06/03/25.- Ser una mujer payasa es un acto doblemente irreverente en un mundo donde las normas y expectativas sociales a menudo dictan el comportamiento de las mujeres. El 8 de marzo es una fecha de gran significado que abarca la conmemoración de la lucha histórica de las mujeres por la igualdad de derechos y la no violencia. Dar valor a la risa femenina no sólo desafía las convenciones establecidas, sino que también busca la libertad de pensamiento y acción fuera del sistema patriarcal.
...nos organizamos en una comunidad de redes, creyendo que hoy más que nunca es necesario “desplegar redes que pesquen la esperanza”. Queremos llenar este mundo de risas y alegría, invitando fervientemente a la creación de un humor crítico, reflexivo y con conciencia de género.
Varias mujeres hemos tomado la decisión de ser payasas y, desde hace algunos años, nos organizamos en redes de apoyo, construyendo nuestros estatutos morales a manera de decálogo o manifiesto. Hoy nos encontramos en Payasas Unidas del Mundo (PUM), buscando, a través de nuestras acciones y humor, expandirnos en rebelión contra la opresión patriarcal.
“No es fácil hacer reír siendo mujer. La gente se siente incómoda riéndose de una mujer que disfruta siendo ridícula, aunque lo haga bien”.
Roxanne de Bruyn, la Payasa Greta
La autora del libro Reflexiones sobre el payaso, Delphine Cézard, sostiene que en el saber popular y el imaginario colectivo, el payaso es una figura masculina. “La oposición entre los estereotipos del payaso y la mujer impide que se asocien. El payaso representa las partes malas del hombre, mientras que la mujer encarna el control y la belleza”. La risa, como práctica social, participa en esta sectorización de género. “La mujer es considerada pasiva y el hombre activo, la mujer receptiva y el hombre productor”. En nuestra sociedad, parece una locura que las mujeres hagamos el ridículo porque debemos “comportarnos para vernos más bonitas”.
Las razones para destacar las premisas de nuestro manifiesto son evidentes y urgentes:
1. Doble irreverencia
Ser mujer y ser payasa es una doble irreverencia. Es la búsqueda constante de libertad de pensamiento fuera del sistema patriarcal.
2. Romper la estructura mental
Deshacemos la estructura mental del sistema que oprime y fragmenta nuestra integridad como mujeres.
3. Expresar y liberar
Exprimimos todos los pensamientos y comportamientos machistas y sexistas, liberando nuestras mentes con “acciones locas”.
5. Abrazamos y valoramos
Nos abrazamos a nosotras mismas, reconociendo que no estamos solas y que nuestras vidas, salud e historias son valiosas.
5. Importancia del humor
Nos sentimos importantes porque gozamos de buen humor y nos reímos de los comentarios despectivos y de las burlas hacia nuestras personalidades y cuerpos.
6. Más allá de los estereotipos
Creemos en nosotras mismas y en nuestra preciosidad, más allá de los estereotipos de belleza.
7. Compañeras de lucha
Vemos a las mujeres como compañeras de lucha, deseando correr libres y disfrutar la brisa en nuestros rostros.
8. Celebrar lo salvaje
Sentimos plenamente nuestro instinto animal y celebramos ser salvajes.
9. Mirar a los hombres con empatía y respeto
Miramos a los hombres como seres humanos que pueden superar el patriarcado y acercarse a nosotras desde su ser sensible y respetuoso.
10. Perspectiva payasa
Sabemos que los ojos de las payasas ven todo de forma diferente, aceptando lo humano más allá de lo binario y lo heteronormativo.
11. Jugar y disfrutar
Jugamos, bailamos, brincamos, cantamos, silbamos, gritamos y nos carcajeamos, disfrutando de portarnos “mal”.
12. Orgullosas de ser payasas
En plural, somos mujeres payasas, orgullosas de nuestra profesión y de nuestra idiosincrasia, unidas por la gracia de nuestro arte y nuestra postura feminista.
Las Payasas Unidas del Mundo nos organizamos en una comunidad de redes, creyendo que hoy más que nunca es necesario “desplegar redes que pesquen la esperanza”. Queremos llenar este mundo de risas y alegría, invitando fervientemente a la creación de un humor crítico, reflexivo y con conciencia de género. Juntas buscamos estrategias de cambio en colectividad, aplicando la filosofía payaso a nuestras vidas y gestiones, con valores como el amor, la justicia, el respeto, la sororidad y la solidaridad.
Estamos en todas partes: en foros, en fiestas, en las calles, en los hospitales, en los festivales, en empresas, ferias y comunidades vulnerables, llevando humor para sanar, acercándonos para ser más fuertes. Nuestra voz y risa liberada inspiran a otras mujeres a no sentirse solas, nuestras acciones nos acercan. Podemos hablar porque somos escuchadas y nunca más seremos silenciadas.
Nos oponemos rotundamente a que nos llamen “payasita”, un término despectivo que minimiza nuestro trabajo y potencial. En rojo, estamos comprometidas a expandir la magia de la nariz roja y a hacer de este mundo, un mundo mejor.
¡Nariz con nariz, feliz porvenir! ¡Somos Payasas con P mayúscula! ¡Nuestras risas son valientes! ¡Vamos que vamos!
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El artículo se escribió con textos del decálogo de una payasa y los manifiestos de las compañeras payasas organizadas.
POR NEBAI ZAVALA • @nz_creando
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta