09/12/25. Con frecuencia solemos pensar en el goce, pero lamentablemente aún en estos tiempos no siempre existe la suficiente determinación para hacerlo seguro. Tal vez se deba a que la instauración del disfrute por arte de las grandes cadenas publicitarias espanta cualquier alerta, tal vez porque el deseo oprime cualquier posibilidad de conciencia en especial a largo plazo.
...cuidémonos y exijámonos mutuamente ser responsables con nosotros mismos, porque esa es sin duda la más grande muestra de amor.
Somos animales, pertenecemos a una especie donde la sobrevivencia también consiste en sentir-nos cuerpos que necesitan de otros cuerpos para su realización. Y digo cuerpo queriendo decir también alimento, boca, paladar, sexo, sentipensamiento.
Pudiera decir sexo remitiéndome a las estadísticas, y lo hago, voy a Internet y coloco en el buscador: “VIH en el mundo” y abro la primera página que sale: https://www.unaids.org/es/resources/fact-sheet
Es la página de las Naciones Unidas que trata el tema del SIDA, allí encuentro, entre cosas, lo siguiente: “En el 2024 había 40,8 millones de personas viviendo con VIH” en un rango etario que va de 15 años o más.
Además, 1,4 millones son niños entre 0 y 14 años, y para ese año 5,3 millones de la población con VIH desconocía que lo tenía.
Ante esa situación, necesariamente seguiremos siendo reiterativos: debemos cuidarnos, debemos seguir teniendo sexo seguro. Y no es por el hecho de que el pasado 1 de diciembre Día Mundial de la Lucha Contra el SIDA, hayamos recordado la necesidad de una campaña preventiva repartiendo condones y folletos y dado alguna charla sobre el particular, no.
Hoy escribimos pensando en que cualquier persona incluso la que menos imaginamos puede tener esa condición y ni siquiera saberlo.
El mensaje es claro: cuidémonos y exijámonos mutuamente ser responsables con nosotros mismos, porque esa es sin duda la más grande muestra de amor.

POR BENJAMÍN EDUARDO MARTÍNEZ HERNÁNDEZ • @pasajero_2
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta