27/06/25. Comienza a entrar a la sala la poca gente que compró entradas. Eso augura una sala medio vacía. Se van sentando, mucha de la gente que va entrando es llamativamente delgada. Tal vez un poco lentos, no puede saberse con exactitud, pero se aglomeran en los pasillos. También, podría decirse que la otra mitad es obesa. Nadie se ve muy sano que se diga. Cuando todos están sentados, la sala entra en oscuridad, por los bordes del telón puede notarse que el escenario está iluminado. Pero esa luz que sale por las hendijas va acompañada de humo, tal vez demasiado. El público se mueve más que incómodo, la estampida es inminente. Una voz por el auto parlante exhorta a que no se preocupen… es parte de los efectos especiales de la función. Todavía nerviosos comienzan a relajarse haciendo comentarios que pretenden ser chistes sobre el miedo de los demás, pero resultan una enorme morisqueta. Una música avisa que todo está por comenzar. Se abre el telón.
¡Es igual al revés o al derecho! ... Yo pensé que… bueno el segundo bombardeo, la estupidez de Trump, la maldad del genocida mayor de Israel, la dignidad del pueblo y los líderes… todo daba para… y además llegó… ¡Era una nueva era!
Inmersos en la neblina vemos un banco de plaza. Al fondo un arbusto sin hojas, sólo en una rama hay una hoja verde. Dos hombres están sentados en actitud de espera. Es inevitable recordar a Vladimir y Estragón.
Vladimir: Y ahora que llegó…
Estragón: Se fue.
Vladimir: Ya sé que se fue… se supone que se abre una nueva Era.
Estragón: Era nueva.
Vladimir: ¡Es igual al revés o al derecho! (Estragón niega contundentemente). Yo pensé que… bueno el segundo bombardeo, la estupidez de Trump, la maldad del genocida mayor de Israel, la dignidad del pueblo y los líderes… todo daba para… y además llegó… ¡Era una nueva era!
Estragón: Era nueva.
Vladimir: ¡Ya te dije que da igual! Es un asunto de orden sintáctico (Estragón otra vez niega contundentemente). Sí, es igual. Lo importante es que ahora el nuevo orden mundial ya está en la calle. Envuelto, ordenadito (ilusionado). Me da tanta esperanza.
Alguien del público llora desconsoladamente. Otro con mucha violencia lo manda a callar. El hombre llora con más fuerza, los está retando. Le caen encima y lo matan a patadas.
Estragón y Vladimir se levantan asustados, llegan a proscenio. Se escandalizan al ver el cadáver. Los asesinos se sientan en sus puestos esperando, amenazantes que siga la función. Vladimir y Estragón cruzan miradas. Van al banco. Estragón está mudo. Vladimir lo mira y rompe a llorar.
Vladimir (gimoteando): Era nueva.
Cae el telón. La sala se ilumina. Detrás de la cortina suena una explosión y comienzan a salir llamas. El público maltrecho trata de aplaudir mientras corre por lo que queda de sus vidas.
POR RODOLFO PORRAS • porras.rodolfo@gmail.com
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta