Cuando somos tres los que marchamos juntos, los otros dos pueden ser mis maestros; tomo de ellos sus buenas cualidades y las sigo, mientras evita las que tengan malas.
Confucio
08/04/25. Celebrábamos el año nuevo chino en la plaza de la Juventud entre amigos, y el ambiente era sobrecogedor: una tarima imponente con dos pantallas gigantes. Música, números de taichí, jóvenes conduciendo al gran dragón, cine chino, numerosos stands con productos diversos, provenientes del lejano oriente. También vimos mucha cultura: los juegos de Go y Sudoku, osos pandas, peluches de serpiente y el stand del idioma mandarín. Nos atendieron con mucha amabilidad los jóvenes estudiantes del Instituto Confucio, quienes estaban a cargo de difundir el amor por el mandarín. El entusiasmo y compromiso de esos chamos me inspiró y no lo pensé dos veces: me inscribí en el curso de mandarín.
...en Venezuela todos deberíamos sumarnos a aprender mandarín. China nos abre las puertas para adentrarnos en su idioma y cultura, y el Instituto Confucio nos da la bienvenida para tender puentes de amistad y comunicación.
Una nueva ventana para mirar a China
En el piso 9 de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), opera desde hace nueve años el Instituto Confucio. Esta institución se creó como parte del Convenio China-Venezuela, que se suscribió en 2015, con el propósito de estrechar la relación estratégica de ambos países.

Durante el acto de apertura, el vicepresidente de Planificación, Ricardo Menéndez, celebró la inauguración de "la primera sede del Instituto Confucio en Venezuela, en función de la hermandad, en función de la relación geopolítica del altísimo nivel" de ambos países.
"La inauguración de este Instituto Confucio ha sido ampliamente esperada, y ya se encuentran (más de) doscientos compañeros pre-inscritos para los primeros cursos de formación en este instituto", puntualizó Menéndez, en compañía del embajador de China en Venezuela, Zhao Bentang. Por su parte, el embajador Bentang, calificó este como "un gran día", y afirmó que "con la inauguración, el pueblo venezolano tendrá una nueva ventana para mirar a China. Tendrá un nuevo puente para profundizar la amistad entre China y Venezuela".
Desde entonces, el Instituto Confucio ha venido creciendo a paso firme, al punto de incluso cosechar dos estudiantes venezolanos destacados recientemente en los concursos mundiales de manejo del idioma chino mandarín como subcampeones y tercer lugar: Adonis Armas y Ana Rivas. Muchos de sus egresados han sido incorporados en empresas chinas como traductores, así como muchos becados para el gigante asiático.
El Instituto Confucio es una institución educativa sin fines de lucro, organizada conjuntamente por la Universidad Bolivariana de Venezuela y la Universidad de Changzhou de China, y es el primer Instituto Confucio en Venezuela. Desde su creación en 2016, bajo la guía y el apoyo del Centro para la Educación y la Cooperación Lingüística (CLEC) (antes: Hanban), se ha convertido en un centro de estudios para que los ciudadanos venezolanos aprendan el idioma chino en Venezuela, y ha sido una buena influencia en la sociedad.

Siendo una institución sin fines de lucro, el Instituto Confucio maneja diferentes tarifas, de acuerdo con el origen y nivel de sus estudiantes. Los estudiantes, trabajadores y profesores de la UBV están exonerados del 100% de la matrícula. Los miembros de organizaciones populares y comunales tienen una tarifa preferencial y los servidores públicos tienen dos tarifas especiales, así como el público en general y el sector privado. Cabe señalar que se trata de un pago único por semestre, y sus tarifas son bastante solidarias, teniendo en cuenta el alto nivel académico de estos cursos. Cada semestre dura cuatro meses, y cada año se cubren dos semestres del curso. El nivel básico se culmina al cabo de cuatro semestres. Los niveles ofertados son los siguientes: Nivel I, Nivel II, Nivel III, Nivel IV HSK 3 y HSK 4, en sus modalidades presencial y on line.
El Instituto Confucio de Caracas está dirigido por las profesoras Shan Chen, por China, y Luisa López, en representación de Venezuela, quien nos recibió en la sede de la UBV. "Nosotros tenemos una capacidad ahorita de una directora con cuatro profesores chinos mandarín. Y nos dio para levantar, por lo menos los últimos semestres, entre 25 y 27 cursos por semestre. La matrícula más o menos en cada semestre supera un poco los setecientos estudiantes. Estamos solicitando ahorita que a partir de 2026 nos puedan incorporar dos docentes más para dar respuesta a las demandas de las instituciones.
"Aquí hacemos un esfuerzo de que por lo menos una vez al mes tengamos actividades culturales para los estudiantes del instituto, y tenemos actividades algunas ya públicas. Celebramos en febrero el Año Nuevo Chino en la plaza de la Juventud, con la representación del embajador chino, empresas y autoridades. Este 20 de abril será el Día Internacional del Idioma Chino Mandarín. Pero el 7 de mayo haremos la celebración abierta. Tendremos recital de poesía, canciones, monólogos para fortalecer el arraigo con el idioma y cultura. Después, a final del mes de mayo, va a haber el Puente Chino, que es el concurso a nivel mundial de talento en el idioma que hace el Instituto Confucio de los universitarios del mundo”.

