16/08/23. El viernes 11 de agosto de 2023, el calor anunciaba fiesta. El cielo se lucía con un azul brillante, y los ánimos en la ciudad recordaban que el cuerpo sabía que era viernes. En esta ciudad la gente es feliz a pesar de cualquier contrariedad, y el día de Venus siempre lo demuestra. En el edificio Gradillas, los motores estaban encendidos para terminar de coronar una semana memorable de actividades para conmemorar los catorce años de la Fundación para la Comunicación Popular CCS.
El 8 de agosto de 2009, salía a la calle el primer ejemplar del diario Ciudad CCS, revolucionando el periodismo local con irreverencia, compromiso social y sentido crítico. Rápidamente, la comunidad caraqueña se apropió de esta propuesta comunicacional engullendo todos los días los contenidos de su nuevo periódico favorito. Los usuarios se hicieron partícipes de las denuncias y propuestas, haciendo de Ciudad CCS un enlace entre el pueblo y el estado: el pueblo se hizo gobierno a través de las páginas gratuitas que circulaban diariamente a lo largo de las 28 parroquias del municipio Libertador.
El diario Ciudad CCS ha crecido hasta crear otros productos comunicacionales como la revista Épale CCS (que ya tiene diez años) y los suplementos Cuentos para leer en Casa (que está circulando desde hace ya tres años) y el Especulador Precoz. Ciudad CCS se ha consolidado hasta el punto de convertirse en una Fundación para la Comunicación Popular CCS, que acompaña al pueblo no sólo en la difusión de contenidos sino en la formación y desarrollo de proyectos socioproductivos con miras a ayudar a generar buen vivir en la comunidad.
Un hogar, una escuela
Esta propuesta comunicacional ha sido el hogar de grandes plumas, ilustradores y fotógrafos de nuestras calles, como Malú Rengifo, Yrleana Gómez, Alfredo Rajoy, José Roberto Duque, y otros, y le ha abierto las puertas a estudiantes y miembros de la comunidad quienes han crecido y han desarrollado una carrera profesional. Conversamos con Milagros Indriago, coodinadora de Servicios Generales, quien nos compartió su experiencia:
"Tengo dos años en la Fundación. Ha sido una excelente experiencia. Cuando comencé aquí, empecé primero limpiando. Ha sido para mí una muy buena experiencia. Cuando ingresé había muy poco personal. Fue en un momento en que la situación económica se puso fuerte. Pero desde que estoy aquí he vivido y he estado en muchas etapas de mi vida que han sido fuertes, pero me han ayudado a crecer como persona. Esta experiencia me ha ayudado a llegar a lugares a donde nunca pensé llegar. Empecé como personal de mantenimiento, y ahora soy coordinadora de servicios generales. Ha sido una experiencia muy positiva".
La periodista Johana Pérez fue una de las pioneras de este proyecto, al haber sido partícipe de la publicación de la edición número 0 del diario Ciudad CCS. "Yo llegué muchísimo antes de que saliera la edición número 0. Ya veníamos trabajando este proyecto tres meses antes de que saliera a la calle: con el proceso del diseño, de quiénes iban a integrar el periódico, los periodistas y todo el personal que iba a trabajar acá. Yo entré en la parte de diseño. Ahí escogimos todo lo que fue el diseño del periódico: los colores, las letras, cuántas páginas. Hasta que llegó la hora de sacar la edición número 0 a la calle y probar".
"Un día llegó el alcalde, en ese momento estaba Jorge Rodríguez, que era el director del periódico y nos dijo: 'Mañana sale el periódico'. Aquí amanecimos editando todo hasta las 4:00am. La edición 0 salió a las 8:00am. De ahí empezamos a rodar en la calle".
"Han sido catorce años para mí de mucho aprendizaje como diseñadora. Ahorita soy periodista. Duré muchísimos años en diseño y aprendí un montón. Luego me mandaron a patear calles y también aprendí allí. Después me mandaron de nuevo a diseño, y en este momento estoy como periodista nuevamente: soy redactora Web. Es una nueva experiencia para mí. No es lo mismo redactar en periódico impreso que para una página Web. He adquirido muchísmo aprendizaje, ya que cuando llegué aquí estaba recién graduada. He tenido muchos jefes de los cuales he aprendido, y de verdad que Ciudad CCs es una gran familia. Esta es una oportunidad que nos dan para aprender. Aquí no me exigieron nada. Simplemente me dijeron, 'entra y aprende'. Le agradezco mucho a Felipe Saldivia, a Ernesto Villegas, a Ildegar Gil, a Mercedes Chacín que ahorita está con nosotros. Ella ha batallado mucho con nosotros. Como periodistas sabemos que este trabajo no es fácil, estamos en un país donde debemos sacar el periodismo adelante pase lo que pase, y Ciudad CCS siempre ha dado la batalla y a dado la cara ante todo. Seguiremos trabajando por catorce años más".
