23/06/25. Lego, Sopa de letras, Origami, Tarot, Dominó y así continúan los nombres del más reciente álbum del cantautor Luis Lizardo: El juego. No podía tener mejor nombre cuando todas las canciones están emparentadas a través de lo lúdico. “Este disco tiene un poco de todo. Y los artistas que me inspiran de acá de Venezuela: Dermis Tatú, Cunaguaro Soul, La Misma Gente, pero sobre todo el rock viejo, Sentimiento Muerto. Esas son mis principales inspiraciones para componer”, señaló Lizardo, quien es familia de PTT Lizardo, fundador de la icónica banda mirandina La Misma Gente.
Utilizo la música como mi catarsis y es como mi día a día. Es como tratar de sacar esos sentimientos: me siento despechado, triste, frustrado. Hago primero la música, y antes de la música pongo el título de la canción...
De alguna forma esa herencia roquera, donde se destacan los solos de guitarras, las sugestivas líneas del bajo y la potente batería, se siente en este trabajo acústico y muy orgánico, sin la presencia de sonidos electrónicos. El juego se escucha natural, con buenas ejecuciones y arreglos, y una narrativa que vincula los juegos con situaciones de la vida.
“El nombre del disco me lleva un poco a la infancia, conecto con el origami. Por ejemplo, lego es un juego que siempre me gustó de chamo, siempre fui fiebrúo con el lego, y era fan por coleccionarlo, y es algo que me conecta con mis raíces”, aseguró el músico.
Un roquero nato
Luis Lizardo empezó en la música desde niño cuando le regalaron su primera guitarra. Es de San Antonio de los Altos, aunque tiene rato haciendo vida musical en Caracas. En 2014 o 2015 empezó a formar sus propios grupos. El año pasado participó en el Festival Nuevas Bandas, en Maracay, y quedó entre los finalistas.
El rock siempre fue una notable influencia: el metal, el punk y otras corrientes. También fue parte del Sistema de Orquestas, en el género de rock sinfónico. Y a partir de estas experiencias, ya para 2019 decidió trabajar en su proyecto en solitario siendo su disco debut Raíz, de 2022, y ahora esta segunda entrega.
A diferencia de la anterior producción, en El juego hay menos metal y se acerca a otras vertientes como el blues, el soul y el rhythm and blues (R&B).
La composición como catarsis
Este trabajo de Luis Lizardo atrapa desde que comienza. La fluidez de las ejecuciones, las envolventes melodías y las letras sugerentes, llenas de simbolismos, son rasgos distintivos de la placa independiente producida por él mismo y de forma casera.
“Utilizo la música como mi catarsis y es como mi día a día. Es como tratar de sacar esos sentimientos: me siento despechado, triste, frustrado. Hago primero la música, y antes de la música pongo el título de la canción, porque es como hacer una tesis que primero le pones el título, porque eso facilita hacer la música. ¡Ah bueno!, la canción se llama arepa, ya sé que voy a hacer algo sobre la arepa y eso me ayuda”, aseguró el artista.
Sopa de letras fue el primer tema que salió para este disco. “Yo no tenía nada pensando, como te dije, hago catarsis, y trabajo con base en lo que estoy sintiendo”, dijo a propósito de lo imprevisible que es su manera de componer.
Lego es una de las canciones más relajantes, ya que tiene un matiz de soul que la hace especial. “Es una historia particular. La empecé componiendo desde el bajo, cosa que normalmente no hago. La letra habla de reconstruir una relación que se había quedado atrás y hago alegoría al lego”, comentó.
Y así, cada pieza tiene su historia. Hasta ahora, Lizardo piensa seguir presentando su disco en pequeños conciertos, hacer más videos y ya tiene unos cuantos temas como para un próximo registro. Acerca de esto, agregó: “Se quedaron canciones por fuera. Hay como para un juego dos, y quería un disco corto”.
POR MERCEDES SANZ • @mercedes.jazz
FOTOGRAFÍAS CORTESÍA EDREND / LUIS LIZARDO