Intercambio e integración
Empecé las clases hace algunas semanas, y desde el primer día, la profe Emilia nos conduce hacia el fascinante mundo del chino mandarín. A una sabana de casi sesenta estudiantes, nuestra joven profesora nos instruye sobre los tonos que constituyen este idioma musical. También damos nuestros primeros pasos en los trazos y caligrafía. Emilia llegó a Venezuela hace seis meses proveniente de la ciudad de Dongguan, provincia de Guandgdong, al sur de China. Emilia es profesora graduada de chino. "Creo que los estudiantes venezolanos son muy amables, he conocido a muchos estudiantes alegres y entusiastas. Estamos aprendiendo el idioma mutuamente. Aunque América Latina está lejos de China, tiene un paisaje y una cultura diferente de los otros países. La Universidad de Changzou tiene un Instituto Confucio en cooperación con Venezuela, así que aproveché la oportunidad de conocer este hermoso país".
Oswaldo Nieves pertenece al equipo de apoyo venezolano desde que empezó el Instituto Confucio, hace nueve años. Para él, esta experiencia lo ha hecho crecer en lo personal y profesional. "Son distintas etapas que he vivido: tanto con la parte china como la venezolana. Con la parte china cambias tu forma de pensar y hasta tu horario personal. Uno mismo se exige puntualidad, porque ellos esperan de ti que seas cumplido. Ellos te enseñan el sentido de responsabilidad, que a muchos nos hace falta. Los chinos son muy estrictos: si les prometes algo, cúmplelo. Si a un chino le dices 'Te hago esto ahora', ese ahora es de inmediato".

Luis Stiffano tiene veintiún años. Estudia el primer nivel de mandarín, y es estudiante de ingeniería. "Siento que es una nueva historia para mí, un nuevo mundo por conocer, nuevas cosas y un diferente punto de vista, aunque sólo llevamos poquitas clases, yo creo que iniciar este viaje en el chino me ayudará en el futuro. Obviamente, he tenido un poquito de dificultad por lo difícil que es el chino. Más que difícil diría yo lo diferente. Por no estar acostumbrado a los símbolos y todo eso, a uno se le dificulta. Pero yo creo que el chino es un buen idioma para poder entender la cultura oriental".
Además del idioma, el Instituto Confucio también imparte clases de taichí y tiene el Grupo de la Danza del Dragón: un espacio en el que los estudiantes hacen una representación de un gran dragón dorado que ameniza eventos culturales. Nicole Domínguez tiene diecinueve años. Es estudiante de radioterapia en la UBV, también está aprendiendo mandarín y pertenece al Grupo de la Danza del Dragón: "Es realmente otro mundo. Entré súper nueva, y la integración fue automática. Me tomó muy en cuenta desde el principio. Las profesoras Greta y Violeta te abren mucho la mente. He aprendido mucho de la puntualidad. Ha sido una experiencia muy gratificante".
China en Caracas
El auge de los BRICS, y el impulso de los países progresistas a desarrollar un mundo multicéntrico y multipolar son apenas algunas de las razones por las que en Venezuela todos deberíamos sumarnos a aprender mandarín. China nos abre las puertas para adentrarnos en su idioma y cultura, y el Instituto Confucio nos da la bienvenida para tender puentes de amistad y comunicación. ¡Ni hao!
Para más información: Ig: @confucioubv.

POR MARÍA EUGENIA ACERO • @mariacolomine
FOTOGRAFÍA JESSIKA SELGRAD • @shot_jesselgrad