05/02/24. Recio, sí. Con una fuerza notable en la imagen, en la palabra, en el pensamiento, en la vida. Anduvo hasta su último día con el alma noble y sin dobleces, aunque una de las balas de la infamia de aquel 11 de abril de 2002 lo ató a una silla de ruedas durante casi 22 años.
La criminal embestida no pudo con el poderoso espíritu revolucionario de Jorge Recio. Luchó, sobrevivió y siguió luchando. Inclaudicable en la defensa de las causas de los pueblos. Sus fotografías, lo mismo que sus ideas van directo al objetivo, sin perder el foco. Y es que su integridad no fue tocada pese a que le quitaron 83 % de su movilidad corporal.
Fotógrafo llegado tardíamente a este oficio, decía. Desde muy joven se interesó por las ciencias y las humanidades, estudió ingeniería electrónica y filosofía. Por ese camino llegó a la estética, se acercó a las artes plásticas, a las artes visuales, experimentó con el dibujo y entonces, en un clic, estaba haciendo fotos.
Las balas caían del cielo
“No puedo concebir que por unos tipos que pretendan imponer su voluntad a fuerza de balazos, yo tenga que correr con estas consecuencias”, reflexionaba en 2003, un año después de recibir un proyectil disparado por agentes golpistas de la Policía Metropolitana, el 11 de abril de 2002.
Aquel día, Recio hacía fotos en medio de la emboscada violenta desatada por las élites económicas, políticas, mediáticas y eclesiásticas del país, bajo órdenes de Estados Unidos, para asestar el golpe de Estado contra presidente Hugo Chávez.
“Todo el que estuvo ahí sabe que hubo francotiradores, porque las balas caían del cielo... tengo fotografías donde veo a unos policías metropolitanos señalándome. Yo salgo corriendo hacia el Puente Llaguno y el disparo viene de la parte de abajo”.
Al sur de la avenida Baralt, desde donde provino el disparo, se encontraban los policías que participaban del golpe, sirviendo de fuerza de choque armada para abrir paso en esa zona de Caracas hacia la pretendida toma del Palacio de Miraflores, sede del gobierno. Al recibir el balazo, Recio no necesitó un diagnóstico médico.
“En seguida yo sé dónde me dan el disparo, y sé que tengo un disparo en la columna vertebral, las piernas no me responden, se me cae la cámara y mi primera reacción es tratar de recuperarla, no la alcanzo… No fue un bala perdida la que me dio, yo estoy convencido de que me apuntaron. Hay que tener bolas para dispararle a alguien que lo que está es con una cámara en las manos. Claro, la información muchas veces es peligrosa”.
En una entrevista en 2022 recordó: “No podía moverme sino arrastrarme. Pensé por un momento, mientras estaba en el suelo, si eso era lo último, ya el final de mi vida”. No fue así, los verdugos fracasaron. El 11 de abril de 2023 escribió:
21 años. 21 años desde que el fascismo venezolano, apoyado por los gobiernos de los criminales de guerra George W. Bush y José María Aznar, intentó imponer su voluntad a la del pueblo.
Lo siento, yo ni olvido ni los perdono.
Rebeldía y resistencia
Desde su cama en el hospital Vargas, donde ya había escuchado al joven médico decir “tú vas a quedar parapléjico”, Jorge se fue enterando de lo que calificaba como “una gesta magnífica” que derrotó el golpe de Estado en menos de 48 horas: “¡Qué gran demostración de rebeldía y de ejercicio de libertad que tuvo el pueblo venezolano para rebelarse y ponerse ahí frente a Miraflores!”.
Tras esos días de abril de 2002, se va a España. En Barcelona busca una ciudad plana y avanzadas investigaciones médicas en casos como el suyo, pero sobre todo: “Alejarme de las miradas de tristeza, de mi familia, de los amigos. Alejarme de esa depresión tremenda que yo le estaba causando a la gente cercana a mí”.
Se convirtió en un combatiente en redes sociales. Certero en la lucha contra el capitalismo y el imperialismo, en la defensa de las causas más nobles, en su orgullo y admiración por el pueblo venezolano, en el respaldo a la Revolución Bolivariana.
Del comandante Chávez admiraba que plantara cara a la prepotencia estadounidense de pretender erigirse como policía del mundo. De Venezuela extrañaba “la gente y la lucha”, estar en el país “para luchar junto a la gente por todas la dificultadas por las que ha pasado estos últimos años”.
Valoraba la resistencia del pueblo venezolano, basada en su alto grado de conciencia, “frente a toda la propaganda, frente a esa maquinaria mediática tan tremenda, frente a tantos poderes que se empeñaban en revertir la Revolución en Venezuela e imponernos un gobierno títere de poderes extranjeros”.
