25/09/25. Venezuela, en la amplitud de todo su espacio geográfico, está conformada por una serie de nichos ecológicos diferentes entre sí que se complementan, unos terrestres y otros acuáticos. Con relación a estos últimos, los tenemos marinos en el Caribe y oceánicos en el Atlántico; también interioranos de agua dulce en los lagos tanto de Maracaibo como de Valencia, en los embalses de Guri y de Calabozo, así como en los ríos Orinoco y Apure; por sólo citar algunos casos en estas tres últimas categorías.

Ahora bien, más allá de los espacios acuáticos venezolanos y de la evidente conveniencia de preservarlos; es pertinente esta oportunidad para decir que en los actuales momentos de la historia de la humanidad, en este primer tercio del siglo XXI según el calendario gregoriano, todo el planeta Tierra se encuentra en una muy grave crisis climática, fruto de la conducta irresponsable del ser humano desde hace no poco tiempo para con la madre tierra, para con la Pachamama de nuestras culturas del Abya-Yala.

Problema que amenaza la existencia de una gigantesca cantidad de especies vegetales y animales, estando entre ellas el Homo Sapiens. Sin ocuparnos en esta ocasión de las causas que están generando este peligro mortal, queremos colocar un grano de arena en pro de despertar la conciencia de los habitantes de este mundo con respecto a su conservación biológica. Nadie se debe quedar fuera de la responsabilidad de cuidar el hogar común, cada quien en su entorno particular y según sus capacidades.


POR CARMELO RAYDAN •@carmeloraydan / archivoraydan@gmail.com
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