09/10/25. Cada 19 de octubre, se conmemora a las personas que han enfrentado el cáncer de mama. Decretada por la Organización Mundial de la Salud, es una fecha para concientizar sobre la detección temprana de la enfermedad, sobre todo, para fomentar el acceso a tratamientos.
Transitar una enfermedad como el cáncer de mama es un proceso que no deben hacer solas las mujeres. El diagnóstico, tratamientos y la superación, es un camino en el que se tiene una responsabilidad colectiva.
Conversé con Victoria Allen, activista por los derechos de las mujeres que superó la enfermedad, y se encuentra en una etapa de recuperación física y emocional. Aunque son muchas formas de sentir, la historia de Vicky, como le dicen sus amistades, nos ofrece una visión de superación para las experiencias.
Nutrir mi cuerpo
El proceso de sanación abarca entender el cuerpo; también, cuidarlo y “nutrirlo de forma efectiva”, dice Victoria. Para ella, hubo aspectos que cambiaron “para mejor”.
Pasar por el cáncer de mama le dio la oportunidad de ser “más responsable con mi cuerpo”. Comprendió que la nutrición no “es simplemente darle comida… que puede ser comida que no alimenta”, refiere. Aunque se puede comer alguna chuchería, hay que alimentarse “para funcionar bien, para que mi sistema inmunológico trabaje de manera correcta ”.
Ser sedentaria, ya no es una opción en mi vida
Después de su tratamiento de quimio, radio y cirugía, sus médicos le sugirieron el ejercicio físico. Más allá de ser un tema estético, “es un asunto de vida o muerte”.
Desde entonces, Vicky se entrena para aumentar su masa muscular, para prevenir recaídas o la aparición de tumores. “En mi caso en particular hay un riesgo de reincidencia, por lo tanto, tengo que estar muy alerta”, cuenta.
Negociar conmigo misma
Parte del tratamiento de Victoria fue la mastectomía radical de su seno afectado por los tumores malignos, lo que influyó en la manera en como se autopercibe, “en como creo que me perciben los demás”.
Al enterarse de que debían extirparle todo el tejido mamario, la noticia “me pegó muchísimo… me bajó emocionalmente”. Más tarde, entendió que debía negociar consigo misma. Era eso o “la alternativa que es la muerte”. Para Victoria fue “una especie de intercambio alquímico” en el que entregó parte de su cuerpo “a cambio de mi salud”.
Ella también tiene senos
Tener una red de apoyo amoroso es parte del tratamiento. Victoria tiene a sus tías que son como sus madres y a su pareja que en todo momento le brindó el abrazo cálido.
No todas las mujeres corren con la misma suerte. La Fundación Mujeres Rosa de Costa Rica ha referido que, en promedio, 75% de las mujeres heterosexuales con cáncer de mama lo enfrentan solas, pues son abandonadas por su pareja, durante o después del tratamiento.
Vicky dice que su caso fue mucho más fácil de transitar por el “hecho de que mi pareja sea una mujer… Ella también tiene senos… lo puede entender desde un lugar de empatía cercano…”.
Fui afortunada respecto a mi sexualidad
Mi entrevistada me contó con satisfacción que su vida sexual no se vio afectada en lo más mínimo, “cosa que agradezco un montón”. Sin embargo, por temas económicos, le ha costado hacerse una reconstrucción mamaria, un aspecto que cuesta mucho a mujeres que transitaron por la enfermedad.
Una cirugía de reconstrucción mamaria en Venezuela puede costar hasta cinco mil dólares. En su caso, Victoria se hizo una prótesis artesanal.
Buena actitud
Hay muchas formas de sentir y enfrentar un cáncer de mama. Como Victoria, muchas mujeres optan por tener una actitud positiva frente al diagnóstico que es un trauma con secuelas.
Aspectos como el económico, la falta de acceso al tratamiento, y la atención pueden perjudicar la salud mental de las pacientes. Lo emocional y lo psicológico tienen papel importante en la recuperación.
Algunas críticas para construir
- Victoria obtuvo el 90% de su tratamiento con BADAN (Banco de Drogas Antineoplásicas), instancia que entrega medicamentos de altos costos para enfermedades crónicas con apoyo del Estado venezolano, pero, debió recurrir a la Sociedad Anticancerosa para las radioterapias que son muy costosas en cualquier parte del mundo y no las consiguió en hospitales públicos del país.
- Llamó a modificar la atención en BADAN, donde la gente espera hasta seis horas para retirar tratamientos.
- El postratamiento con Tamoxifeno, un antiestrógeno que se coloca en inyecciones cada tres meses, cuesta alrededor de 200 dólares una sola inyección.
- La protección laboral a personas que se someten a la quimio y radioterapia debería contemplarse en la ley.
- Afirma que los profesionales de la salud no “tienen las herramientas sobre cómo tratar a la gente”.
- Algunos exámenes para detectar, por ejemplo, la expansión del tumor hacia otros órganos, no están disponibles en instituciones del Estado y son carísimos.
Transitar una enfermedad como el cáncer de mama es un proceso que no deben hacer solas las mujeres. El diagnóstico, tratamientos y la superación, es un camino en el que se tiene una responsabilidad colectiva.
POR SARAH ESPINOZA MÁRQUEZ • @sarah.spnz
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta