14/11/24. Durante los últimos años se ha hecho cada vez más común que nos propongamos ubicar a las mujeres que la mayor parte de los relatos ocultaron. Encontramos así nombres, siluetas, huellas de mujeres que estuvieron en las horas más importantes de la historia universal y nacional. Cuando nos los proponemos vamos descubriendo algunas obras que se encargaron de esto en el pasado como previendo que algún día a alguien le iba a importar. Entre esas raras y valiosas obras está el libro Hombres y mujeres notables en la Guerra de Independencia una publicación de la Imprenta Bolívar de 1894.
...más allá de los homenajes, de llevar sus restos al Panteón o dedicarle una linda calle colonial, es tiempo de mirar su vida y los hechos que la rodean con lentes violetas.
De allí podemos tomar algunos nombres y saber que hubo mujeres mártires de las que nunca nadie nos habló como Carmen Mercié; heroínas como Marta Hurtado de Maturín; familias completas cuyas mujeres fueron apresadas como las hermanas Soledad, Catalina, Lucía y María Guevara y otras como María Ignacia Salaverría, Ana Francisca Barrios y María Ledezma a las que les debemos al menos una averiguadita.
Hace un tiempo que vengo dejando por aquí comentarios sobre aquellas que más o menos conocidas son fundamentales. Allí nos encontramos a Josefa Joaquina Sánchez Bastidas, cada vez más reivindicada como heroína de La Guaira pero más allá de los homenajes, de llevar sus restos al Panteón o dedicarle una linda calle colonial, es tiempo de mirar su vida y los hechos que la rodean con lentes violetas.
¿Es justo que sabiendo todo lo que ya sabemos sigamos hablando de la Conspiración de Gual y España? ¿Será tiempo de empezar a llamar aquello como la gesta de Gual, España y Sánchez? Porque sabemos que Josefa Joaquina no era tan sólo una esposa abnegada. Era una patriota. Un sujeto indispensable en el tejido de aquel intento. Una pana que se merece no la estatua sino la memoria y esta lleva la reescritura para llegar al descubrimiento.
Ya que andamos en esto, también buscando la lectura descolonial de todo lo que antes fue, es tiempo de acordarnos de las indígenas de las que se guardaron las huellas. Una de ella es Urquía que nos abre a otro capítulo que no fue de un individuo o dos sino de toda una familia en la causa de la resistencia porque Urquía, fue la esposa de Guaicaipuro y la madre de Baruta.
Para empezar, ella no se llamaba así sino de algún modo parecido que les sonaba como el apellido vasco a los conquistadores. Era una india caribe, posiblemente parte de los Cumanagotos, legendaria por su belleza e inteligencia. La favorita de Guaicaipuro, capturada por los españoles logró fugarse y no ser recapturada.
¿Logró recuperar la libertad y seguir luchando? ¿Acorralada se suicidó? ¿Se hundió en las tierras que los españoles aún no conocían? Podríamos pensar que sigue viva en el espíritu de libertad de un pueblo, en las ganas nuestras de recuperar sus historias.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta