15/07/24. Esa frase dicha por Teresa me recuerda el día en que la conocí: fue en el marco del Festival Mundial de Poesía del año 2009, en la placita Los Cedros, parroquia Coche. Hace unos días me la encontré por una de esas calles que ambos solemos transitar, sobre todo si vas o vienes del mercado de Coche, la vi con una gorra y una franela con un diseño colorido que tenía, si mal no recuerdo, un oso frontino y la palabra Tramuco estampada.
Hola Teresa, ¿en qué andas? Estamos en una cooperativa de mujeres, me dice y me sigue contando, la interrumpo: ¿Quieres contarme eso que estás haciendo para una entrevista? ¡Claro!, anoto su número no vaya a ser que se vaya y tenga otro número… Unos días después, surge el siguiente diálogo-invitación.
Lo primero, la pregunta por la identidad: ¿Quién es Teresa Poleo?
Soy hija de una campesina, Pilar Florencia y de un caraqueño músico, Julio César. Yo nací en la maternidad Concepción Palacios, un 8 de mayo de 1963, pero soy del barrio El Calvario de la parroquia El Valle. Me gusta reivindicar mi identidad campesina heredada de mi madre. Vengo de una familia numerosa, tengo cinco hermanas y dos hermanos, tres sobrinas, cinco sobrinos, tres sobrinos nietos y dos sobrinas nietas, una hermana que me regaló la vida y un hijo a quien he hecho un hombre de bien Miguel Andrés. Soy cuentacuentos, me gusta coleccionar muñecas de trapo y me gusta la poesía. Soy militante de la vida, de los derechos de las mujeres, de las niñas y los niños, soy trabajadora y soy educadora popular.
Soy una activista de los derechos de las niñas y los niños. Durante mucho tiempo trabajé en educación preescolar, allí comencé mi proceso para la atención de los niños y niñas a través de la recreación de los cuentacuentos, de garantizarle a nuestros niños y niñas una manera de formarse lúdica, una manera de educarlos para la vida. Soy educadora, estudié Trabajo Social en la Universidad Central de Venezuela y la vida me ha hecho educadora popular. Estuve vinculada en una primera época como dije, a todo el tema de educación con los niños y las niñas en educación preescolar. Luego seguí trabajando en la Fundación del Niño formando a nuestra generación del futuro, ese trabajo me llenó de mucha satisfacción y aprendizaje.
Luego la vida me llevó por el camino de la educación popular, fui fundadora de la Misión Cultura en el país. De hecho, cuando se abrieron los procesos de misiones en el país, esta fue la que me llamó la atención para involucrarme y decir: Esta es el área donde quiero estar y poder generar nuevas culturas, nuevas maneras de ser de pensar, de sentir y actuar para nosotros mismos, para nuestro pueblo, recuperando todo eso que fuimos, todo eso que queremos ser para construir en colectivo lo que somos, un pueblo agredido, un pueblo luchador, un pueblo que se levanta como dice Alí Primera. No ha habido trago amargo que le robe la alegría a un pueblo en resistencia…
Hemos visto que en Coche has tenido un trabajo muy activo…
Sí, soy vallera de nacimiento, me he hecho cochense, ya voy a la mayoría de edad viviendo aquí en la parroquia Coche. A mi llegada me incorporé en el trabajo con nuestro consejo comunal que se estaba creando a través del liderazgo de nuestras mujeres. Pioneros de Coche se llama nuestro consejo comunal, desde donde hemos librado muchas batallas. Esta organización fue de mucho apoyo en el momento en que sufrimos las medidas coercitivas y el acoso económico, porque nosotros logramos contactarnos con unos productores del interior del país, del estado Trujillo, y logramos traer los alimentos. Para mí fue una experiencia muy importante acercarme a lo que es la economía solidaria.
Ahora Tramuco es mi nueva militancia, es una cooperativa de mujeres que en algún momento de nuestra vida hemos pasado por situaciones de violencia de género. Yo particularmente en los talleres de formación que realicé con la organización Tinta Violeta hace muchos años, me quedé reflexionando y me di cuenta de que las mujeres siempre hemos vivido procesos de violencia, fundamentalmente en los barrios de Caracas.
Yo les puedo decir que me faltan dedos en las manos y en los pies para contar los jóvenes de mi barrio que vi crecer y murieron víctimas de la violencia delincuencial, esta violencia a mí me marcó en el tema de qué hacer, por eso me incorporo a la lucha comunitaria, al trabajo de educar y desarticular esta violencia.
