16/10/25. Nació en Caracas el 11 de agosto de 1903, en el seno de una familia con profundo arraigo en la tradición religiosa. Desde muy temprana edad, fueron los valores del servicio al prójimo y el sentido del deber parte de su ser.
La consagración de Madre Carmen se interpreta en el humanismo que practicó desde su juventud. Para ella, el servicio se traducía en la dignificación de las personas mediante la educación y la inclusión, más allá del ámbito espiritual.
Este 19 de octubre será canonizada, junto al Doctor José Gregorio Hernández, en un encuentro religioso que oficiará el Papa León XIV en la plaza de San Pedro en Roma. ¡Conoce aquí, parte de su historia de santidad!
Adversidades
La Madre Carmen Rendiles nació sin el brazo izquierdo. Por esa condición fue estigmatizada en el ámbito religioso. Según evidencia histórica, algunas congregaciones evitaron su ingreso, pues consideraban las limitaciones físicas como un impedimento para la vida consagrada.
El rechazo inicial produjo en ella una fuente inagotable de fortaleza para hacer frente a las adversidades, lo que le permitió avanzar en su objetivo de servir a otras personas y para desarrollar su capacidad de liderazgo que demostraría, más adelante, en el claustro.
De esta manera, su abnegación y entrega no comenzaron en el convento, sino en la aceptación y superación de su propia condición, convirtiéndola en una plataforma para la dignidad humana.
Vida consagrada
A los quince años, la vida espiritual de Rendiles se intensificó. Su camino de fe y acercamiento con Dios se vieron fortalecidos, luego de transitar un revés de salud, causado por una debilidad pulmonar que la obligó a aislarse temporalmente. Durante ese período se fue preparando internamente para la vocación religiosa.
El 25 de febrero de 1927, cuando tenía veinticuatro años, tocó las puertas de la Congregación de Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento. La institución de origen francés, establecida en Caracas, atrajo la atención de la joven porque la congregación no utilizaba hábito. Ingresó al noviciado ese mismo año y emitió sus votos el 8 de septiembre de 1932. Esos años de formación, le permitieron asumir responsabilidades clave, a futuro.
Nacimiento de Siervas de Jesús: firmeza de Madre Carmen
Entre los años 1962 y 1965 llegó la renovación de la vida religiosa, con tensiones institucionales por los decretos conciliares del Vaticano. Ya siendo Superiora Provincial en Venezuela, la Madre Carmen demostró la firmeza de su carácter ante las imposiciones de Francia que pretendía transformar la congregación en un instituto secular, lo que implicaba una modificación radical del carisma fundacional y de la identidad de vida consagrada activa.
Carmen se opuso a la decisión, calificándola de perjudicial para la misión de servicio. Esta defensa se interpreta como uno de los elementos más importantes de su vida servicial, ya que priorizó la cercanía con el pueblo venezolano, sobre la obediencia a la estructura externa francesa. Tras esos acontecimientos, inició el proceso de separación de la comunidad francesa.
Legado social y atención al pueblo
La consagración de Madre Carmen se interpreta en el humanismo que practicó desde su juventud. Para ella, el servicio se traducía en la dignificación de las personas mediante la educación y la inclusión, más allá del ámbito espiritual.
Así fue como cultivó su liderazgo en la fundación de colegios en regiones clave como San Cristóbal y Mérida, consolidando plataformas de transformación social a través de la formación de la juventud.
Su carisma se manifestó en las obras administradas por las Siervas de Jesús, enfocadas en la capacitación, la autonomía y la inclusión de personas con discapacidad en el mundo laboral. Una de las obras póstumas más significativas, es el Grupo de Jóvenes y Adultos con discapacidad Madre Carmen, que tiene como fin la inserción laboral de personas con diversidad funcional, mediante para ello un taller de panadería y pastelería.
Canonización
Falleció el 9 de mayo de 1977, y fue beatificada el 16 de junio de 2018. El milagro que selló este hito fue la sanación del brazo de la doctora venezolana Trinette Durán de Branger, un evento que la Santa Sede aprobó como obra de su intercesión.
El camino hacia la santidad culminó con la aprobación del segundo milagro por el Papa Francisco: la sanación de una joven caraqueña diagnosticada con hidrocefalia triventricular idiopática en 2015.
A la Madre Carmen Rendiles se le considera una mujer que venció los obstáculos con valentía y que, a través de esta, sirvió a quienes más lo necesitaban.
POR SARAH ESPINOZA MÁRQUEZ • @sarah.spnz
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta