10/08/2023. Nadie niega que la escuela es un derecho, ni su utilidad para darnos herramientas para una vida digna. Sin embargo, tiene sus límites y contradicciones. Uno de ellos es que, en su mayoría, no son democráticas. Quien estudia obedece porque quien enseña manda. Así, sin rechistar. También recibe lo que le dan o lo que el Ministerio o las autoridades escolares deciden que se imparta.
De allí, que más de un pedagogo, con visión crítica, analice cómo en definitiva nuestras escuelas son fábricas de obreros, empleados, gerentes y algunas, muy especiales, de reyes y gobernantes. En ese afán, una de las primeras cosas que hacen es ponerle a cada infante una etiqueta que les marca el camino. Cada quien, llegando con sus ojos en un infinito universo saldrá convertido en un miembro útil y próspero para la sociedad. Limitado a una o a algunas alternativas, se les irá sugiriendo quedarse con aquellas que den más dinero o estatus y se nos quedará vacía la cantera de astronautas, bomberos y maestros.
Pero, a veces, algunos, son capaces de romper todos los moldes. Hacerlo con talento y humor para ser uno de los seres más raros de nuestra historia contemporánea, quien se declarase, a mucha honra, con total convicción toera. Señalando así su definitiva decisión de dedicarse a lo que se le presentase, por pasión, utilidad o sólo para no aburrirse. Denunciando el deber de vivir en blanco y negro, reivindicando que el corazón abierto y la mente alerta son capaces de aprehender miles de facetas de la experiencia humana. Como sólo ha sabido hacerlo nuestra Conny Méndez.
Juana María de la Concepción Méndez Guzmán,-con ese nombre que daba para ser prima de Bolívar- fue una compositora, cantante, ensayista, caricaturista, actriz y escritora venezolana, nacida al atardecer del siglo XIX y que sabría proyectarse infinitamente, entre los versos que se cantan y los cuadernos de aquellos que buscan otras relaciones entre lo que vivimos, la energía, lo divino y tantas otras cosas como las que abarca la metafísica.
Hay quizás quien, mirándola en sus tiempos, desconfiase de aquellas ocupaciones, diversas, exóticas, propias de tan distintas áreas del saber. Hoy, le ponemos un montón de adjetivos: emprendedora, proactiva, capaz de entender el tiempo y fluir con él. En todo caso, salud por sus ojos y oídos, que nos dejaron memoria de nuestra propia alma.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta