20/07/2023. Las mujeres somos más longevas que los hombres. Eso explica para algunos que las enfermedades del ocaso, las sufran más las mujeres. Así está anotado en parte de las páginas de salud que exponen algunos datos sobre el Alzheimer aunque otros comienzan a analizar qué otros factores, como los genéticos, juegan para que dos terceras partes de quienes sufren esta condición, al menos en Estados Unidos, sean abuelas. Este es sólo un ejemplo que existen, en las enfermedades, también incidencias diferenciadas por sexo y no todas tienen causas obvias.
Es, evidentemente, un problema de los científicos y de los médicos dar con las causas, así como diseñar los tratamientos. De la sociedad, en general, el deber de darse cuenta que para que aquello pase hay que modificar algunas viejas prácticas que separan la dimensión del paciente de la del ser social. Nuestra salud se va tejiendo -o perdiendo- en el tiempo de acuerdo a la vida que tenemos, las atenciones que recibimos y también, por el género y el sexo.
En el presente, es tiempo de darle una atención digna, integral, universal, cónsona con los derechos constitucionales a quienes padecen de Alzheimer y en ello, de nuevo, no podemos obviar que nos enfrentaremos seguramente a un universo mayoritariamente femenino que hoy tiene características propias derivadas de tiempos tan difíciles, donde por emigración u otras causas, tenemos personas mayores más desasistidas que lo que fue usual en nuestra cultura.
¿Cómo protegemos a esas señoras, cuando los trámites legales son engorrosos? ¿Cómo hacemos para que tengan acceso a su pensión si van perdiendo la memoria o la capacidad para hacer uso de la computación y la tecnología? ¿Cómo ha de ser atendida? ¿Qué derechos tienen los cuidadores? ¿Cómo nos preparamos a escenarios que parecen decir que habrá cada vez más personas con esta condición?
En todo caso, lo que no podemos hacer quienes no estamos en esa página es olvidarles. Sus dificultades serán genéticas o una degeneración neurológica, quién sabe… Pero razón de nuestro redoble por atenderles, integrarles, protegerles y amarles.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta