17/11/23. Un caso inaudito de nostalgia del futuro nos produjo el lanzamiento oficial del “nuevo” sencillo de Los Beatles. Now and then, que traduce “de vez en cuando”, salió al mercado hace unos días anunciado como lo último que harían los “Cuatro de Liverpool” definitivamente, aunque eso ya lo ha dicho Sir Paul McCartney, de 83 años, en distintas ocasiones.
La bellísima canción es producto de un prodigio de la tecnología. Fue una de esas piezas sueltas que grabó John Lennon durante su retiro voluntario en el edificio Dakota de Nueva York, búnker que utilizó desde mediados de los años setenta para escapar de la escena pública y dedicarse a componer y a criar a su hijo Sean, producto de su relación con Yoko Ono, hasta ser abatido a tiros en 1980 -con apenas cuarenta años- en la entrada de su vivienda por un loco de nombre Mark David Chapman, quien afirmaba que él era el verdadero Lennon.
Dos de esas piezas “silvestres” (Free as a bird y Real Love son las otras dos) ya habían sido remasterizadas y agregadas a los álbumes de 1995-1996, Anthology 1 y Anthology 2, y se pensaba utilizar Now and then para un eventual Anthology 3, que nunca apareció.
El tema se conservaba desde 1977 en un casete grabado de forma doméstica y con muy baja calidad, con John al piano y su extraordinaria voz haciendo alardes del amor por su familia y esa facilidad de los auténticos poetas para orquestar ideas simples pero con fuerza universal, a través de melodías pegajosas.
Peter Jackson, el director de la trilogía cinematográfica de El señor de los anillos, fue quien dio pie con el recurso tecnológico que le hacía falta al andamiaje completo a través de la Inteligencia Artificial (IA), para desprender la primitiva voz de Lennon y desechar el piano mal golpeado del original. Fue durante el trabajo de reconstrucción de la música para el documental Get Back que lanzó Disney al mercado hace dos años como un tributo a las míticas horas de grabación que terminarían engendrando las dos últimas obras maestras de la banda inglesa, los discos Abbey Road y Let it be, salidos al mercado entre 1969 y 1970, con los que se sellaba la historia del cuarteto como agrupación y se catapultaba el nacimiento de la leyenda.
Toda la nostalgia y la magia se juntaron en una sola sentada: a la voz original de Lennon se unieron los coros de McCartney y Ringo Starr (también en el bajo y la batería respectivamente), y George Harrison (consumido por el cáncer en 2001) quien agregó unos riffs premonitorios de su guitarra en 1995, durante la grabación de los discos Anthology 1 y Anthology 2 que incorporan las dos piezas recuperadas de Lennon menos Now and then, la cual parecía no tener salvación. También se acercó para la dirección de los arreglos orquestales el hijo del infaltable productor del grupo, George Martín (muerto en 2016), y se adjuntó Love me do, el primer sencillo de Los Beatles con el que iniciaron su épica y revolucionaria trayectoria musical en 1962, repotenciado por la IA como una especie de lado B del disco.
Hay que aclarar que no es una voz duplicada, con lo que se están perpetrando grandes estafas en nombre de la IA: son las cuerdas vocales de John Lennon, limpias y renovadas gracias a los avances de la ciencia, vibrando como un desafío al paso del tiempo y el anuncio de un futuro plagado de posibilidades, por obra y gracia de la tecnología.
Aunque parezca un juego de palabras, nunca antes el pasado había tenido tanto futuro.
POR MARLON ZAMBRANO • @zar_lon
ILUSTRACIÓN JADE MACEDO • @jadegeas