09/02/2023. La nueva era del cine venezolano está pariendo nuevos creadores cargados de talento. Uno de los representantes de esta etapa dorada del séptimo arte en nuestro país es un joven de Punto Fijo, quien con apenas veintiocho años ha despegado con gran fuerza. Raffael Di Nave empezó su carrera con paso firme, y en muy corto tiempo ha venido cosechando numerosos reconocimientos internacionales por su trabajo. Con una filmografía de trece cortometrajes, una miniserie y un largometraje, Di Nave ya ha recibido tres premios y numerosas nominaciones, además de que ha participado en diversos festivales en todo el mundo. Su más reciente obra, Vértigo (2023), es un thriller corto que nos lleva el suspenso al máximo en una obra silenciosa.
Conozcamos más sobre la trayectoria profesional de Raffael Di Nave.
– ¿Cómo se define Raffael Di Nave?
– Básicamente Raffael Di Nave es un artista que se vale de sus experiencias miserables y desdichadas, que le han causado temor en algún momento de su vida para plasmarlo en su arte como un lienzo. De igual forma, soy un artista con experiencias personales que me han cambiado para el resto de mi vida. Me ha sucedido en algunas oportunidades. Hay un dicho que reza, "hay ciertas ocasiones en la vida de un hombre, en que sabe que su vida no va a ser la misma". De esa misma manera me defino como artista: el renacer del Ave Fénix. Básicamente me defino como un artista que se vale de experiencias negativas para poder hacer arte. Me cuesta mucho trabajar en experiencias positivas. Es una paradoja, realmente.
– ¿Por qué el cine?
– Me inicié como escritor, y así me mantengo. Para ser un artista más completo, hay que manejar diversas artes. Hay que estar por encima de tu arte. Escogí el cine porque es el arte que me permite plasmar una estética absolutamente visible. El cine me permite de manera más completa plasmar mi forma de ver la vida y mi estética como artista: la óptica con que yo veo al mundo. Es el único arte que me lo permite. Soy un artista muy observador: mi forma de aprender es a través de la observación, y la manera en la que puedo hacer arte.
– ¿Qué te conmueve y qué te indigna?
– Me conmueven muchísimo los animales, lo que más me entristece en el mundo son los animales en la calle. Son los seres más inocentes que hay. Me indignan muchísimas cosas realmente. Las injusticias, quienes se vanaglorian sin nada qué ofrecer. Tengo colegas que tienen mucho qué ofrecer y no tienen el reconocimiento que merecen, mientras hay otros que no tienen mucho qué dar y son famosos. Me indigna la mentira, y cómo se ha convertido la sociedad actual en un mundo muy superficial.
– ¿Cómo ves el cine venezolano?
– El cine venezolano desde mi óptica es un cine al que aún le falta mucho. Tiene lo mejor y lo peor que puede tener un cine. El cine venezolano ha tenido mucho éxito, sobre todo en los últimos quince años. He visto que se ha estancado un poco en los últimos siete años. De 2008 a 2012 tuvo una época arrolladora.
– ¿Quiénes son tus referentes en el cine y en la vida?
Cuando comencé como artista y hasta el día de hoy sigue siendo el vocalista de Alice in Chains, Layney Staley. No solo es mi inspiración a nivel artístico, de moda y de posturas ante la vida, no solo en el arte es Cristiano Ronaldo: por su disciplina. Concretamente en lo artístico, Alfred Hitchcock es mi director favorito, al igual que Quentin Tarantino. La saga de Batman y de James Bond son las que más me han influenciado de niño. Añoro volver a tocar en una banda de rock, solo que el cine me ha arropado. Aunque no es mi única faceta artística.
– ¿Por qué tus historias incluyen suspenso?
