25/05/25.
Anita: Mamá, ¿de dónde vienen los bebés?
Mamá: Resulta que papá plantó una semillita. Esa semillita creció, hasta hacerse una hermosa planta. Y esa planta la secamos y nos la fumamos en una fiesta loca, y nueve meses después llegaste tú.
...la solución al dilema de la educación sexual pudiera dirimirse integrando el conocimiento sobre las partes sexuales, los ciclos reproductivos, la menstruación, el embarazo, el aborto, el parto y todo lo demás al componente afectivo y a los sentimientos.
En algún momento de la historia del mundo, el sexo se volvió pecado, cochino, diabólico y prohibido. Fue así como la virtud se elevó al punto de que la gente decente debía ser puertas afuera etérea y asexuada para poder ser considerada digna de respeto. Los judíos ortodoxos, por ejemplo, tienen aún hoy en día códigos muy estrictos en lo que se refiere a la cópula y las maneras de generar el encuentro erótico. Recuerdo que en la película Como agua para chocolate, basada en la novela homónima de Laura Esquivel, me sorprendió mucho ver cómo las parejas casadas de la época de la Revolución Mexicana se cubrían con una sábana y un hueco pequeño en el centro, para que el sexo solo fuera con fines reproductivos. El afán de ciertas sociedades y culturas de ocultar el goce, los riesgos y las complejidades de la intimidad física han generado en la humanidad simplemente neurosis y trastornos mentales emocionales y una respuesta de violencia que se traduce en una convivencia fracturada.
Por otra parte, el fundamentalismo en torno al sexo, también ha traído como consecuencia que muchos de nuestros niños y adolescentes crezcan con nociones distorsionadas acerca del acercamiento erótico y afectivo. Si una niña crece en una casa donde le dicen que el sexo es malo, y la muchachita está rodeada de un ambiente de Bad Bunny, Anita, trap y reguetón, el resultado más probable de esta ecuación es una barriga oculta antes de que cumpla los diecisiete años. Estemos claros: los carajitos saben más de sexo que nosotros en estos días de exceso de información por Internet.
Ni tan calvo, ni con dos pelucas
Quizás la solución al dilema de la educación sexual pudiera dirimirse integrando el conocimiento sobre las partes sexuales, los ciclos reproductivos, la menstruación, el embarazo, el aborto, el parto y todo lo demás al componente afectivo y a los sentimientos.
El sexo no es únicamente un encuentro de genitales: también refiere a un acercamiento de dos personas con historias, con errores y virtudes, con dignidad, con anhelos. En una sociedad tan contaminada con la cosificación de todo, haber convertido el encuentro íntimo en un coroto capitalizable, también ha generado un daño psicológico y emocional profundo en las personas. Se ha naturalizado hoy en día el sexo sin responsabilidad afectiva, y existe incluso parejas que tiran por mucho tiempo pero sin concretar nada en lo afectivo.
Mención aparte e importante hay que hacer en los casos en los que las parejas son felices y desean disfrutar del goce de amar de manera abierta y sin inhibiciones. Esto nos lleva a recordar las sabias palabras de Woody Allen quien reflexiona: "El sexo sólo es sucio si se hace bien".
Comunicar para amar
Salga sapo salga rana, se hace imperativo el ser abiertos en cuanto al sexo, las relaciones afectivas y eróticas, el encuentro y todo lo demás. No importa el vínculo que uno desarrolle con otra persona: casual, esporádico o estable. Tampoco importa cuál orientación sexoafectiva uno determine para su vida. La comunicación es un factor muy importante para alcanzar la felicidad. Y si en el sexo nos comunicamos bien, de seguro que el desnalgue será más sabroso.
POR MARÍA EUGENIA ACERO COLOMINE • @mariacolomine
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta