12/04/2023. Como ya lo hemos dicho la presencia del bolero en la obra literaria de García Márquez fue prácticamente nula -aunque haya declarado que "La cólera" cuando todavía la estaba escribiendo, “…era una obra de riesgo porque estaba sirviéndose de todos los recursos de la cultura popular de masas: de las vulgaridades del melodrama, del culebrón y del bolero”- ocurrió en cambio que en la vida real siempre estuvo presente.
En el artículo Vargas Vila, García Márquez y el bolero, de Jaime de la Hoz Simanca, encontramos que Bertha Maldonado, la secretaria de Álvaro Mutis, evoca la relación Gabo-boleros en un viaje realizado a Veracruz dos años después de la llegada del escritor a la tierra donde vivía y cantaba, su bolerista predilecto, el cubano Bienvenido Granda. “Si Gabo no hubiera recibido el divino don de la palabra -cuenta Bertha- si no hubiera sido periodista y escritor, hubiera tenido mucho éxito como cantante de boleros.
Por ahí en 1963-64 llegó Gabo a la oficina de publicidad de Álvaro (Mutis) con una maletita. Les pregunté a dónde iban y me dijeron que a Veracruz, pues Gabo quería conocer el mar (mexicano). Pedí que me llevaran y nos montamos en un “renaultcito”. Desde el momento en que nos subimos al coche, Gabo, sin parar, cantó uno tras otro, tras otro bolero, sin repetir. Uno lo llevaba al otro…”
Ya entre mediados y finales de los años cincuenta del siglo pasado, según varias referencias propias y ajenas, frecuentaba L’Escale, un bar bohemio, una boite de nuit, como dirían los entendidos, a poca distancia de La Sorbona y del famoso teatro Odeón, del que hace unos diez años Antoine Sextier realizó un documental sobre esta suerte de cabaret latino, en el cual reseña al Gabo tocando las maracas, para ganarse la vida.
“En L’Escale nos reuníamos no para consumir, sino para cantar y ganar algo. Cantábamos canciones mexicanas y boleros cubanos, junto al pintor venezolano de apellido Soto”
Sin embargo, aunque sin dudarlo, debo decir, que cuando produje con el poeta Álvaro Montero el disco de boleros del maestro Jesús Soto junto a Rodrigo Riera, nunca hubo ninguna referencia al Gabo, y mira que hubo muchas oportunidades, ni cuando expuso en LEA, ni en las múltiples entrevistas que tuvimos, ni en las parrandas, y ni siquiera cuando le manejé su carro en un viaje de Caracas a Barquisimeto, de la jornada de grabación del disco, Soto decía: “Los recuerdos que tengo son como un sueño poético, en el cual pasaron miles de cosas, unas más fuertes que otras, y sin duda eso será un recuerdo muy agradable en mi vida… esa especie de semana extravagante que pasamos tocando toda la noche, amaneciendo todos los días hasta las siete de la mañana... esa semana me trajo al presente aquellos días de París…”
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ • 0424-2826098