08/02/24. A veces, nuestro pensamiento lineal nos hecha unas malas jugadas. Pensamos, por ejemplo, que todo lo malo pasó antes y que el futuro sólo podrá ser mejor. Tiene sentido ¿sino, cómo sostenemos la esperanza? Sin embargo, cuando leemos denuncias de un viejo mundo racista y esclavista, solemos pensar que el presente es muy diferente. Quizás, porque los modelos para entender el racismo y la esclavitud, se hicieron a la imagen de otras sociedades. En especial, de la norteamericana. Una, que es cercana y lejana a la vez. Nos cuesta, por ejemplo, entender porqué para ellos el tema de ser llamados negros es tan ofensivo cuando nosotros, si te llamamos negrito lo decimos con amor, ¿no?
Quizás, el desprecio no está allí sino en esa odiosa afirmación que hay que buscarse maridos blancos para mejorar la raza o al menos mantenerla. No vaya a ser que…, los hijos de una mujer que nació tras generaciones que cuidaron los genes resulte marrón. Más allá de que eso de chiste ni de pasado tiene nada, parece que hay una forma nueva de racismo que se está colando delante de nosotros y se ve poco.
Tiene que ver con el mundo de las redes sociales y la obsesión que tenemos de mirarnos la cara en el celular y que otros nos la miren. Así, sólo moviendo el dedo por la pantalla un par de minutos nos encontraremos con algunas ofertas estéticas bastante despreciables. Pues convive con el movimiento de defensa de la existencia y la belleza de los cabellos afros, las ofertas de cirugía para corregir “las narices étnicas”.
¿Qué es una nariz étnica? Me parece que todos los humanos tenemos etnia. Por ende, no podría existir una que no lo fuera, pero si miramos un poquito más, son las “narices afros” anchas y un poco más chatas, poco perfiladas. No saliendo aún del horror que se siembre la vergüenza por la nariz como un rasgo a blanquear, me comienzan a llover anuncios que ofrecen modificaciones de la pigmentación de los labios que dejarán de ser marrones para verse rosas.
¿Cuánto daño hace esto? ¿Creemos entonces todavía que la pertenencia a un grupo étnico es lo que determina la belleza y somos superiores en la medida que somos más blancos y lo corregimos con blanqueamientos? ¿Cuánto lesiona esto, todos los días a las perfectamente bellas y sanas niñas con rasgos afros? ¿Alguien grita? ¡Es el espanto!
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta