11/03/24. El 2 de marzo fue el Día Mundial de la Salud Mental de los Adolescentes, al respecto conversamos con Fernando Giuliani uno de los más reconocidos psicólogos sociales de nuestro país…
¿Cuál ha sido el aporte de la psicología social a la salud mental?
La salud mental desde la perspectiva de una psicología social crítica, comunitaria, para la liberación -cuyo padre de esta última fue Martín Baró, psicólogo social y jesuita salvadoreño que murió asesinado por los escuadrones de la muerte que mantenía el gobierno salvadoreño de la época auspiciado por el gobierno de los Estados Unidos-, se deslindó de la psicología cientificista positivista tradicional con una influencia muy grande del enfoque médico donde la misma psicología social también hundía sus raíces allí.
Esta psicología crítica estableció una línea muy clara entre un concepto de salud integral, que no responde a ese concepto dicotómico de salud-enfermedad, la salud solamente como ausencia de enfermedad, en esa dicotomía tramposa. Concebir la salud mental en una sociedad que enferma y deshumaniza, es una contradicción insalvable.
Para encontrar congruencia en un nuevo modelo de salud mental tenemos que poner el foco en aquello que la sociedad está produciendo, para quitarle el peso de esa medicalización… es el contexto en buena medida el que produce una cantidad de condiciones que no promueven la salud mental.
¿Y a la salud mental de los adolescentes?
En cuanto a la salud mental de los adolescentes, la psicología social está todavía a la zaga de todo esto, la psicología social nuestra. Es necesario que trabajemos mucho más en la juventud… Hasta ahora creo que vamos muy atrás. Otras corrientes de la psicología como la psicología del desarrollo, trabaja muchísimo más todo lo que son las etapas del desarrollo, los grupos etarios, etcétera, ambas psicologías deben vincularse.
El trabajo desde la psicología debe tener, y eso es por lo que nosotros abogamos, un enfoque integral, desde la psicología del desarrollo tenemos que tender puentes a la perspectiva psicosocial para que podamos plantearnos temas como este, ahí tenemos más retos que resultados.
No hace mucho estuvimos en el IV Congreso Nacional de Psicología cuyo lema fue “la salud mental, un camino para el buen vivir”… ¿Cómo se encuentra la psicología en este sentido? ¿Qué le está aportando al país y a la salud mental de los jóvenes en concreto?
Nuestra psicología social comunitaria apunta hacia el buen vivir, el modelo de la salud colectiva que se trabaja y que se está construyendo permanentemente aquí en Venezuela. Unas de sus cunas son los equipos de la Universidad Bolivariana de Venezuela que abanderan ese concepto de salud colectiva que van hacia el buen vivir.
Conceptos tales como desarrollo, progreso, calidad de vida, debemos someterlos a una mirada crítica, por su poca adecuación con estos aspectos integrales y éticos, con la manera de estar en la vida, de estar en el mundo, nuestra propia concepción de la vida. En un sistema que atenta permanentemente contra la vida, que depreda la naturaleza, mal podemos encontrar allí criterios y fundamentos para la salud mental y mucho menos para lo que podría ser un buen vivir. El buen vivir está reñido con ello, implica la salud colectiva, el bien común, la vida en comunidad, porque son esos los factores que en buena medida promueven el despliegue del individuo en comunión con los demás.
Psicólogas y psicólogos sociales venezolanos en nuestro gobierno bolivariano, han hecho sus aportes para que toda la concepción participativa comunitaria que tienen, por ejemplo, nuestras misiones sociales, todo el andamiaje de las políticas públicas, apunten al buen vivir, hacia la identidad nacional, a la descolonización. Ahí están sus desarrollos teóricos, sus modelos, su concepción de ser humano, su concepción de sociedad, y eso tiene toda una correspondencia también metodológica, no es solamente una abstracción, es una puesta en práctica también en la formación que hacemos de esos profesionales que trabajan de la mano con la gente.
Tenemos que seguir profundizando mucho más el trabajo con la juventud donde la psicología social está todavía a la zaga, los vasos comunicantes con la psicología del desarrollo se convierten en un desafío, y es fundamental hacerlo.
POR BENJAMÍN MARTÍNEZ • @pasajero_2
FOTOGRAFÍA CLARA TELO •@clara_emiliatj / MAIRELYS GONZÁLEZ •@mairelyscg27