"Hoy, frente a la revolución de la inteligencia artificial (IA), resurge el mismo dilema: ¿Cómo adaptarse sin sacrificar dignidad ni estabilidad?".
Jeanpier Anaya Salas. Vamos al futuro.
02/05/25. Tal vez Nostradamus pudiera ser un referente temprano de una disciplina que se está desarrollando fuertemente en la sociedad actual del mundo. Se trata de la futurología. Los estudios del futuro son investigaciones sobre futuros posibles, probables y preferibles, así como las cosmovisiones y los mitos que subyacen. Existe un debate sobre si esta disciplina es un arte o una ciencia.
Venimos de comunidades que a principios del siglo XX no conocían la electricidad, y hoy tienen Internet de alta velocidad. Hay un ecosistema inventivo... La lección es que sí se puede... siempre podemos ponernos un paso más adelante.
A diferencia del místico profeta, este estudio no viene como consecuencia de un trance espiritual en el que se visualiza lo que va a pasar como si fueran las predicciones de la lotería de los animalitos. El estudio del futuro busca calcular los posibles escenarios en una sociedad sobre la base de las decisiones que cada país y comunidad va tomando. Este cálculo permite prepararnos mejor para desarrollar soluciones efectivas, formarnos mejor y garantizarnos una mejor calidad de vida.
Este estudio lo viene desarrollando el internacionalista, investigador y profesor universitario Jeanpier Anaya Salas. Jeanpier es un joven que no sólo ha recorrido medio planeta desde muy temprana edad, sino que se ha adentrado en el candelero de la geopolítica y el ajedrez mundial. Además de haber sido diplomático de carrera en el Ministerio de Relaciones Exteriores por más de quince años, Jeanpier tuvo la oportunidad de representar a Venezuela como encargado de negocios de la Embajada de Venezuela en Chipre. También fue coordinador nacional del PFG de Estudios Internacionales en la Universidad Bolivariana de Venezuela, casa de estudios donde aún se desempeña como docente.

Este bagaje profesional llevó a Jeanpier Anaya a profundizar en el análisis del futuro, en un tiempo en el que más bien los medios insisten en pintarnos un panorama distópico y sombrío de los tiempos que vendrán. Jeanpier más bien apuesta al uso asertivo de la tecnología para que nuestra sociedad se prepare mejor y desarrolle una mejor calidad de vida de cara a los desafíos que nos traiga la vida. Estos estudios, los está publicando en su blog Vamos al futuro: https://jeanpieranayablog.wordpress.com.
No les alargaremos más la introducción. Viajemos al futuro con Jeanpier Anaya Salas.
¿Dónde está el futuro?
El futuro ya existe, ya está pasando. Es la consecuencia de todas las cosas que hacemos hoy en día y lo podemos ver en nuestra cotidianidad. Hoy podemos ver que las cosas se hacen distinto que hace veinte treinta o cincuenta años. La evolución es un continuo. No es que un día saltamos etapas. Todos los días damos pequeños cambios hacia ese futuro que estamos construyendo.
¿Aldous Huxley tenía razón?
Aldous Huxley veía el futuro desde la perspectiva de su presente. Él planteaba que la dominación era por medio del placer. Él planteaba que a la gente la controlaban a través de las drogas. Tenemos el problema de que vemos el futuro desde la perspectiva del presente. En esa época, el tema de las drogas recreativas estaba fuerte. Más que el placer, es la sensación de que estás en un mundo que tú mismo escoges. Los mecanismos de dominación tratan de hacerte sentir que estás libre. Por supuesto, la libertad y la sensación de que tú mismo puedes controlar las cosas, genera una serie de reacciones químicas, pero el mecanismo de control es el que te hace creer que tú puedes controlar tu realidad. El análisis de que es el placer lo que mueve la voluntad humana no aplica. No estamos cerca de ese mundo que él plantea.

¿Cómo ves a Venezuela de cara al tiempo que nos espera?
Venezuela está formando parte de la construcción de un nuevo orden global, que funcionará más allá de las voluntades o las resistencias. Aún tenemos tareas pendientes, como adaptarnos a la infraestructura de esas realidades del futuro. Estamos teniendo una infraestructura suficiente para nuestras necesidades aún en el paradigma del siglo XX. En los próximos cincuenta años tendremos aviones de transporte hipersónico, buques de gran calado y de gran velocidad que necesitan puertos. El transporte terrestre funcionará con vehículos autónomos, y empezaremos a tener en las próximas décadas los transportes de carga con cohetes (gracias a la tecnología reutilizable).

