05/06/25.  Hay tiempos en los que uno no está en sí. Por una razón inexplicable, se está fuera de todo y al borde. “Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada” declaraba Vallejo en Los heraldos negros.

...los moradores de esa tierra diezmada por la personificación del mal que es el sionismo, se muestran cada día dispuestos a mantenerse firmes... Es lo que nos cuenta la conmovedora No other land como muchas otras producciones audiovisuales que reseñan el empeño del sentido de la patria...

Uno anda con el llanto en los ojos, el fuego en la garganta. Buscando la excusa para escapar de lo normativo y someterse al grito o al silencio. Uno se pregunta por la patria.

No Other Land, la película del palestino Basel Adra y el israelí Yuval Abraham que este año se alzó con el Óscar al mejor documental, nos muestra a una pequeña que mientras se dirige al colegio acompañada por su padre y sus hermanos, va observando a su alrededor y reconociéndose en el paisaje de la sitiada Masafer Yatta, al sur de Cisjordania. Al atravesar la tierra yerma va señalando a su alrededor: “Hay hierba, existe. Tenemos una montaña, existe. Tenemos un gallinero, existe. Tenemos una casa, existe. Tenemos una ropa, existe”, y así, de esa espontánea manera nos aclara la vitalidad del amor por esa entidad que en lo concreto es la tierra de tu gente, tus abuelos, tus amigos, tuya propia; pero que también es esa enorme abstracción por la que lucharon tus héroes escolares, a la que perteneces por herencia y a la que te debes por la carga simbólica que se expresa en la cotidianidad.

El holocausto causado por las fuerzas israelíes sobre suelo palestino nos revela el rostro más atroz de la impunidad. Accedemos desde las estadísticas, las transmisiones en vivo y directo y desde los reels de Instagram y TikTok, al fondo del infierno del que tanto nos hablaron metafóricamente en la Biblia y trató de exhibirse en el arte desde cualquiera de sus elucubraciones. Aun así, encontramos que las cánticas de La Divina Comedia de Dante o El Jardín de las Delicias de El Bosco, son apenas alegorías infantiles frente al horror de los bombardeos que desde octubre de 2023 y hasta esta hora han dejado más de 54 mil muertos, entre ellos más de 232 periodistas asesinados con alevosía y más de 28 mil mujeres y niñas según los datos oficiales que maneja la Organización de Naciones Unidas.

Pero ellos, los moradores de esa tierra diezmada por la personificación del mal que es el sionismo, se muestran cada día dispuestos a mantenerse firmes en la tierra que heredaron de sus antepasados. Es lo que nos cuenta la conmovedora No other land como muchas otras producciones audiovisuales que reseñan el empeño del sentido de la patria, no sólo como una elaboración política o ideológica, sino como un sentimiento profundo y diáfano, como la niña que señala lo que ella sabe que existe.

POR MARLON ZAMBRANO • @zar_lon

ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta