16/08/23. Mente sana en cuerpo sano. Hoy en día no se concibe una salud plena sin que se incorporen otros factores de bienestar como la tranquilidad emocional, la satisfacción social y la buena alimentación más allá del consumo de fármacos. La doctora Florángel Salazar es una médica internista con diez años de experiencia en el área que se ha formado además en la de psiconeuroinmunología: una disciplina que incluye los factores emocionales y sociales como parte de la salud integral.
La doctora Florángel además, viene desarrollando programas de bienestar y cuidado que incluyen el manejo del estrés y la obesidad, y la inclusión de personas con discapacidad. Su apostolado en pos de impulsar un estilo de vida más saludable la ha conducido incluso a certificarse como instructora de yoga, incursionar en el baile, y a emprender en un gimnasio.
Adicionalmente, se ha incorporado en las redes sociales, difundiendo contenidos para la comunidad en materia de bienestar y salud holística a través de la cuenta @tudraflorangel. Conozcamos más sobre el trabajo de la doctora Florángel Salazar.
¿Cuál es tu aporte?
Mi principal aporte a nivel de la salud es el protagonismo. El protagonismo entendido cómo hacernos responsables de nosotros mismos. Es muy retador, porque depende de las decisiones que yo tome, del camino que yo decida accionar o no. Si no volteamos la mirada hacia nosotros mismos para ver qué nos sucede y cómo podemos fortalecernos, y no tomo las acciones como pedir ayuda, tomar fármacos, etcétera, es difícil que podamos tomar camino.
¿Cómo llega la psiconeuroinmunología a tu vida?
Con el cáncer de mi madre vi todo su trabajo psicoemocional ligado a proceso de salud. Luego, conozco la psiconeuroinmunología en el hospital Vargas de la mano de la doctora Marielena Castés. Reconecto con esta disciplina durante mi posgrado en medicina interna, al ver pacientes que no controlaban la enfermedad al 100% pese a seguir los protocolos. Tomé un diplomado en psiconeuroinmunología con la doctora Castés. Luego, proseguí mi formación en Argentina con estrés y psiconeuroinmunología, y actualmente estoy haciendo una maestría en España sobre esta disciplina.
¿Qué diferencia la psiconeuroinmunología de la psicología?
La psicología aborda la parte psíquica y mental. La psiconeuroinmunología tiene cuatro elementos que se abordan: la parte biológica, la salud mental, la salud emocional y social. Dentro de la psiconeuroinmunología no somos seres aislados del mundo. Se incluye nuestra historia personal, de familia y cómo nos relacionamos con el mundo.
¿Cómo has visto los niveles de estrés y de salud mental de tus pacientes?
Antes de la pandemia ya había observado mucho los niveles de estrés debido a la situación país y muchos duelos por las migraciones. Sin embargo, no era tan normalizado. Después de la pandemia, fue un cambio muy radical, y se dispararon los índices de ansiedad, depresión, estrés, y toda la parte psicoemocional. Incluso, la parte de suicidios, hasta en pacientes más jóvenes. Así como la pandemia fue un detonante, también surgió una mayor conciencia y una mayor apertura en los pacientes.
¿Cómo ves la psiconeuroinmunología en Venezuela?
Todavía hay trabajo por hacer, porque la psiconeuroinmunología es un cambio de paradigma en el abordaje de la salud. Sólo está el diplomado en la Universidad de los Andes y la Sociedad de Psiconeuroinmunología, que aún es pequeña y debe crecer. Somos pocos los profesionales de la salud que abordamos este camino. El hospital Vargas es el espacio que nos acerca a esa disciplina. Aquí no hay postgrado en psiconeuroinmunología. Aparte, de que para trabajar en psiconoeuroinmunología hay que ser coherentes para poder brindar bienestar.
¿Qué te motivó a llegar a las redes sociales?
Para mí fue todo un reto, porque mi personalidad es más callada y reservada. Mi mamá me empieza a impulsar a compartir información. Luego, en mi consultorio la experiencia con los pacientes me motiva a querer llegar a más gente. Ahí decido pasar a las redes sociales. No ha sido fácil, porque explicar temas médicos de forma sencilla y que llegue no es fácil. Condensar, sintetizar y transmitir es un reto.
¿Cómo ves el intrusismo en la medicina a través de las redes sociales?
Es muy delicado. Cada vez hay más personas que no tienen conocimiento formalizado de salud y dan información de salud. Tú puedes compartir una información desde tu experiencia, pero no decir qué se tiene qué hacer. La tendencia generalizada es que los usuarios suelen creer lo que se publica en las redes. He tenido más de un paciente que se pone a tomar cualquier cosa porque lo vio en las redes. Los profesionales de salud debemos participar de forma más contundente con información científica.
¿Cómo demuestras tu credibilidad al público?
Manejo información a través de medicina basada en la evidencia. Son los estudios médicos basados en revistas arbitradas y diferentes páginas puntuales.
Dejo muy en claro si estoy informando sobre la base de mi experiencia personal o profesional. Comparto información avalada en libros médicos.
Háblanos de la obesidad del caraqueño.
Culturalmente la alimentación del caraqueño no es la más saludable ni balanceada. Desde niños, aprendemos a comer de una forma poco saludable. La comida está omnipresente. Eso hace que el metabolismo enferme. Por otro lado, hay una contradicción, sobre todo en la mujer. Está el mandato a lucir esbeltos. Esa disyuntiva afecta a nivel psicoemocional generando una relación no sana con la comida: ya sea porque comen con atracones, o porque se privan de una forma poco saludable por vanidad. Incluso, quien decide tomar la decisión de cuidarse, pasa por la presión social que te condena por no ingerir alcohol, azúcar o alimentarte sanamente.
¿Cómo vez la disposición de la comunidad a cuidarse?
Está cada vez más dispuesta a hacer ejercicio físico después de la pandemia. Muchas personas están usando el ejercicio físico como refugio o como válvula de escape para el estrés: no es solamente la parte fitness, sino como una forma de sentirse bien. Eso me parece fabuloso, porque como médico sé que el ser humano está diseñado para moverse y es un tema que aquí en Venezuela hacía falta potenciar antes de la pandemia. Ahora hay mayor receptividad y mayor apertura. También considero que la gente sólo se está concentrando en lo físico, y pudiesen estar descuidando los otros aspectos como seres humanos: las partes mental, emocional y social.
¿Qué mensaje deseas darle a la comunidad de Épale CCS?
Somos cocreadores de nuestra salud. Hay que priorizar la salud.
POR MARÍA EUGENIA ACERO • @mariacolomine
FOTOGRAFÍAS MAIRELYS GONZÁLEZ •@mairelyscg27