Democracia antiimperialista
Salir en defensa de la Revolución Bolivariana desde cada espacio, ante acciones golpistas y otras aventuras violentas, también en el escenario electoral para fortalecer el sistema democrático construido en Venezuela, se convirtió en una constante para Jorge Recio.
Su respuesta, escrita en junio de 2023, ante de una de las recurrentes declaraciones injerencistas de Estados Unidos, tiene plena vigencia:
En Venezuela hay tan poca democracia que gentes que pidieron y siguen pidiendo la invasión militar del país, y el sitio económico, diplomático y de todo tipo, van a ser candidatos a la presidencia, con el apoyo de Washington y todos sus lacayos europeos y latinoamericanos.
Váyanse a la mismísima mierda todos. No tienen autoridad moral para imponer ninguna condición al Gobierno Bolivariano.
Retrataba también con la palabra a quienes han sido partícipes de los ataques contra el pueblo de Venezuela, a las cúpulas detrás de la apuesta permanente por la desestabilización. Mientras se enfocaba en la certeza del triunfo de la causa buena de la Patria.
El mayor logro de la revolución es que la gran mayoría del pueblo (incluyéndome, claro) sabe bien quiénes son ustedes y no pueden engañarle.
Y eso es lo que más les jode, porque en el fondo saben que no hay vuelta atrás.
Con un pensamiento encuadrado en la visión bolivariana de la democracia para darle protagonismo y participación real al pueblo, caracterizó aspectos fundamentales del proyecto histórico que se desarrolla en Venezuela:
La alternancia es un espejismo de democracia elaborado e impuesto por las élites.
La verdadera condición democrática es la hegemonía popular.
Con claridad sintética escribió: La democracia debe ser antiimperialista. Si no, es una mera farsa.
La imagen y la calle
“Yo comencé pasado los treinta años a interesarme por las artes visuales y terminé en la fotografía. Fue en 1996 o en 1997 cuando comencé a agarrar una cámara y ya para el 2002 sabía lo que estaba haciendo, aunque era un novato, estaba recién llegado a este asunto”.
Además de sus fotografías de aquel convulso abril, que captan a los agentes golpistas, además de momentos de tensión y confusión entre los manifestantes, Recio desarrolló una extensa y versátil carrera que centró en paisajes naturales y urbanos. No obstante, nunca dejó a un lado la denuncia social y puso el foco en los males propagados por el capitalismo y la sumisión al imperialismo.
Sí tuvo que renunciar, sin embargo, a un proyecto de vida: “El tipo de fotógrafo que a mí me gustaba ser es un personaje discreto… tú no puedes ser discreto en una silla de ruedas”.
“El encuadre uno lo hace no solamente con el ojo, lo hace corporalmente, uno se mueve medio metro hacia la izquierda o se agacha un poco. Para moverme medio metro hacia la izquierda tengo que soltar la cámara, quitarle los frenos a la silla de ruedas... Ese trabajo de calle, que exige esa sutileza, como dejarte llevar, confundirte con el arroyo, es muy complicado, yo diría que imposible... hay que asumir otra manera de hacer fotografía”.
Gracias a su indiscutible talento, Jorge expuso en Venezuela, España, Francia e Italia. En la 59° Bienal de Venecia, en 2022, formó parte de la muestra venezolana “Tierra, país, casa, cuerpo”.
Recio se hizo eterno este 1 de febrero, en España, donde residía. Su pasión se volcó en la fotografía y en el alerta a los venezolanos contra las pretensiones imperiales que aún se ciernen sobre la Patria: “Que resistan, que sigan resistiendo y que los admiro tremendamente por ese grado de resistencia”.
Su advertencia alcanza a la forma de mirar al poder mediático. Las fotografías también pueden ser manipuladas, decía al recordar que en abril de 2002 se probó cuánto daño engendran “imágenes mal contadas y mal relatadas”.
Al comparar aquellos sucesos con otros más recientes como la guerra en Ucrania, enfatizaba, “¡cómo hay que ser de cuidadosos con la manera como se cuenta!, ¡cómo hay que ser cuidadosos para contrastar que esa información es veraz y que es real lo que está ocurriendo!”.
Y es que ni una imagen vale más que mil palabras ni mil millones de palabras bastarían para rendir honor a Jorge Recio. Ya él lo había dicho: “Nunca tendrá uno suficiente calle”.
POR CARLOS MARTIN
ILUSTRACIÓN ENGELS MARCANO • cdiscreaengmar@gmail.com