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Veinte años: María Teresa y Guillermina II

05/06/25. Pocas veces un despecho, haya sido tan productivo, para crear prácticamente un maletín de primeros auxilios, un kit de boleros que curan el alma, un repertorio de pomadas para aliviar chichones, y otras contusiones sentimentales. Aparte de Veinte años, que viene siendo el santo remedio, en tipo desodorante de bolita, y como habanera principal, Guillermina es, además, la autora de las letras de Porque me siento triste, No puedes comprender, Te acordarás de mí, Yo quiero que me quieras y Mi venganza, entre otras melodías de llanto y flema.

 

 

María Teresa Vera no quiso opacar el peso de Guillermina Aramburu como autora... pero la difusión popular... han destacado, cuando no absolutizado, el papel de la compositora y cantante.

 

 

Como dice el filólogo e historiador Luis Toledo Sande: "María Teresa Vera no quiso opacar el peso de Guillermina Aramburu como autora de la letra de Veinte años, pero la difusión popular, y hasta la de mayor profesionalidad, han destacado, cuando no absolutizado, el papel de la compositora y cantante. Un intérprete verdadero puede ser proclamado creador de composiciones debidas a otros...". Ahí aplica la fuerza de la costumbre, pero en el caso de María Teresa y Guillermina, aplica la negativa de la Aramburu, en primera, de no entregar sus versos a su gran amiga, y en segunda, al hacerlo, pedirle en tono de súplica casi, que nunca se supiera su autoría. No era para menos, era una cuestión de pudor romántico, bastante era saberse, tras de corneada apaleada, a que la gente supiera que ella lloraba por él, o como titula un artículo de Gladys Palmera María Teresa Vera, el bolero no se canta, se sufre. O se desgarra: “Con qué tristeza miramos/ un amor que se nos va/ es un pedazo del alma/ que se arranca sin piedad”. Sólo después de la muerte de Guillermina en Nueva York, María Teresa hizo la revelación, tal vez porque después de su muerte, había prescrito la promesa de la no divulgación, o porque, su conciencia, no le permitía, seguir cargando, con esa autoría ajena, sin hacer justicia, con su amiga de la infancia. “Qué te importa que te ame/ si tú no me quieres ya/ El amor que ya ha pasado/ no se debe recordar” ... “Si las cosas que uno quiere/ se pudieran alcanzar/ tú me quisieras lo mismo/ que veinte años atrás”.

 

 

Después de aquel palazo sentimental, de su marido, yéndose a México, con su secretaria, después de veinte años de casados, comenzó a supurar la llaga sentimental, y en el drenaje, venía la tristeza, esa materialización del dolor espiritual, y así nació, Porque me siento triste, en una bonita expresión del sentir esa saudade, que nos arrebata, cuando perdemos un amor: “Porque me siento triste/ cansada de la vida/ porque me siento sola y llena de dolor”. Ya lo hemos sabido, por la propia Vera, que Guillermina era de una familia acaudalada, y por eso el verso: “Teniendo tantas cosas/ que halagan mi existencia/ aun siento la nostalgia/ de tu profundo amor”. Y en medio de la profunda tristeza, esa terrible nostalgia del amor perdido, nunca se pierde la esperanza incierta: “Espero que algún día se calmen mis pesares/ ¡Oh, Dios omnipotente/ apiádate de mí! / Arranca de mi pecho/ mi amor desesperado, / o avívale la llama/ para que vuelva a mí”.

 

 

¡Si el lector no ha sentido, una pena de amor, pase la página que esto, no es con usted!

 

 

Un curioso experimento al cierre

 

 

A finales del siglo pasado, se le ocurrió al “disquero” (productor discográfico) Mateo San Martín, pensar en cómo se oiría la voz de María Teresa Vera acompañada de una banda, después de más de tres décadas de su partida. Y así se fraguó el María Teresa Vera's Revival (El Renacimiento de María Teresa Vera).

 

 

El resultado de aquel esfuerzo está en un álbum de alta valía. (Cuenta Alexis Méndez en la página de Gladys Palmera). La voz de la trovadora oriunda de la provincia de Artemisa, en Cuba, brilló en los primeros meses del siglo XX con un trabajo que se convirtió en puente entre las culturas cubana y dominicana. María Teresa Vera's Revival cuenta con doce temas bajo el nuevo formato sonoro y un material extra con dos de las grabaciones de 1956, tal vez las más reconocidas de su repertorio: Sobre una tumba una rumba y Veinte años. Gracias a las ideas de Mateo San Martín, melómanos de muchos lados tuvimos la oportunidad de disfrutar de extraordinaria obra, vivo ejemplo de las facilidades que nos ofrece la tecnología, convirtiéndose en máquina del tiempo idónea para revivir y vivir la historia de la música popular.   

 

 

 


POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez

 

ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ

#Música #Boleros #Cuba #MaríaTeresaVera #GuillerminaAramburu

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