En Venezuela, con reservas estratégicas y de minerales, será importante una adaptación a esas necesidades de infraestructura. Las principales tareas en los próximos treinta años serán precisamente adaptar la infraestructura para poder incorporarnos a las economías que vienen.
¿Cuál es tu propuesta en concreto?
Pensar que el futuro puede estudiarse. En Venezuela este campo no se ha desarrollado lo suficiente. Más que verlo con una visión optimista o pesimista, hay que verlo planteándonos, ¿qué vamos a hacer en el futuro? Sea que nos guste o no, es el futuro que va a venir. Algún nivel de influencia tenemos hoy, pero podemos ya identificar cuáles son esas tendencias. El fin del orden en que se hacen hoy las cosas va a significar la destrucción de muchas de ellas. Todos los días se destruyen las formas en las que hacemos las cosas.
¿Cuáles son los desafíos y fortalezas con las que contamos para enfrentar lo que viene?
Nuestro principal desafío es poder adaptarnos estructuralmente a tiempo a los nuevos retos de la economía mundial. Debemos desarrollar mucho la tecnología portuaria y aeroportuaria. Por ejemplo, los aviones de carga hipersónica son mucho más grandes, van a velocidades mucho mayores y requieren de pistas mucho más largas. Podrán transportar carga de China o Europa en minutos. Si no estás incorporado en esa red de infraestructura, vas a perder competitividad.
De las fortalezas, para el tema de la exploración y de los transportes aeroespaciales, tenemos una ubicación que nos permite mayor facilidad. Tenemos una buena base de recursos naturales renovables. Tenemos también una posición dentro de la región Latinoamericana que nos permite acceder a muchos de estos mercados.
Una de las cosas importantes del futuro es que todas esas ventajas tienen su posición relativa. Y más allá de las ventajas propias es de tomar las decisiones con certeza y la velocidad que se requiere.

Nosotros pudiéramos convertirnos en una industria del transporte aeroespacial. En cuanto a eficiencia energética, los cohetes necesitan mucho menos energía para salir de la gravedad, si estamos más cercanos al Ecuador. La posición respecto a las órbitas requiere de mucha menos energía. Eso es una ventaja significativa, pero nosotros no somos el único país en la zona. Cualquier país en ese borde del Ecuador tiene esa misma ventaja. Tiene la ventaja quien primero la aproveche.
¿Nos va a exterminar Terminator?
Posiblemente sí, pero eso no será algo muy malo (risas). Si ocurre, es porque de alguna forma nosotros lo deseamos. Es muy poco probable que Terminator sea el robot que persiga a la gente y viaje en el tiempo para buscar a Sarah Connor. Pero sí es muy posible que la mayoría de las decisiones que tomamos a diario, las vamos a terminar delegando en sistemas de IA.
¿Por qué las profecías de las próximas décadas en el mundo parecen ser tan sombrías?
Porque nos llegan a través de la industria de la comunicación y el entretenimiento. Estas empresas pertenecen a los grandes conglomerados mediáticos. Al final, están dirigidos por personas con mucho miedo. A futuro sus tecnologías serán innecesarias; no sus trabajadores. Los poderosos necesitan pintar el futuro como una cuestión absolutamente apocalíptica, porque en efecto sí será el fin... pero de sus necesidades.
¿Qué piensas hacer con tus investigaciones sobre este tema?
Organizar el tema de los estudios del futuro, y plantear la temática de la prospectiva como un servicio. A partir de ahí, construir herramientas para que las personas, empresas, instituciones gubernamentales, tengan elementos para calcular los futuros posibles y planificar nuestra acción.

Has sido diplomático de carrera, y has visitado varios países. ¿Cómo has visto el panorama en esos lugares respecto a tu investigación sobre el futuro?
Hay diferentes aproximaciones en cada país. Cada lugar trata de organizarse mejor, de acuerdo al momento en que le tocó incorporarse al resto del mundo. Me ha impresionado mucho lo que está ocurriendo en China (aunque suene a cliché, sobre todo por su velocidad de crecimiento). China ha sido una continuidad rápida, pero continua. Más me impresiona lo que está ocurriendo en África: está experimentando saltos.
Venimos de comunidades que a principios del siglo XX no conocían la electricidad, y hoy tienen Internet de alta velocidad. Hay un ecosistema inventivo, están desarrollando la movilidad, mecanismos de pago, comercio electrónico a una velocidad que ni siquiera vimos en China. África se está incorporando al futuro a un ritmo en el que pronto los latinoamericanos nos vamos a quedar atrás. La lección es que sí se puede. No podemos quedarnos pegados en la historia, porque siempre podemos ponernos un paso más adelante. Si bien tenemos una serie de retos por nuestra situación geopolítica, no es una razón para quedarnos ahí. África, China, el Sudeste asiático, estaban mucho más atrás de las economías latinoamericanas, y ahora nosotros nos quedamos atrás. Aún vivimos de la imagen que teníamos de nosotros mismos hace cincuenta años.
¿Qué le dirías al Jeanpier del futuro?
¡Esa está fácil! (Risas): "Qué bueno que llegaste" (risas).
¿Qué mensaje deseas darle a la comunidad de Épale CCs?
Imaginen y trabajen en todas las posibilidades de las cosas que podemos construir en esta ciudad que tiene sus capacidades. Nuestra gente está muy capacitada para los retos del futuro.
También, métanse en mi blog, lean mis artículos y compártanlos, (risas).

POR MARÍA EUGENIA ACERO COLOMINE • @mariacolomine
FOTOGRAFÍAS JESSIKA SELGRAD • @shot_jesselgrad