06/07/2023. En las traducciones no es posible trasladar palabra por palabra un texto de un idioma a otro, del inglés al español, por ejemplo. Lo que se busca es lograr que el resultado del segundo sea un reflejo fiel del primero. Es este, en todo caso, el objetivo que persigue el traductor valiéndose de su experiencia y de sus conocimientos. Ocurre algo parecido cuando se trata de realidad y ficción. La realidad son los hechos comprobables de la vida y la ficción su imitación fiel.
La ficción se fundamenta sobre la base de un pacto entre el lector y el autor, donde estos convienen que, lo que aparece en la obra es válido y forma parte de su universo único aunque arbitrario. En literatura la ficción jamás será sinónimo de engaño o fraude de modo tal que, todo lo narrado forma parte de la realidad textual creada con fines literarios. Tal convención, nunca firmada ni registrada en notaría alguna, está legítimamente aceptada desde el momento en el cual el lector sabe que lo que contiene el texto que posee en sus manos o ante sus ojos, es pura y concreta literatura incuestionable.
Los personajes de novelas y cuentos no son reales sin embargo deben reunir todas las condiciones para ser percibidos por el lector como tales. La ficción obliga al autor a imaginar universos que se perciban posibles. Construir protagonistas creíbles. Este es el reto mayor del escritor, escriba en el género que escriba. ¿Quién duda de la existencia de Remedios la bella siendo una de las creaciones inolvidables de la obra cumbre del Gabo?
Es la ficción literaria la mejor aliada de las penurias humanas, pues amplía las posibilidades del sueño y de la utopía. Se expresa en su esencia más pura cuando se deshace del conocimiento opresor para darle paso a la imaginación, conocimiento liberador.
Recientemente escribí un cuento breve que relata historia de una mujer, hosca y un poco malvada que llega a la orilla del mar con una cesta en las manos. Pretende echar al agua lo que el cesto contiene. Cuando levanta la tapa se conoce que bajo el resto de unas algas resecas, está el cuerpo inerme de una sirena. Escribirlo me llevó más de una semana y son apenas veintitrés líneas. Concluí, para mi propio beneficio, que hay que esforzarse en hacer realidad lo imposible y lo extraordinario. Gracias por acompañarme hasta aquí.
Ñapa: Hoy cumpliré con uno de los grandes cuentistas latinoamericanos, recomendándoles leer El Aleph, de Jorge Luis Borges.
POR ESMERALDA TORRES • @esmetorresoficial
ILUSTRACIÓN ENGELS MARCANO • cdiscreaengmar@gmail.com