27/11/23. Dice Milan Kundera en La insoportable levedad del ser que: “Sin saberlo, el hombre compone su vida de acuerdo con las leyes de la belleza aun en los momentos de más profunda desesperación”. Así lo siento cuando escucho a Daniel Yegres y a Eduardo González, director y productor, respectivamente, de Tarkarí de Chivo, una comedia con suspenso que podremos ver en las salas de cine del país a partir del 30 de noviembre.
Según Daniel, esta producción es muy venezolana, tiene un poco de todo: “Un crimen, un muerto, hay real, hay aguardiente y hay tramposos… tiene todos los elementos de lo que llamamos la comedia de enredos, pasa una situación de tragedia, la gente trata de resolverla, y cae en peo y peo y eso da mucha risa”.
Nacida a partir de un guión escrito por Francisco Denis, y filmada donde existió el conocido restaurante El Pozo Canario, en el corazón de La Candelaria, “lugar mítico de Caracas”, como sostiene el mismo Daniel. La película trata de una familia que tiene un restaurante que está cayendo en la quiebra, ocurre una tragedia, tiene un golpe de suerte, y deberán aprovechar la situación…
Nos dice Eduardo que fue “hecha deliberadamente en un formato que pudiera funcionar en cualquier plataforma de streaming” y “tiene una gran factura técnica, es una bella fotografía de Juan Carlos Yegres que es el director de fotografía en la película”.
Cuenta con un elenco venezolano de primera como Basilio Álvarez (el chef, jefe de la familia y del restaurante), Diana Peñalver (su esposa), Daniela Alvarado (como Laura, la hija), Antonio Delli (Carlos Miranda, el amor de Laura), Gabriel Agüero (como Servando, hermano de Laura, el mesonero), Nicole Yegres (como la niña Sofía), Jesús Carreño (como El Gordo, el cliente), Samantha Castillo (como Valentina Grau).
Es la última de diecinueve películas que este año marcan la reactivación de la industria cinematográfica nacional.
En septiembre de 2018 les llegó Francisco Denis con el guión, lo revisaron, hicieron algunos ajustes y el 3 de enero de 2019 iniciaron el rodaje. Como recuerda Daniel: “Nos agarró entre Guaidó y el apagón. Si nosotros retrasamos la película una semana, no se hace… se hizo exactamente en esa ventana, después vino la pandemia, y nosotros teníamos una película que editar...”. Este último proceso, lo que tiene que ver con la posproducción, “se hizo en Los Ángeles, porque teníamos un amigo venezolano que se llama Luis Colina que está viviendo allá y trabaja para grandes casas de producción, y tenía muchas ganas de hacer una película venezolana como editor, él hizo un primer montaje”, otra parte en México, “y después nosotros terminamos la hechura aquí en Caracas… lo mejor es lo de Caracas, la parte más sabrosa, filmada en La Candelaria y en Naiguatá”.
Para la música contaron con el reconocido Manuel Barrios que ha sido nominado al Grammy, como señala Eduardo “saxofonista extraordinario, un hombre de un valor importantísimo para la música en Venezuela, maestro de la armonía, del saxofón y sobre todo del jazz” que compuso para la película como el mismo Eduardo. Se trata de una auténtica fraternidad, pues Manuel forma parte de la banda Los Pecayas, de la que también son miembros Daniel y Eduardo… y Manuel “convocó a un montón de músicos increíbles. La escena del jazz venezolano está ahí tocando, cuando tú te vas a spotify donde están los créditos y a YouTube, dices: ¿Toda esta gente está aquí tocando?”. Ahí podemos ver la banda sonora realizada por Los Pecayas junto a las hermosas voces de Maigualida Ocaña y Amaranta Pérez.
Daniel: Manuel es un tipo que ha hecho muchos discos… le dijimos: Manuel, queremos invitarte para que hagas la música de una película, y dijo: chaaamo esa no la tengo…”.
La música y el color son fundamentales en una película, así nos cuenta Daniel: “Después que tienes todo, tú lo organizas en lo que llaman el montaje, y después le vas poniendo cosas. Por ejemplo, hay una etapa que se llama colorización: tienes que pintar cada uno de los planos, porque cuando tú lo grabas lo haces en un color como tirando al sepia que es un color estándar, y después le vas dando con los colores, le vas dando emocionalidad al filme, y con la música no te cuento: la música es la guasacaca del cine, el vehículo emocional…”.
