21/06/2023. En el artículo de la semana pasada comenzamos a abordar el tema de la autodisciplina para la búsqueda de una práctica de escritura diaria. En el punto número dos les decía que no será igual que escribir forme parte de tu trabajo o se relacione indirectamente, a que pases el día en una jornada laboral distinta a la de tu compromiso como escritor. Pero bien que te la puedes arreglar con un cuaderno de apuntes. No sirven las notas en el teléfono, ni en ningún otro aparato, ni mensajes de voz grabados; un cuaderno (vulgar, ordinaria herramienta escolar), sí, un bloc o libreta. Apunta en él las ideas que se te puedan ocurrir en tu día a día, porque para ser narrador y escribir tu obra, hay que pensarla, imaginarla y hacerla realidad con hechos. Anota características de algún personaje que te llame la atención en el transporte público, alguien que entre en una panadería cuando te tomas un café, el nombre de ese protagonista, el título de un posible cuento, una frase que diga tu acompañante y que te resulte interesante.
Si no te es posible tomar las notas, graba el audio y luego con calma, cuando llegues a tu valioso cuaderno, lo transcribes a mano con un lápiz o bolígrafo. No hablaré de los beneficios que trae copiar a mano porque no es mi especialidad ni pienso invadir el territorio de gente que sí lo sabe. Sin embargo les aseguro que es una técnica maravillosa que da buenos resultados. Escribir a mano destraba, aclara ideas, ordena el pensamiento, motiva, estimula la imaginación.
Existen algunos enemigos de la autodisciplina. Son muchos, muy poderosos y los tienes alrededor, cerquita, al lado: tus amigos, compañeros de clases, de trabajo, familia, la pareja, los hijos, el padre, la madre. Guste o no es así. La escritura es un oficio que se hace en solitario. Todos estos adversarios o distractores, para bajarle dos, reclaman tu atención y requieren mucho de tu tiempo. Debes aprender a fijar límites, establecer acuerdos, sacrificar algunas horas de sueño, hacer respetar la jornada que le dedicas a la escritura pero sobre todo, respetarla tú.
Nada de esto quiere decir que abandones tus responsabilidades académicas, laborales, como padre, madre, hijo o hija, no. Sólo debes organizarte bien y cuando toque echar la escapada con los amigos o en algún otro plan que involucre a los otros, disfrutarlo al máximo, que para eso es, sobre todo para eso de ser feliz, la vida. Gracias por acompañarme hasta aquí.
Ñapa: Hoy me voy a lanzar recomendando Silvia, cuento maravilloso de mi amado Julio Cortázar. Les advierto, no me culpen de nada.
POR ESMERALDA TORRES • @esmetorresoficial
ILUTRACIÓN ENGELS MARCANO • cdiscreaengmar@gmail.com