– Esto viene de mi infancia. De pequeño, sentía morbo por el suspenso. Sentía temor por ciertas películas y videos musicales, hasta mediados de los años noventa, principios del 2000. Cada persona tiene en su subconsciente una infinidad de actitudes que son su disfrute de adultos, porque los influenciaron a cierta edad. Por eso me gustan los directores de suspenso, porque yo amo las tramas que conlleven suspenso. Por eso el suspenso siempre debe estar en mis historias y en mi estética cinematográfica.
– ¿Qué género nunca harías?
– Sean Connery decía, "nunca digas nunca jamás". Sin embargo, hay géneros que esquivo. Esta pregunta se asemeja a mí, porque para mí las cosas son blanco o negro. Nunca haría el género de la comedia. No encuentro entretenimiento en la comedia salvo en mi film favorito de comedia negra de 1996, El chico del cable, dirigida por Ben Stiller y protagonizada por Jim Carrey. Es una comedia muy inteligente y muy actual.
– ¿A quiénes admiras en el cine nacional?
– Admiro a quienes junto a mí están en esta nueva generación de cine venezolano. El trabajo que viene realizando Genaro Rivas, Román Luis: son colegas que vienen junto a mí desde hace ocho años y quienes en este momento están teniendo éxito internacional. Aunque lo más importante no es el éxito internacional, sino que tu arte tenga algo qué contar y apegarte a tu estética. Ellos se han apegado de una manera espléndida: hemos surgido del underground para poco a poco estar en las mayores esferas del cine pero con nuestro estilo.
– ¿Cómo es tu método de trabajo?
– Me gusta trabajar en solitario. No soy dado a los grandes equipos. Tengo un equipo muy pequeño que me ha apoyado desde siempre. Luego de escribir una idea, la presento a mi equipo, la rodamos, pero yo debo tener peso en decidir en todos los renglones de la producción. Soy muy controlador en ese aspecto. Pudiera decirse que hasta un tirano. No comparto visiones con nadie. No confío en el trabajo de otras personas. Yo llevo el mando.
– ¿Qué les recomendarías a quienes quieren hacer cine?
– Tienen que empaparse en sus mayores influencias, deben tener una influencia de base. Un artista se basa en su propia estética, en su forma de ver la vida para luego hacer arte. Para hacer cine, tiene que tener una base filosófica que te influencie. De lo contrario, no tendrás nada qué contar.
– ¿Cuáles son los elementos de una buena película?
– El cine es un arte abstracto. Desde mi punto de vista, no debe faltar el suspenso, el sexo, los asesinatos. Son un trío de posibilidades que desde mi óptica abren muchos caminos a nivel cinematográfico. Son tres elementos que manejaba Hitchcock en su filmografía. Actualmente estoy harto de ver películas taquilleras que no tengan nada qué decir. Son películas estúpidas, salvo Batman: mi único superhéroe. En el pasado, las películas taquilleras tenían algo qué contar. Ahora son un empaquetado vacío.
– ¿Va a morir el cine?
– No va a morir. Va a morir la forma en la cual hacemos el cine: las salas de cine. Yo no soy fanático de ir a las salas de teatro. No me llama la atención. Prefiero verlo en solitario en mi casa, porque yo observo el cine desde otra óptica como cineasta. Eso no puedo hacerlo en una sala de cine, rodeado de cincuenta personas que están gritando, viéndome o a mi lado. Me siento incómodo, invadido. Muere el formato. Se ve con Netflix, Amazon Prime, HBO Max, son las nuevas formas de apreciar el cine.
– ¿Qué mensaje le das a la comunidad de Épale CCS?
– Me gusta el concepto de "comunidad de Épale CCS", porque más que una revista, son una comunidad, un sentimiento, un estilo de vida. Además de agradecerles esta entrevista, mi mensaje es que nunca dejen de creer en el arte, ni dejar de hacer arte: pero arte del bueno, que nazca de las desdichas, las alegrías. Nunca perder el sentimiento amateur que fue el que hizo que nos iniciáramos en el arte.
POR MARÍA EUGENIA ACERO COLOMINE @mariacolomine
FOTOGRAFÍAS RAFFAEL DI NAVE