17/04/25.-
Café y cacao de pura cepa
Luego de pasar la iglesia vemos el poblado, gente tranquila y trabajadora que vive de la agricultura con rubros como cambur, plátano, pimentón, cilantro, ají, yuca, y están en la antigua hacienda de café tratando de levantarla.

De ahí pa' arriba fue descubrir las maravillas del Waraira. Pasamos por una roca donde se grabó una escena de Topacio, aquella telenovela que se trasmitió por allá en 1984, ella nos trasladó ahí contando la escena en el mismo lugar.
“Conseguimos cafés muy antiguos y con esas mismas semillas lo estamos reproduciendo, es un café azul, una variedad que no ha sido ligada, es decir, es el criollo. Esta hacienda está entre los quinientos y mil metros sobre el nivel del mar”, cuenta María.
Además, como dato curioso nos contó que cerca del petroglifo encontraron un cacao muy antiguo que tiene una manchita negra en el centro y ella pensó que estaba enfermo, resulta que indagando descubrió que es un cacao ancestral, un linaje muy antiguo y se reconoce por esa manchita negra en el medio. Es una planta que tiene más de cien años y tiene un valor único.

Descubriendo la montaña hasta el Pozo Azul
Empezamos a subir la imponente montaña que une a Caracas, La Guaira y también Miranda: verdes profundos y oxígeno que no se respira, así como así. La flora de este lugar es variada y María conoce todas y cada una de las plantas que hay en el camino. Plantas de pepas de zamuro, hermosas heliconias, salvia y con un helecho nos hizo un tatuaje natural que nos dejó boquiabiertas.

“¡No pueden irse sin tocar el lano!”, exclamó la oriunda. Quedamos tiesas sin saber de lo que nos estaba hablando. Resulta que hay una planta que brota como una lana suave y peluda llamada el lano, “es una fibra natural que se utiliza para hacer cojines y siempre es jocoso nombrarlo en esta ruta porque la gente piensa que es otra cosa jajajaa”.

De ahí pa’ arriba fue descubrir las maravillas del Waraira, pasamos por una roca donde se grabó una escena de Topacio, aquella telenovela que se trasmitió por allá en 1984, ella nos trasladó ahí contando la escena en el mismo lugar.
El pozo de las orquídeas también está ahí, aguas cristalinas y frescas rodeado de verdor. Más adelante nos encontramos una gran roca plana y amplia, en serio parecía una cama “ustedes saben que el mogotero es el que observa en el monte, pues se venían los muchachitos a observar a las parejas que venían a quererse en el río”. La roca en forma de cama les dio el inicio para poder hablar del tema y “ahí empieza la jodedera de cuando entran dos salen tres o más jajaja…”.

Antes de llegar al pozo; hay unas piscinas de piedras en el camino, como un jacuzzi natural, que se fueron formando al pasar el tiempo.
Y al llegar, el Pozo Azul te sorprende con una roca inmensa por donde baja el agua y hace que el pozo sea pozo. Nuestra guía cuenta que es una roca que llega hasta arriba hasta el salto de Uria, y es parte de una formación rocosa típica del macizo del Waraira. Sin más nos despojamos de los trapos y fuimos directo a disfrutar de esas aguas cristalinas y frías.

Ellas se encaramaron en una roca más alta y se lanzaron en el lugar más profundo que es de dos metros aproximados. Una cascada de agua baja con fuerza de esta roca y ahí puedes pasar todo el día contemplando y conectando con la naturaleza.
Sabor a mar
El regreso fue más liviano, íbamos recordando cada historia que la guía nos contaba de subida y al llegar, comimos un rico pescado frito con ensalada, sopa de res y un coco bien frío directo de la palmera. Este y otros emprendimientos han surgido con la idea de una ruta certificada turística del Pozo Azul.

En este recorrido estuvimos Karina García, asistente de edición, Vladimir Méndez, fotógrado del diario Ciudad CCS, Axil Costa, brasileño explorando estas tierras, también nos acompañó una joven de la comunidad que está aprendiendo de María, y por supuesto, quien les escribe. En días religiosos y de reflexión te invitamos a disfrutar de este sublime lugar que es parte de la imponente montaña que muchas veces olvidamos que está ahí. No fue poco lo que conocimos, no fue poca la conexión con un pedacito de la historia que nos fue envolviendo, valorando todo lo que veíamos, olíamos, tocábamos y sentíamos. El pueblo que resiste, se levanta todos los días a poner manos en la tierra y a seguir creando e imaginando un mundo más amable con la naturaleza.
María ofrece el mejor recibimiento, guía y atención para ir camino al pozo, síguela en Instagram: @maria_gagliardi_dugarte y por su canal de YouTube @Criollavenezolana.

TEXTO NIEDLINGER BRICEÑO PERDOMO • @linger352
FOTOGRAFÍAS VLADIMIR MÉNDEZ • vladimirmendez47@gmail.com / KARINA GARCÍA • @kgarciaro