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Doble inconciencia, 'Farsaria' o Falsaria

03/07/25. Si tomamos el 17 de junio de 1880, como fecha de nacimiento de Manuel Corona, en Caibarién, Villa Clara, podemos entender que escribió Doble inconsciencia, a los veinte años en 1900, inspirado en Leovigilda Ramírez, una compañera sentimental, torcedora de tabacos en la fábrica de puros La Eminencia; que al parecer, en el sobretiempo ejercía la prostitución, y para variar Manuel, también se ilusionó de ella, con la inevitable consecuencia, del dulce dolor, de enamorarse de una puta.

 

 

Los enredos empezaron cuando Manuel Corona comenzó a utilizar una doble identidad, por el cuento de las disqueras que se disputaban su exclusividad. Por eso, esa grabación aparece adjudicada a José Corona, que era el mismo Manuel.

 

 

Como ya lo hemos dicho, Manuel era muy enamorado, pero sin mucho éxito, aunque se casó varias veces, fue desdichado, su hija Luisa murió a los cinco años, y Fela se suicidó a los diecisiete. Sin embargo, muchas de sus canciones fueron inspiradas en mujeres. Como decía Hernández Serrano, Manuel fue el poeta que más piropeó a las mujeres cubanas. El despecho fue su sino, la mala estrella de los amores contrariados, junto a su mala suerte para cobrar regalías que le llevarían a la ruina, y a morir pobre, y abandonado, después de desvivir en un cuartucho del burdel Jaruquito, en la playa de Marianao, donde sus dueños le habían recibido por compasión. La tuberculosis fue debilitándolo, hasta ser internado en el sanatorio antituberculoso La Esperanza, entre el 17 de agosto de 1940 y el 6 de diciembre de 1941, y por fin partir al otro mundo, el 9 de enero de 1950, de hambre y frío, en la más extrema pobreza; en la trastienda del bar Jaruquito. Como escribió Ramón Fernández Larrea “Manuel Corona no pudo morir de amor”.

 

 

Como por si fuera poco, el tema que auguraba ser la salvación de su vida, Doble inconciencia estrenado por María Teresa y Floro Zorrilla, grabado a dúo el 16 de febrero de 1918, en La Habana, terminaría siendo plagiado vilmente. Los enredos empezaron cuando Manuel Corona comenzó a utilizar una doble identidad, por el cuento de las disqueras que se disputaban su exclusividad. Por eso, esa grabación aparece adjudicada a José Corona, que era el mismo Manuel.

 

 

A todas estas, confluye otro elemento que, sin ser vinculante, sí tiene que ver por la similitud del título, con el que sería expropiada la doble inconciencia. El Trío Matamoros viaja por segunda vez a Estados Unidos, en medio de un éxito espectacular en su propio país, y del interés creciente de sus canciones, y una de ellas, fue el capricho Farsaria de la autoría de Miguel Matamoros, que grabara la cantante puertorriqueña Julita Ross bajo el sello Ansonia, sin mayores éxitos, ni esa versión, ni otras. “Registrado el 29 de julio de 1929, en la caligrafía del registro de archivo y en la etiqueta del disco sustituye la letra L por R con lo cual comete una falta ortográfica pues la palabra farsaria no existe, se publica en el disco de 78 RPM”. Pero valga la irónica coincidencia, que sería un anuncio involuntario de la farsa que sobrevendría. Pero como ya habíamos dicho, la Farsaria de Miguel Matamoros es completamente distinta a la que después le sería plagiada, a Manuel Corona.

 

 

Así las cosas, en el año 46, se publican dos discos claves, uno en Cuba, del sello Panart, que sería el último donde aparece Corona como autor, y su titulo original, Doble inconciencia por Felo Bergaza y su ritmo, cantando Miguel de Gonzalo y Alejandro Rodríguez. El otro viene a ser, el primero con el bolero de la discordia, grabado en México, del cantante mexicano Salvador García, acompañado por la orquesta del también mexicano Rafael de Paz, para el sello Peerles, en el disco de 78 RPM, la canción de Corona, aparece ya, con el título Falsaria. Y aquí comienza la infamia, aunque sin llegar a colocar otro autor, se obvia a Corona, pero he aquí, un detalle que iniciaría la trama de esta historia, en la etiqueta del disco aparece: Arreglo Hermanos Martínez Gil. Podríamos presumir inocencia, hasta que no se demuestre lo contrario, e incluso ingenuidad, pero el silencio, cuando ya aparecían como autores, al principio los colocó en el limbo, de quien calla otorga.

 

 

 

Un tercer disco del 46, ocurre en Argentina por el sello Odeón titulado Falsaria, interpretado por el cantante porteño Leo Marini, acompañado por la orquesta, Don Américo y sus Caribes y la volvería a grabar en 1958 con la Sonora Matancera, con el crédito de autoría de los Hermanos Martínez Gil.

 

 

Pero volvamos a México, que es donde nace y se entroniza la infamia. Nadie puede argüir, que no había razones para conocer la obra de Corona, de más esta decir que los intercambios entre ambos países estaban en su mejor momento, lo que suponía, un ir y venir de personas, pero también de música, y podría ser importante para comprender el recorrido de Doble inconciencia por las aguas del golfo de México y llegar a los oídos y repertorio, de algunos cantantes mexicanos, prueba de ello era, por ejemplo, la gira de María Teresa y Lorenzo Hierrezuelo, que se convirtió en hecho notorio y comunicacional, porque el bolero de Corona cautivó tanto los oídos del torero Manolete en México, que no se perdía las presentaciones del dúo, y le enviaba a María Teresa, flores y buen dinero, en agradecimiento. ¿Quién sabe qué meretriz ingrata, pero bien recordada, le generaba esa saudade al ‘mataor’? O sea, que nadie podrá decir que no se sabía.

 

 

Pero donde se perpetra el plagio artero, con premeditación y alevosía, en 1948, es en la película La bien pagada de Producciones Rosas Priego con la vedette mexicana María Antonieta Pons, en la cual se interpreta varias veces el bolero de Corona, reseñado como obra de los Hermanos Martínez Gil. ¡Me la veo y hablamos en la próxima entrega!

 

 

 

 

 


POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez

 

ILUSTRACIÓN JUSTO BLANCO • @justoblancorui

#Música #Boleros #ManuelCorona #Falsaria

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