¿Cuál consideras que ha sido el mayor reto del periódico?
"El mayor reto del periódico fue cuando estuvimos en pandemia. Nos tocó trabajar desde casa, y no era fácil adaptarnos a los formatos de trabajo. Luego regresamos pocos días. A veces nos daba miedo asomarnos a la ventana. En una ocasión me tocó salir a la calle con mucho miedo, pero pudimos salir adelante".
Rosa Arévalo es coordinadora de Voces y ha acompañado este proyecto desde hace diez años. Ella nos comparte:
¿Cómo ha sido tu experiencia y evolución en Ciudad CCs?
"Comencé a prestar mis servicios como correctora hace diez años, específicamente el 8 de julio de 2013. Para aquel entonces, es hartamente sabido que Ciudad Ccs era un diario muy conocido y esperado; se imprimían a diario un tiraje aproximadamente entre los 250.000 o 300.000 ejemplares, ahora no recuerdo la cantidad con exactitud, mas era enorme; pero lo que sí recuerdo como si fuera hoy es ese movimiento y dinamismo de lo que significa producir un impreso masivo y por serlo, podrás imaginar lo que esto significaba. Hacer un diario de 32 páginas más encartados no sólo constituía un reto a diario, era además una labor extenuante y sumamente estresante, pero sin duda apasionante. No sabes cuánto daría por volver a vivir el diarismo.
Para quienes amamos los medios es nuestro lugar ideal, buena parte de nuestras vidas transcurren allí, y si bien significa sacrificio, porque tal vez nos perdemos momentos importantes con la familia, como las Navidades, Carnavales, etcétera, también es verdad que eres testigo de primera línea del acontecer no sólo de la ciudad sino también del país y del mundo".
"Trabajar en un medio de comunicación de esa magnitud no es para todo el mundo por lo exigente y la inmediatez, pero para quienes sí podemos asumirlo se convierte en nuestro mundo. Recuerdo que mis jornadas, por lo general, comenzaban a la 1:00pm y terminaban con suerte entre 12:00 y 1:00am, porque a veces podíamos cerrar más tarde. Por ejemplo, si era época electoral, simplemente amanecíamos, nos daban las 5:00 o 6:00am, pero cumplíamos con la misión de que los lectores a las 6:00am tuvieran su ejemplar en manos".
¡Fiesta!
El ambiente en la sede de la Fundación era de alegría y camaradería. En el piso 6 del edificio Gradillas, todo el equipo en pleno del diario Ciudad CCS, la revista Épale CCS y la Escuela de Comunicación Popular Yanira Albornoz, bailaban, se reían, conversaban y compartían felices como una gran familia.
Rodaron los pasapalos, el ron y la música invitaba a bailar. Se entregó reconocimiento a los empleados con más de cinco años de trayectoria. ¡Ese día era mi cumpleaños, y Francisco Aguana me cantó las mañanitas! También rifaron un televisor, teléfonos, relojes inteligentes, una corneta y tazas. Nuestra redactora María Alejandra Martín fue la feliz ganadora de una corneta.
Nuestra fiesta fue el cierre de una semana especial de celebración en la que se llevó a cabo un operativo de salud de la mano del servicio Fastac (Fondo de Administración de Salud para Trabajadores de la Alcaldía de Caracas), así como una venta de dulces criollos y plantas.
Que sean muchos años más
Estos catorce años de vida nos demuestran que a pesar de las adversidades estamos más vivos que nunca y dispuestos a dar la batalla por la comunicación veraz y comprometida de cara a combatir con los dientes la canalla mediática mundial.
POR MARÍA EUGENIA ACERO • @mariacolomine
FOTOGRAFÍAS JAVIER CAMPOS / ENRIQUE HERNÁNDEZ / AMÉRICO MORILLO