Luego de jubilada, con esa necesidad de seguir favoreciendo espacios para los niños y las niñas, me acerqué al Ministerio de la Mujer para presentar un proyecto de cómo educar a niños y a niñas sin machismo, sin violencia… y me correspondió entonces en ese momento que fue por el año 2019, dar nuestros aportes para la construcción de la Escuela Feminista del Sur.
Y en resiliencia permanente me encontré con la Cooperativa Tramuco, porque en estos años de avanzada del proceso bolivariano, tuvimos la oportunidad desde la Misión Cultura de coordinar la formación de muchas activadoras y activadores culturales que estaban en nuestros territorios, que fueron postulados por sus comunidades para construir juntos esa patria que queremos ser. En este transitar también conocí el camino del feminismo que es otra de mis militancias. En estos encuentros con las mujeres nuestras y con la red Araña Feminista conocimos a Tinta Violeta, donde nace el proyecto cooperativo Tramuco, coordinado por Alejandra Laprea. Con Tramuco queremos construir un sistema participativo de recolección de residuos sólidos.
¿Cómo funciona Tramuco?
El modelo de gestión es muy novedoso porque nosotros estamos partiendo de la sensibilización comunitaria. Tramuco es una cooperativa de mujeres que busca la transformación comunitaria y la transformación de nosotras mismas para el vivir bien con dignidad y justicia.
La receptividad en nuestras comunidades ha sido extraordinaria. En los actuales momentos hemos iniciado el despliegue comunitario contactando a varias comunidades para que junto a nosotras participen en este sistema de gestión de los residuos sólidos. Han mostrado mucho interés y mucho entusiasmo.
Ahorita estamos en un proceso de captación de las familias y nos estamos acercando a varios espacios comunitarios de nuestra parroquia Coche, contactando a diferentes movimientos y organizaciones sociales que hacen vida en nuestra parroquia.
Nos estamos articulando con el movimiento de adultas y adultos mayores que han mostrado una receptividad increíble a este proyecto, nos han dado sus ideas para colocar algunos puntos de acopio y ha mostrado su interés en participar en este hermoso proyecto.
La idea es que visitemos a cada una de estas organizaciones y podamos establecer acuerdos y compromisos en torno a las rutas y a los horarios de recolección y los puntos de acopio, puntos móviles o fijos donde estaremos clasificando o acopiando estos residuos sólidos.
Hemos estado generando nuestro despliegue territorial y ya se propusieron dos sectores donde próximamente vamos a estar en una fase de formación con estas comunidades, como lo es el sector Los Cedros y el sector La Floresta Alta.
Hace pocos días también nos reunimos con la comuna Forjando los sueños de Ezequiel Zamora, con quienes hemos articulado para que todos los consejos comunales que hacen vida en esta comuna puedan participar en nuestro proyecto
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Ya tenemos parte de la maquinaria para nosotras trabajar y estamos en la búsqueda de un galpón. Hemos estado gestionando y haciendo relaciones con algunos ministerios y con otras organizaciones para instalar en ese galpón nuestra planta de reciclaje.
¿Crees que en Caracas existe una conciencia ecológica?
Creo que en Caracas pudiera estar generándose una incipiente conciencia ecológica pero muy pequeña. Con Tramuco queremos incidir en que esa conciencia ecológica pueda crecer y multiplicarse, y poder favorecer proyectos como el nuestro. Para nosotras es muy importante fortalecer la conciencia de las tres R que propone la economía circular: reducir, reusar y reciclar, que nos ayudan a conservar el medio ambiente y apuestan por una mejora del planeta.
Yo creo que si todos nos entre ayudamos para que Caracas sea una ciudad más sustentable, una ciudad que pueda reducir sus niveles de consumo, consumir lo necesario, que además se pueda comprender que hay muchas cosas y muchos residuos que podemos reutilizar que siguen teniendo esa vida útil, y además que esto residuos también los podemos transformar en otros bienes, haríamos de Caracas una ciudad ecológica, una ciudad más sustentable, una ciudad con conciencia del cuidado de la vida, del cuidado del planeta, del cuidado de nuestra comunidad.
¿Tienen algún día para reunirse, una sede donde puedan contactarlas?
En Coche nos reunimos todos los martes a las cinco de la tarde en la Casa de Formación de la vereda 93 de Coche. Las esperamos. Desecha CLASIFICANDO que TRAMUCO lo pasa buscando. Somos TRAMUCO, las tramuqueras van transformando...
Muchas gracias Teresa, ¡A seguir con Tramuco!
Así es, ¡desecha clasificando que Tramuco lo pasa buscando!
POR BENJAMÍN MARTÍNEZ • @pasajero_2
FOTOGRAFÍA ALEXIS DENIZ • @denizfotografia