeres han soportado malos tratos, situaciones de daño a su integridad, fundamentadas en esto? Y, por otro lado, hombres que han amado y que, por no desafiar la heteronorma, terminan saliendo con varias mujeres, para que no sea puesta en duda su masculinidad, dejando tras de sí, dolor por su irresponsabilidad afectiva.
La pareja es de DOS, y cada uno, cada una de las y los integrantes de esta, es individual. Con deseos, opiniones e intereses particulares que no tienen que coincidir, necesariamente. Aceptarlo, no siempre es sencillo.

POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
FOTOGRAFÍA NATHAN RAMÍREZ • @nathanfoto_ar / CORTESÍA