07/12/23. Para dejar a un lector en vilo hay que ser un verdadero maestro en el oficio de aterrar lectores. Lo digo porque sé que es muy difícil asustar mediante un texto literario. No ocurre así en el cine que resulta el medio perfecto para generar terror. En el año 1975 las playas quedaron vacías luego del estreno del film que generó pavor colectivo. Tiburón, uno de los aciertos cinematográficos del rey de los efectos especiales que no es otro que Steven Spielberg, hasta el punto que fue esta película la que convirtió a su director en un mito. Pero dejemos al séptimo arte hacer lo suyo y sigamos con lo nuestro: lo literario.
El género del terror tiene el poder de enviar escalofríos por la espalda de los lectores y sumergirlos en un mundo de miedo y suspenso. Escribir cuentos de este estilo y que sean realmente efectivos, requiere habilidad y una profunda comprensión de las técnicas narrativas que generan tensión y horror. Si se deciden por textos así, me gustaría recomendarles que antes de comenzar consideren lo siguiente:
-¿Para quién escriben? ¿A quién va dirigida su historia de terror? ¿Es para adolescentes, adultos o un público específico? Conocer la audiencia les ayudará a adaptar el tono y los temas presentes en la historia.
- La atmósfera es esencial en el terror. Describan el entorno con detalle, utilicen palabras que evoquen un sentido de inquietud y oscuridad. Lleven al máximo la tensión narrativa que es sin duda una gran aliada en las historias de miedo.
La ambientación. Esta contribuye en gran medida a la creación de la tensión necesaria para que se desate el terror en los lectores.
Los personajes profundos y bien consolidados son elementos claves en cualquier historia, pero en el terror, pueden ser la clave para que los lectores se preocupen y se involucren emocionalmente. Construyan protagonistas para que al leer, estos puedan identificarse o simpatizar. Agréguenles características particulares que los hagan diferentes del resto, una manía, un defecto físico, una rareza, acérquenlos a la condición animal, en fin, jueguen y experimenten con cada uno de ellos. En mi criterio, en un buen cuento o novela de terror, esto es lo fundamental junto a la atmósfera.
Los temores básicos y universales, como el miedo a la muerte, la soledad, lo desconocido y lo sobrenatural, son poderosas herramientas en el género del terror. Hay una aprensión natural que nos genera verdadero pavor y es el pánico al dolor físico. Somos capaces de aterrorizarnos nada más que pensar en la posible mutilación de algún miembro de nuestro cuerpo. Continuamos la próxima semana. Gracias por acompañarme hasta aquí.
Ñapa: Hablando de tensión narrativa lean Bajo tierra, de la grandiosa Samanta Schweblin.
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