27/06/25. Agradezco enormemente que me permitan escribir lo que deseo. Suelo redactar y guardar mis textos en una carpeta; luego los releo y, a partir del título, escojo el que más se acerque a mis pensamientos y a mis ganas de escribir, según el momento y lo que me llame la atención en mi entorno.
Nos ahogamos en datos, mientras la guerra persiste y continuamos como si nada. En todos los territorios del planeta existen conflictos bélicos o violaciones de los derechos humanos, ambientales y de los seres vivos desde hace siglos… La Guerra Mundial comenzó hace mucho
Vivimos en un mundo globalizado y, por lo tanto, todo nos afecta, especialmente aquello que recibe más publicidad. Así opinamos sobre lo que promueven los medios globales. Quería hablar sobre la paternidad responsable y amorosa, pero ya pasó el Día del Padre. También pensé en reflexionar sobre la contaminación del lago de Tacarigua, donde han muerto muchos peces (porque vivo cerca), pero mi artículo anterior ya abordaba el tema ambiental y nuestra relación con el planeta y todo lo que habita en él.
Elegí hablar de la muerte, porque cuando pienso en guerra, sólo veo muerte: una consecuencia inevitable de la destrucción. Nuestra sensibilidad se ha diluido; nos hemos dejado deshumanizar hasta vivir inhumanamente. En el año 2000, cuando comencé a escribir esta obra dramática titulada ¿Humana Humanidad?, me preguntaba si la canción de Alí Primera sigue teniendo sentido cuando dice: “…hay motivos de alegría, pero de tristezas hay muchos más”, y también: “¡Ayúdenla, ayúdenla a que sea humana la humanidad!”.
Parece que la especie humana ha dejado de narrarse a sí misma. Nuestras historias se pierden en una superficie saturada de información que borra nuestra memoria identitaria. Tal vez estemos al borde de una “Tercera Guerra Mundial”, pero olvidamos que las guerras siempre han existido y que sus formas han cambiado. Israel bombardea Teherán, pero no entendemos qué ocurre allí ni quiénes lo habitan. ¿Qué papel juega Irán en la geopolítica mundial? Rusia y Ucrania llevan años en conflicto, pero desconocemos las vidas cotidianas de quienes habitan ambos países. ¿Qué relación existe entre estas historias? ¿Terminó la Guerra Fría o sólo cambiaron los protagonistas? ¿Quiénes dominan el mundo?
Nos ahogamos en datos, mientras la guerra persiste y continuamos como si nada. En todos los territorios del planeta existen conflictos bélicos o violaciones de los derechos humanos, ambientales y de los seres vivos desde hace siglos: migraciones forzadas, rutas de contrabando, invasiones, genocidios, magnicidios, ecocidios, feminicidios… La Guerra Mundial comenzó hace mucho. Hoy la toleramos. Como Gaza está lejos, y Palestina lleva años entre ruinas, vemos la guerra como un videojuego. Ojalá no reaccionemos sólo cuando alguien decida presionar un botón.
POR NEBAI ZAVALA • @nz_creando
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentint