01/06/2023. Encerrada por órdenes del gobernador de la isla Margarita, el español Joaquín Urreiztieta, está en la fortaleza de Santa Rosa. Ha perdido a su hija durante el parto. Ya sabe cómo se siente la muerte. Poco antes, sufrió el asesinato de su padre y el de su hermano. Le tocó huir con su familia a Oriente. No llegan todos. Sólo ella, su madre y su hermano menor. Es otra enorme mujer-madre de esta Patria, nuestra legendaria Luisa Cáceres de Arismendi.
¿Será ella la caraqueña más oriental de nuestra historia? Porque a todos nos suena que ella era de allá, de los atardeceres hermosos de nuestra perla, pero no es así. Luisa, hija del profesor Cáceres era caraqueña. Su matrimonio se arregla cuando apenas tiene quince, con un coronel viudo que le lleva veinticuatro años. Le toca sufrir la fiereza de Boves que va recuperando la tierra liberada. Allí comienza su paso a oriente, como fue el de toda aquella República por órdenes de Bolívar y de José Félix Rivas. Su prometido será el protector de su familia, les permitirá llegar e instalarse en Margarita, donde se casan en diciembre.
La seguridad no es plena y el acoso es fuerte. Apenas unos meses luego de casarse, los españoles van ganando espacio y ordenan que el coronel Arismendi sea apresado, él huye. Quieren presionarlo, hacen de su esposa, una rehén. La mantienen al comienzo encerrada en una casa de familia. El coronel resiste, ellos aprietan. Es trasladada a un calabozo del Castillo Santa Rosa en La Asunción.
¿Dónde? En algún calabozo sin ventanas. Vigilada, torturada, desnutrida. Nada la hace ceder. Aguanta, resiste, es leal a su marido y a la causa. Su esposo avanza, toma españoles de prisioneros. Le proponen canjearlos por ella. Él no se deja doblegar. A ella, la trasladan de cárcel, la exilian. Vuelve, cuando los patriotas van recuperando espacio, ve nuestra bandera ondear.
Juan Bautista, que había dicho cuando lo presionaban “diga al jefe español que sin patria no quiero esposa”, es uno de los pocos próceres que no sólo es recordado por su gesta sino por asociación con la mujer con la que se casó.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta