24/07/2023. Algo en apariencia tan sencillo resulta el quebradero de cabezas de más de un escritor, escritora. Por eso, para no comenzar dando vueltas y enredar el asunto de nuestro artículo de hoy, vayamos de una y en bajadita a lo concreto.
1.- Convéncete de una vez no hay título perfecto, salvo el de un cuento muy famoso que se titula Tratado de la envidia. Búsquenlo.
2.- Siempre hay alguien que pensó antes que tú en el título que te gusta y que le va de lo mejor a tu historia. Hay un cuento que se titula La casa verde, como la novela de Vargas Llosa. Porque no se crea él que al nacer primero, va a ganar en derechos a los demás.
3.- Ten presente que hay diferencias entre si lo que vas a titular es una novela o un cuento. Vale señalar el caso de Un hombre difícil con respecto a El maldito.
4.- No utilices palabras raras como Silmarillión. No se verán bien en la portada y tenderá a confundir a quien las lea. Prefiere ante ello la diafanidad de El canto de la salamandra. El primero parece trabalenguas y será muy difícil que se fije en la mente de un posible lector.
5.- Huye de los títulos demasiado simples y comunes que no le dirán nada al lector o que se confundirá entre cientos de opciones. Jamás La noche. Prefiere entonces La noche de la casa. Que se los aseguro yo.
6.- No uses títulos tan largos y rebuscados como La triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada. Ya lo dije y repetiré más allá de mi fin, Gabo solo hay uno. Prefiere el comedido Moreliana en Nueva York, llorando.
7.- Usa títulos sugerentes, inspiradores, evocadores, tales como Tres actos para morder una naranja.
8.- A veces basta con sorprender al posible lector de tu libro, novela o cuento, proponiendo un título contradictorio, un juego de los sentidos, una idea improbable. Se me ocurre ponerte como ejemplo el misterioso Un olor a sombra.
9.- En los títulos se lucen los adverbios adversativos y demostrativos. El mejor ejemplo que se me ocurre es el inolvidable Tampoco está el cuadro de Frida Khalo o Los sonidos de esta hora.
10.- Nunca uses fechas para colocar en el título. Le aportan caducidad a la obra. Wells lo hizo y en mi opinión, es la excepción de la norma. Bueno también Bolaños, pero con ellos pasa como con el Gabo.
11.- Es válido titular usando una frase que forme parte del texto, principalmente cuando la elegida, se relaciona con el tema del cuento. Podría sonar el teléfono es una magnífica opción.
12.- El más usado, el que nunca falla, sobre todo si las palabras que lo componen están bien pensadas y resultan armónicas y sonoras, es titular con el nombre del personaje protagonista o del lugar donde se desarrolla la historia. Los mejores ejemplos a la mano son Irene Krauze y Santa María.
Estas son algunas ideas que sirven para orientar la tarea de ponerle nombre a nuestras creaciones. Gracias por acompañarme hasta aquí.
Ñapa: Como me he pasado todo el artículo mencionando los títulos de mis cuentos o libros, hoy cerraré proponiendo la lectura del El tren de Muriel, que se encuentra en El libro de los tratados, publicado por Fundarte.
POR ESMERALDA TORRES • @esmetorresoficia