28/03/24. Después de Fellove que estuvo vinculado al filin, me reencuentro con una cantante muy querida, que en su momento también se la presenté a mi pana el poeta Benito Mieses y al fotógrafo Frasso, igual de hermano, tanto que se tomó la licencia de llevarse mi disco del programa en que lo entrevisté. Recapitulando, digamos que fue una muchacha de 1935, nacida en Céspedes, Camagüey, de un humilde hogar campesino que a los doce años llega a La Habana como cocinera en casa de Arturo Bengochea, presidente de la liga profesional de beisbol, y ya muchachona luego de sus labores domésticas, se iba al bar de la esquina que iba a cambiar su vida. El bar Celeste, en las calles Humboldt e Infanta, era un sitio, el “llegadero” pues, no olvidemos que estaba en la misma cuadra de Radio Progreso, donde los artistas después de sus toques se reunían, y hay tantas versiones que ya uno ni sabe. La más creíble era una negra gorda que se abrazaba a la rocola cantando, y ni siquiera se supo si a Eduardo Fernández, el dueño, le gustaba la vaina, pero se cuenta que un día le apagaron la rocola y la dejaron cantando a capela, precisamente el día que estaban presentes, Aida Diestro, Cabrera Infante y Humberto Anido, el jefe del Salón Rojo, el cabaret del hotel Capri. Hay versiones que Ela O’Farrel estuvo también en esas andadas. Pero puede ser creíble que como cuenta Mariví Véliz que en realidad “Ela O’ Farrill había sido invitada a una cena en la casa donde trabajaba Freddy, y mientras cocinaba, cantaba. Fue entonces cuando la famosa compositora la escuchó y se acercó a ella. Le dijo a quienes la contrataban que ella no podía seguir allí, que tenía una voz única, y la llevó a la vida nocturna”. De allí vendría el tema que le escribió para el futuro y único disco que grabó en su fugaz carrera como artista.
Por eso que Freddy, Fredesvinda García Valdez cantaba boleros esa me la sé, pero lo que no relacioné es que fuera “filinera”, miembro del movimiento musical filin, del inglés feeling, y mucho menos que según Guillermo Cabrera Infante, “Freddy en verdad fue la genuina creadora del feeling”, él la inmortalizó en Tres tristes tigres en los capítulos 'Ella cantaba boleros', (convertida después por sugerencias de Vargas Llosa y Javier Marías en novela independiente), pero me costaba pensar que fuera creadora de un movimiento en el que nunca la oí nombrar, -aunque las fechas coincidían-, por lo que pensé que era otra exageración de Cabrera como el emplazamiento que le hacía a Agustín Lara después que escuchó la Noche de ronda en versión Freddy: “Hacía tiempo que algo no me conmovía así y comencé a sonreírme en alta voz, porque acababa de reconocer la canción, a reírme, a soltar carcajadas porque era Noche de ronda y pensé, Agustín (Lara) no has inventado nada, no has compuesto nada, esta mujer está inventando tu canción ahora: ven mañana y recógela y cópiala y ponla a tu nombre de nuevo: Noche de ronda está naciendo esta noche”. Otra de sus apariciones literarias fue a propósito de su forma de interpretar el bolero, cuando dijo el poeta José Agustín Goytisolo: “Su voz y sentimiento son tan hondos que parecía que cantara con la vagina”.
Curiosamente motivado me adentré en un formidable artículo en Herencia Latina de Jairo Grijalba Ruiz de Popayán, Colombia, titulado Sombras y más sombras. Vida y obra de Freddy la bolerista, que incluye la mejor recopilación de textos sobre la Freddy, (Sigfredo Ariel, Mariví Véliz, Guillermo Cabrera Infante, Marta Valdés, Senén Suárez Hernández, Luis Cino, Enrique Romero, Raúl A. Fuillerat, Bernardo Viera Trejo y Adriana Bertorelli Párraga); donde encontramos que Grijalba aclara que “Freddy realmente no fue ‘la creadora del feeling’, sin embargo los publicistas de la época la llamaban así seguramente para conseguirle más adeptos”. No obstante, si hay vinculaciones con el filin, Marta Valdés, por ejemplo, del grupo de escritores de la recopilación, en la que narra sus experiencias con la Freddy en el bar Celeste, en donde ella cantaba su bolero No te empeñes más, y es compositora del bolero Tengo, uno de los temas incluidos en el único disco que grabó con el sello Puchito, obviamente una canción filinera. Igualmente Debí llorar de Piloto y Vera, también compositores y miembros destacados del filin, y no por casualidad la autora de Freddy o La Estrella, la canción que Ela O’ Farrill compuso especialmente para ella, era también filinera.
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