25/10/24.
El lenguaje comienza siendo un simple gruñido para designar todas las cosas; luego se va diversificando y especializando; este proceso se llama enriquecimiento y es alentado por los padres y profesores de lenguas.
Pero cuando se llega a tener cien o doscientas mil palabras, se encuentra que el ideal consiste en expresarse con diez o veinte. El lenguaje del filósofo es muy reducido: objeto, sujeto, materia, causa, espacio, tiempo, fin y alguna otra más.
Si lo apuran mucho se arregla con una sola palabra, como ápeiron o sustancia.
Es probable que el ideal de muchos filósofos sea terminar finalmente en el gruñido único y monista.
De: Uno y el universo (1945).
Ernesto Sábato (Buenos Aires, 1911 - Santos Lugares, 2011)
Su obra narrativa consiste en tres novelas: El túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1961) y Abaddón el exterminador (1964). También se destacó como ensayista en libros como Uno y el universo (1945), Hombres y engranajes (1951), El escritor y sus fantasmas (1963) y Apologías y rechazos (1979), en los que reflexiona sobre la condición humana, la vocación de la escritura o los problemas culturales del siglo XX. Fue el segundo argentino galardonado con el Premio Miguel de Cervantes (1984), luego de Jorge Luis Borges (1979).
ILUSTRACIÓN: CLEMENTINA CORTÉS