05/02/24. A muchas y muchos les han sorprendido con un beso en la boca sin ningún tipo de consentimiento. Están las personas conversando de lo más normal, cuando al interlocutor o interlocutora, no se sabe qué mosquito le pica, y plas, un beso en los labios.
¿¡Pero qué está pasando?! Se pregunta a quien besaron, robaron, ultrajaron, con el repentino enrojecimiento del rostro. Se le borra el casete, el disco duro, la memoria RAM. No sabe dónde está en ese momento y por qué está allí en ese espacio, frente a un abusador o abusadora que se atrevió a plantar sus labios sobre los suyos sin pedir permiso, al menos. Peor, ¿y si tiene gripe?
Cuando mira a la cara del otro o la otra, hay una sonrisa dibujada que le repugna, le sorprende, le enrojece más, le avergüenza o le da ganas de desaparecer. “Te robé un beso”, dice como si eso fuese algo tan normal como darse la mano por cortesía.
Si bien hay personas que romantizan esto del beso robado cuando se da entre personas que apenas se conocen, hay quienes, simplemente, no lo soportan. ¿Por qué? Pues, sencillamente, el beso es un gesto de intimidad entre dos personas que comparten un mismo deseo, porque se atraen, porque son afines, o por amor. Por lo tanto, cuando se recibe un beso en la boca se debe a muchas razones, pero, más allá de todo, porque hay confianza y aprobación.
Robar un beso a quien apenas se conoce se puede definir como un abuso de la confianza. Además, estas cosas suceden, generalmente, cuando el agraviado o agraviada no ha dado, en absoluto, el consentimiento para tocar un milímetro de su cuerpo. Más que su mano para presentarse.
Puede que se encuentren en la primera, la segunda, la tercera, la décima cita o que hayan sonreído juntos por un chiste, un cuento, o compartieron varias veces un café, pero esto no da el derecho a besar al otro u otra de forma repentina como si aquello fuese, repito, un apretón de manos.
Es un mito, entonces, que robar un beso sea un punto positivo para quien lo hace. Tampoco les permite un avance en la relación. Más allá de quedar bien, demuestra que el espacio personal, la intimidad, o el consentimiento de la persona a quien le plantan los labios en su boca, no parece importante.
Reitero, no a todos, un beso robado les parece abusivo, pero para adivino… En fin, es mejor evitarle el momento incómodo a quien tengas pensado besar sin preguntar primero, y, por ende, evitar que seas rechazado o rechazada. Recomendable es esperar el instante adecuado y celebrar el beso de forma justa y oportuna.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevanlossurcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Fragmento del poema Besos, Gabriel Mistral.
POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