Respecto al mensaje de esta película, Eduardo indica que “se parece mucho a un verso del tema central del soundtrack que dice: “Aquí en Caracas si no hay lo inventamos”, “todo lo que tú sabías aquí lo cambiamos”… En Caracas, para vivir aquí y para sobrevivir aquí, tienes que tener el ritmo del caraqueño, y esta película es así: pasan cosas que van cambiándolo todo, y tú te tienes que ir adaptando porque si no, no sobrevives.”
Lo cual nos lleva al título Tarkarí de Chivo, pues como nos recuerda Daniel, es un plato típico de Falcón y de Cumaná que proviene de Trinidad y Tobago, procedente de la India, “La palabra etimológicamente viene de tucurri que tiene curri y es un plato picante como lo es esta comedia: hay un rollo pasional y ahí la cosa se complica… Todo esto es muy caribeño, el tarkarí es del Caribe, la música que tú vas a escuchar tiene salsa, tiene samba, tiene cumbia… tenemos cosas en Naiguatá, cosas en la playa, en exterior en La Candelaria, pero básicamente todo pasa en un restaurante que tiene una cocina, una barra…”.
Daniel no duda en contarnos “una anécdota divertida, y una anécdota triste, la divertida es que tú tienes que traducir lo que se lee en el guión a la pantalla, es muy difícil porque es un lenguaje escrito, en el guión decía: “y el chivo voltea con cara de preocupado” y entonces ponemos la cámara y ¡acción!, pácata y puso la cara…”.
Eduardo y Daniel: el chivo volteó con cara de preocupado…
Daniel: eso se logró de forma inesperada… el chivo estudió el método, es un chivo de método.
Eduardo: un actor de método…
Daniel: la anécdota triste es que hay un personaje protagónico de la película, que lo encarna un gran director de teatro y actor que se llama Jesús Carreño… él tiene que fungir de muerto, entonces lo tienes que estar cargando, es una situación difícil para el tipo que está inerte. Hizo un trabajo maravilloso, un tremendo actor, lamentablemente se nos murió este año, entonces le dedicamos en nombre de todo el equipo la película a Jesús Carreño, in memoriam”.
Esta película se estrenará el próximo 30 de noviembre en las salas de Cinex, Cines Unidos y Supercines. Al respecto nos dice Eduardo: “Necesitamos que la gente sepa que por ley nosotros estamos dos semanas obligatorias, el cine venezolano es la cenicienta de las películas, no importa cuánto te gastaste en la película, cuán difícil fue hacerla, usted tiene por ley dos semanas en cartelera, si usted en dos semanas no hace suficiente taquilla usted va fuera”.
Daniel: “es una gran ley porque en otros países no tienen dos semanas, aquí tú haces una película y tienes derecho a estar dos semanas”.
Eduardo: “tú tienes que luchar contra el mainstream, tú tienes que luchar contra Mario Bros, contra Barbie y Oppenheimer… es bueno que la gente sepa que si quiere apoyar el cine nacional vayan a ver Tarkarí de Chivo, que es una película venezolana hecha con mucho esfuerzo, con mucho cariño, y con todo el amor del mundo por Venezuela, que es por la que estamos peleando”.
Daniel: “peleamos por el cine nacional y por el Esequibo”.
Y vamos y buscamos un poco de guasacaca en Tarkarí de Chivo (feat. Maigualida Ocaña), disponible en https://www.youtube.com/watch?v=1o_YWOG7t3s
Sin duda, con chivo nos gustará mucho más. Y es que este chivo es todo menos expiatorio, pues si es responsable de algo, es de hacernos la vida un poco más alegre, por eso lo absolvemos. Una extraordinaria metáfora de lo bello que somos cuando creemos en nosotros, en lo que somos, por eso invitamos a degustarlo desde el 30 de noviembre en las salas de cine del país, y a seguir las cuentas @humanacine y @lospecayas para que disfruten de las fotografías, los tráileres y la música de esta maravillosa producción. Muchas gracias.
POR BENJAMÍN MARTÍNEZ @pasajero_2
FOTOGRAFÍAS VLADIMIR MÉNDEZ • @vladimirmendez6